24 Horas

El héroe, Dylan

Después de lo ocurrido en casa y de la epidemia, conseguí abrirme paso. Ahora solo me queda avanzar hasta la frontera y confiar en que Marshall llegue para reunirnos. Llegué a RiverSide desde DownGreen en busca de algún sobreviviente y víveres para poder avanzar. Todo está desolado; algunas de esas "cosas" merodean por el lugar, pero tengo que pasar, sea como sea. Sigilosamente, me abro paso a través de las frías calles y llego hasta una tienda de comida china. Decido entrar para descansar. Después de haber viajado desde DownGreen a RiverSide, todo mi cuerpo está exhausto, pero primero debo asegurar el sitio.

Para mi buena suerte, solo me acompañaban un machete, un parlante de mano, un mechero, una sola botella de agua y la esperanza de reunirme con mi buen amigo de infancia, Marshall. Después de merodear por el lugar, encontré a una mujer tumbada en el suelo. Se me hacía conocida; a simple vista, no estaba mordida ni nada por el estilo, pero debía asegurarme y tomar una decisión. Podía ser una sobreviviente, pero… ¿y si no lo es?

— Después de matar a mi mujer y dejarla en el piso…

No, Dylan, no hay tiempo para recuerdos, me dije a mí mismo. Necesito tomar una decisión. Levanté el machete y me dispuse a mutilar a la mujer. Cerré los ojos y suspiré, inhalando y exhalando aire en mis pulmones, cuando de repente escuché:

— Dy... Dylan, ¿eres tú?

Imposible. ¿Cómo podía aquella mujer saber mi nombre? Dubitativo, abrí los ojos y vi que ella se levantó y me abrazó. Mis brazos aún tenían las manos en el aire con el machete. Estoy perplejo. ¿Cómo es posible?

— Dylan, hace 20 años que no nos vemos.

— ¿Qué? ¿Acaso ella... No, no puede ser... o sí... Lita Chang... ¿mi exnovia de colegio? ¿Cómo es posible?

— Soy yo, Lita. ¿No te acuerdas de mí? Estaba aquí con papá y de repente... Espera, ¿y papá? Dylan, ¡papá estaba aquí!

— ¿Papá? Imposible. Aparte de ella y yo, no había nadie más en el local.

— Lita, antes de desmayarte, ¿dónde estaba tu papá?

— Papá estaba aquí peleando... peleando con unas de esas "cosas" y...

Mientras ella describía la situación, las lágrimas asomaban a su tierno rostro. La pena se interpuso entre ella y yo.

— Lita, debemos salir de aquí. Es posible que tu pa...

— ¡Cállate, Dylan! No me iré de aquí sin papá.

— Lita, debemos irnos. En serio, tu papá puede ser uno de ellos.

Su mano me abofeteó y rompió en llanto.

— No digas nada más, Dylan.

— ¿Dónde vas, Lita? ¡Espera! ¡No subas las escaleras!

Ella huyó hacia el segundo piso. Al instante, sentí un grito desgarrador. Rápidamente, subí las escaleras y ahí estaba ella, tumbada en el suelo, asustada. El que se hacía llamar su padre ahora era uno de ellos. De la recámara del baño de Lita salió descontrolado otra de esas "cosas" y reaccioné mientras ella gritaba; sabía que los del exterior acudirían a su llamado.

— Lita, concéntrate. La cabeza es el punto débil. No dejes que te muerda.

Mientras el papá de Lita se me abalanzó ferozmente, noté que era diferente. Sus pupilas aún tenían color y sus movimientos eran más acertados y rápidos. Mientras forcejeaba con él, me preocupaba por Lita y su estado físico. De repente, escuché cómo un cristal se resquebrajaba. No pude percatarme hasta que él me tiró al suelo. El papá de Lita me tenía inmovilizado, el machete se me había caído y solo mis manos me defendían de su boca. Intenté llegar al arma blanca y, cuando la alcancé, decidí soltarla y atravesar su cuerpo para dar la vuelta y poder tener una mejor posición. Volví a tomar el machete de su cuerpo y, antes de cortar su cabeza, miré a Lita. Ella solo agachó la cabeza en señal de tristeza. En ese momento, escuché:

— ¡Cuuuidalaaaa!

¿Me estaré volviendo loco? Esas "cosas" no hablaban. ¿Cómo es posible que este sí? Después de impactar mi machete en su cuello, me acerqué a Lita y la abracé.

— Lita, debemos salir de aquí. Ellos vendrán y son muchos.

Antes de seguirme, Lita me confesó algo que me hizo preocuparme aún más por ella.

— Dylan, estoy embarazada.

No puede ser. Esta situación me supera, pero debo sacarla de aquí. Ahora tengo un motivo más para llegar a la frontera con Lita.

Salimos por la ventana superior. Los pasos se escuchaban, venían de abajo. Al salir por la ventana en la parte de atrás del local, vi el auto y la moto del papá de Lita. Corrimos como pudimos. Al llegar, me fijé que los pasos eran cada vez más fuertes. Ellos estaban a escasos metros. Debía pensar rápido. Hice un puente hacia el auto, pues no tenía las llaves. Le entregué a Lita un mapa con las coordenadas de la frontera y le dije que se fuera y que me despidiera de un tal Marshall.

— Lita, arranca ya y llévate mi machete. Arranca y llega a la frontera.

— Dylan, no subas. ¡Podemos salir juntos!

— Lita, fue bueno verte.

Las lágrimas brotaban de mis ojos. Ya sabía lo que me pasaría.

— ¡Arranca, Lita! ¡Vete, AHORA!

Ella arrancó el auto y nos cruzamos una mirada. Yo estaba montado en la moto, pues las llaves las tenía Lita en su bolsillo. Esa era la estrategia: dejarla avanzar y hacer que ellos me persiguieran.

— Estaré bien, VETE.

Ella se alejó y solo miré cómo se marchaba, mientras una sonrisa de satisfacción llegaba a mi rostro. Encendí el parlante de mano al máximo volumen y aceleré poco a poco. Esas "cosas" eran diferentes; algunos de ellos eran como los de al principio. Se percataron de mí y corrieron como nunca había visto a uno de ellos correr. El miedo se apoderaba de mí. No creía que avanzaba de nuevo hacia DownGreen. Sentía sus brazos casi en mi cuello y decidí que no quería morir así.

Mientras avanzaba, me di cuenta de que había una estación de gasolina. Al lado de esa estación, había un auto con personas, o tal vez eran de esas "cosas". Pensé en acabar con todos estrellándome contra uno de ellos. Prendí fuego a la parte trasera de la moto. Todas esas "cosas" me perseguían; no había tiempo. En el momento del impacto, uno de ellos trató de desviarme y lo consiguió. Me desvíe directo a un servicio 24 Horas, pero al pasar, solo sonreí y me di cuenta de que Marshall era el del auto. Solo pensé:



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En el texto hay: misterio, zombis, zombi con conciencia

Editado: 03.08.2025

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