El rugido del motor se desvaneció mientras nos alejábamos del refugio que había sido nuestro hogar temporal. La noche se cernía sobre nosotros, oscura y silenciosa, pero el eco de la batalla aún resonaba en nuestras mentes. La pérdida de Red pesaba en el aire, y el miedo se mezclaba con la incertidumbre.
—"¿A dónde vamos ahora?"— preguntó Tracy, mirando por la ventana con ansiedad.
—"Hay un asentamiento a unas horas de aquí,"— respondí, intentando sonar más seguro de lo que realmente me sentía. —"Es un lugar que escuché mencionar. Tal vez podamos encontrar refugio y suministros allí."
Maverick, que había estado en silencio, asintió.
—"No tenemos otra opción. No podemos quedarnos parados. Necesitamos organizar un plan."
Después de un trayecto que pareció eterno, finalmente llegamos al asentamiento. Las luces estaban apagadas, y una sensación de desolación nos envolvió al entrar.
—"Esto no se ve bien,"— murmuró Lita, mirando a su alrededor con desconfianza.
—"Es un lugar vacío,"— dijo Líria, su voz apenas un susurro. —"¿Dónde están todos?"
Bajamos del auto, y el silencio era abrumador. Las casas estaban en ruinas, y la maleza había comenzado a cubrir lo que alguna vez fue un lugar vibrante.
—"Vamos a investigar,"— dije, tratando de mantener la calma. —"Quizás haya algo útil."
Nos dividimos en grupos pequeños para cubrir más terreno. Maverick y yo nos dirigimos hacia un edificio que parecía ser un antiguo centro comunitario.
—"¿Crees que haya alguien aquí?"— pregunté mientras empujaba la puerta, que chirrió ominosamente al abrirse.
—"Dudo que haya sobrevivientes,"— respondió Maverick, su mirada escaneando el interior. —"Pero debemos asegurarnos."
Dentro, el aire era denso y polvoriento. Las mesas estaban desordenadas, y algunos papeles amarillentos estaban esparcidos por el suelo.
—"Mira esto,"— dijo Maverick, recogiendo un mapa desgastado. —"Parece que hay más asentamientos en la zona. Podríamos tener opciones."
—"Eso suena prometedor,"— respondí, sintiendo un ligero rayo de esperanza. —"Tal vez podamos encontrar a otros."
Mientras examinábamos el lugar, un ruido repentino nos hizo girar.
—"¿Qué fue eso?"— pregunté, mi corazón latiendo con fuerza.
—"No lo sé,"— respondió Maverick, con los sentidos alerta.
De repente, una figura apareció en la entrada. Era un hombre, su rostro cubierto de suciedad y miedo.
—"¡No se acerquen!"— gritó, levantando un arma improvisada. —"¿Quiénes son ustedes?"
—"¡Espera!"— exclamé, levantando las manos en señal de paz. —"No venimos a hacer daño. Solo buscamos refugio."
El hombre nos miró con desconfianza, sus ojos llenos de desesperación.
—"¿Refugio? ¿Por qué debería confiar en ustedes?"— dijo, su voz temblando.
—"Porque también estamos huyendo de los Divoks,"— respondió Maverick, dando un paso adelante. —"Perdimos a uno de los nuestros. Solo queremos sobrevivir."
El hombre bajó lentamente su arma, aunque todavía parecía nervioso.
—"Mi nombre es Eli,"— dijo, su tono más relajado. —"Este lugar solía ser seguro, pero hace semanas, una horda de Divoks lo arrasó. La mayoría de la gente se fue, y los que quedaron... bueno, no todos sobrevivieron."
—"¿Hay más asentamientos cercanos?"— pregunté, recordando el mapa que Maverick había encontrado.
—"Sí, pero están en la misma situación. La gente se ha dispersado, y los Divoks están por todas partes,"— explicó Eli, su mirada llena de tristeza. —"No sé si es seguro ir a esos lugares."
—"Pero no podemos quedarnos aquí,"— insistí. —"Necesitamos encontrar a otros que hayan sobrevivido."
Regresamos al grupo y compartimos la información que habíamos obtenido. Eli se unió a nosotros, su conocimiento del área era valioso.
—"No hay mucho que podamos hacer aquí,"— dijo Eli, mirando al grupo. —"Pero si quieren, puedo guiarlos a un lugar donde tal vez encuentren más sobrevivientes."
—"Eso suena bien,"— dijo Tracy. —"Pero, ¿cuál es el plan? No podemos simplemente salir y esperar que todo salga bien."
—"Debemos movernos rápido y en silencio,"— sugirió Maverick. —"Si los Divoks están cerca, no podemos arriesgarnos a ser encontrados."
—"Voy a buscar suministros en este asentamiento,"— propuso Lita. —"Tal vez haya algo que podamos usar."
—"Yo iré contigo,"— ofrecí. —"No podemos permitirnos perder más tiempo."
Mientras Lita y yo explorábamos el asentamiento en busca de víveres, el silencio era inquietante. Cada sombra parecía moverse, y el miedo a ser sorprendidos nos mantenía alerta.
—"¿Crees que encontremos algo útil?"— preguntó Lita, abriendo una puerta que chirrió al hacerlo.
—"Espero que sí,"— respondí, revisando una estantería llena de polvo. —"Cualquier cosa puede ser útil en este momento."
De repente, un ruido resonó en el pasillo. Ambos nos congelamos, y Lita me miró con ojos aterrorizados.
—"¿Qué fue eso?"— susurró.
—"No lo sé,"— respondí, acercándome cautelosamente.
Al asomarme a la esquina, vi a un grupo de Divoks explorando el lugar. Eran varios, y su aspecto era aterrador.
—"¡Lita, retrocede!"— susurré, empujándola hacia atrás.
—"¿Qué hacemos?"— preguntó, su voz temblando.
—"No podemos enfrentarnos a ellos,"— dije, sintiendo cómo el pánico comenzaba a apoderarse de mí. —"Debemos volver y advertir a los demás."
Nos movimos silenciosamente, tratando de no hacer ruido. A medida que nos alejábamos, el sonido de los Divoks se hacía más distante.
Cuando finalmente regresamos, encontré a todos reunidos, discutiendo el siguiente paso.
—"¡Chicos!"— exclamé, mi voz llena de urgencia. —"Los Divoks están aquí. Hay un grupo en el asentamiento."
—"¿Cuántos?"— preguntó Maverick, su expresión seria.
—"Al menos cinco o seis,"— respondí, sintiendo que el miedo se apoderaba de mí. —"No podemos quedarnos aquí."
—"Debemos salir ahora,"— dijo Eli, su voz firme. —"Si están aquí, no tenemos tiempo que perder."