El amanecer se filtraba a través de las ramas del bosque, iluminando el claro donde nos habíamos refugiado. A pesar de la tensión de la noche anterior, el aire fresco traía consigo una sensación de renovación. Nos habíamos reunido en un círculo, con Milo haciendo guardia cerca de Meredith, quien aún dormía, abrazada a su perro.
—"¿Qué haremos hoy?"— preguntó Tracy, estirándose y mirando a todos con una mezcla de determinación y preocupación.
—"Primero, debemos asegurarnos de que el área esté despejada,"— sugirió Eli, su mirada fija en el bosque. —"No podemos permitir que los Divoks nos sorprendan de nuevo."
—"¿Y si encontramos a otros sobrevivientes?"— interrumpió Meredith, despertándose de repente, con los ojos aún entrecerrados. —"¿Podemos ayudarles?"
—"Claro que sí, Meredith,"— respondí, sonriendo. —"Si encontramos a otros, podemos unir fuerzas. Eso nos haría más fuertes."
Milo movió la cola, como si comprendiera la gravedad de la situación. Meredith lo acarició, dándole un poco de consuelo.
—"Pero, ¿y si los Divoks están cerca?"— preguntó Lita, su voz llena de inquietud. —"No quiero volver a enfrentar a Ralf."
—"Entiendo tu miedo,"— dijo Maverick, mirando a todos. —"Pero no podemos vivir con miedo. Debemos ser proactivos. Si hay otros, debemos encontrarlos antes de que ellos nos encuentren a nosotros."
—"Podríamos dividirnos en grupos pequeños,"— sugirió Tracy. —"Así cubriremos más terreno y será más fácil encontrar a otros."
—"Eso suena bien,"— asentí. —"Eli, ¿puedes guiarnos a través del bosque? Tu conocimiento será útil."
—"Sí,"— respondió Eli, asintiendo. —"Conozco algunos caminos que podrían llevarnos a áreas donde otros podrían haberse refugiado."
—"¿Qué hacemos con Meredith?"— preguntó Lita, mirando a la niña que comenzaba a jugar con Milo.
—"Ella puede venir con nosotros,"— dije, mirando a Meredith. —"Tú eres valiente, ¿verdad?"
—"Sí,"— respondió Meredith, sonriendo con confianza. —"Quiero ayudar."
—"Entonces es decidido,"— dijo Maverick. —"Nos dividiremos en dos grupos. Yo iré con Tracy y Meredith. Eli y Lita, ustedes vayan juntos. Nos reunimos aquí al mediodía."
Con los planes establecidos, nos preparamos para partir. Cada uno tomó lo que pudo del refugio temporal, asegurándose de llevar suministros y armas improvisadas.
—"Recuerda, mantente cerca de nosotros, Meredith,"— le dije mientras nos dirigíamos hacia el borde del bosque. —"No te alejes."
—"No me alejaré,"— prometió, su voz firme.
Milo ladró suavemente, como si entendiera la importancia del momento.
—"Vamos, Milo,"— dijo Tracy, mientras comenzábamos a caminar. —"Tú también eres parte del equipo."
A medida que avanzábamos, el sonido de nuestras pisadas se mezclaba con el canto de los pájaros y el susurro del viento entre los árboles. La tensión del día anterior parecía desvanecerse, aunque la preocupación por los Divoks siempre estaba presente.
—"¿Crees que habrá otros aquí?"— preguntó Meredith, mirando a su alrededor con curiosidad.
—"Espero que sí,"— respondió Maverick. —"Este bosque solía ser un lugar seguro. Tal vez algunos lograron esconderse."
—"¿Y si no hay nadie?"— preguntó Tracy, su voz un poco más sombría.
—"Entonces seguiremos buscando,"— afirmé. —"No podemos rendirnos."
Después de caminar un rato, encontramos un pequeño claro. Al acercarnos, escuchamos voces.
—"¿Escuchan eso?"— susurré, levantando la mano para detenernos.
Todos nos quedamos en silencio, y efectivamente, se escuchaban murmullos provenientes de detrás de unos arbustos.
—"¿Deberíamos acercarnos?"— preguntó Tracy, su voz tensa.
—"Sí,"— respondí, sintiendo la adrenalina correr por mis venas. —"Debemos ver quiénes son."
Nos acercamos lentamente, y al asomarnos, vimos a un grupo de personas que parecían estar organizando un campamento improvisado.
—"¿Son ellos?"— preguntó Meredith, sus ojos brillando de emoción.
—"Parece que sí,"— dijo Maverick, observando con atención. —"Pero debemos ser cautelosos."
Decidí dar un paso adelante, levantando las manos en señal de paz.
—"¡Hola! No venimos a hacer daño,"— grité, intentando sonar amistoso.
El grupo se volvió hacia nosotros, y un hombre de aspecto fuerte dio un paso al frente.
—"¿Quiénes son ustedes?"— preguntó, su voz grave pero no amenazante.
—"Somos sobrevivientes,"— respondí. —"Buscamos refugio y ayuda. Perdimos a uno de los nuestros hace poco."
—"¿Red?"— preguntó una mujer que estaba a su lado, su expresión de sorpresa. —"Lo conocíamos. Lamentamos su pérdida."
—"Gracias,"— dije, sintiendo una mezcla de tristeza y alivio al saber que Red había dejado una impresión. —"¿Hay más de ustedes?"
—"Sí,"— respondió el hombre. —"Hemos estado aquí un par de semanas. Nos hemos estado escondiendo de los Divoks, pero hemos tenido suerte hasta ahora."
El grupo se presentó: se llamaban los "Refugiados del Bosque". Compartieron sus historias, y pronto nos dimos cuenta de que teníamos mucho en común.
—"Podemos unir fuerzas,"— sugirió el hombre, cuyo nombre era Sam. —"Con más personas, seremos más fuertes contra los Divoks."
—"Eso suena bien,"— asentí. —"Pero necesitamos un plan para protegernos."
—"Podemos establecer un perímetro de seguridad,"— propuso una mujer llamada Clara. —"Y hacer patrullas para mantener el área vigilada."
—"Me gusta esa idea,"— dijo Maverick, mirando a todos. —"Mientras tanto, podemos buscar suministros juntos."
Meredith, emocionada, se acercó a otros niños del grupo, y pronto comenzaron a jugar con Milo.
—"Mira, Milo tiene nuevos amigos,"— dijo Tracy, sonriendo al ver la alegría de la niña.
—"Es bueno ver a Meredith feliz,"— comenté, sintiendo un alivio momentáneo.
Mientras los adultos discutían estrategias, no pude evitar sentir que, a pesar de la adversidad, estábamos construyendo algo nuevo y valioso.