2min-shots

Ruleta Rusa 3 | 3

Choi no dijo nada.

Simplemente cerró la puerta.

Del lado de adentro.

Taemin se mostró más seductoramente que antes mientras se arrastró frente a Minho para bajarle el cierre.
Si Choi no quería, simplemente debía decir que no.
Pero no lo hizo.
No dijo nada, sólo dejó que Taemin hiciera lo que quisiera.

Aspiró el olor varonil que tenía el mayor mientras pegaba su cara a su bulto.

Qué depravado.

Claro que él no se quedaba atrás.
Minho era el primero en poner su palma en el cuello del menor para que no se alejara, ¿quién era el verdadero pervertido aquí?
Taemin lamió su pene y él llevó su cabeza hacia atrás, pegándola a la puerta, soltando ciertos gruñidos mientras follaba la boca Taemin.

—Carajo.

Tomó eso como un cumplido saboreando su falo. Adentro y afuera de su boca, mientras sentía cómo su saliva caía por un lado de su boca.
Envolvía y desenvolvía sus labios alrededor del pene de Minho.
Llevó su mano derecha a su propia erección y masajeó durante varios minutos, mientras trabajaba en el miembro de Minho, hasta que él se vino en su boca.

Y Taemin tragó todo.

—Eres delicioso, Minho—comentó pasándose la lengua por el labio superior, mirando con hambre al morocho.

Te deseo, aquí y ahora. Sí.

Minho lo tiró hacia arriba y estampó ambas bocas juntas.
Presionó ambos cuerpos juntos, frotándose a él y excitándose nuevamente.
Apretó el trasero de Taemin al descubierto y se aventuró a introducir un dedo.

—Eso te pertenece—le susurró en el oído mientras le desabrochaba la camisa del uniforme.

¿Qué le pasaba?

Se suponía que él debía arrojarlo lejos, no darle el gusto y atraerlo cada vez más a su vida.
Taemin tenía juguetes, no parejas, ya sean temporales o no. Él no decía ese tipo de cosas.

¿Qué me haces?

Minho seguía con su dedo dentro de Taemin y éste pasaba su lengua por el cuello del otro, marcando un camino hacia la barbilla de Minho, y luego subiendo un poco más a sus labios, para volver a besarlo.
—Taemin...

—¿Sí?

No contestó, en su lugar le mordió el cuello, marcando un chupón. Marca de pertenencia.
Taemin gimió en su oído cuando Choi agregó dos dedos más.

Su amigo nuevamente estaba excitado y listo para meterse en Taemin. Su mente le ordenaba salir de ahí, soltarlo y correr lejos, donde el menor no tuviera poder sobre él.
Pero de seguro no existía un lugar así en toda la Tierra.

—Minho, ¿aún soy un acosador pervertido?

Minho dejó su tarea (de preparar a Taemin) de lado y llevó su mirada a su rostro.
—Definitivamente, y hoy más que nunca.

No pares.

Taemin se dio vuelta y le enseñó su trasero a Minho, mientras ponía sus brazos en la pared.
Sin dudar, posicionó su falo en el ano del menor.
Iban a tener sexo en el baño de la escuela.

Fantástico.

—Oh, Minho... —comenzó a gemir mientras el nombrado se metía cada vez más profundo en él.
Sentía cómo su interior comenzaba a arder, pero a la vez se sentía húmedo. Era una sensación extraña, y a la vez placentera.

—Deténme si es demasiado.

Ni en sueños.

Más profundo.

—A tus órdenes, Tae.

Se mordió la lengua bastante fuerte para reprimir semejantes gritos. Debía ser cuidadoso.
Minho llevó su lengua a la oreja de Taemin y la comenzó a lamer para luego morderlo.

—¡Esto es tan bueno!

Coincido.

No le molestaría hacerlo con él una vez más. O dos. O tres.

Sí...

A la mierda Irene.

 

***

 

Cuando Kibum vio cómo Taemin se acercaba caminando despacio hacia su casillero, supo lo que había hecho.

Eres increíble.

—¿Qué tan profundo te lo metió?

Taemin sonrió depravadamente.

—Si quieres averiguarlo, pídele a Jong Hyun que te enseñe.

Kibum frunció el ceño.

—Te dije que no me gusta.

—Entonces supongo que no te molestará si voy y lo beso, ¿no?

El morocho abrió aún más los ojos.

—No... no me molestaría—apretó los dientes.

—Con lengua.

Kibum subió los hombros.

—Y hasta quién sabe, tal vez podamos... Bueno, vuelvo en un rato. Adiós—Taemin iba a dirigirse hacia la cafetería, lugar donde se encontraban los amigos de Minho, y hasta el propio Minho.

Pero Kibum lo frenó.

—¿Sí?—se hizo el desentendido.

—Tae... por favor, no lo hagas.

Sonrió interiormente.
—Alguien tiene que hacerlo, si no eres tú, soy yo, ¿qué te parece?

—¡Bien, yo iré!

Así me gusta.

 

***

 

Cuando entraron a la cafetería, Taemin vio de lejos cómo una chica delgada, más baja que él y con las puntas del pelo rosa hablaba con Minho.

A Taemin le hirvió la sangre.

Vio de lejos a sus amigos mirándolos a los dos atentamente, al igual que ellos y se dio cuenta.
Ella era la destinataria original de la carta.

Supuso lo peor.

Que Minho le había entregado la carta y ella lo había aceptado.

Minho se veía animado hablando con ella, y eso hizo que a Taemin le doliera un poco el corazón.
Se lo quedó mirando hasta que Minho sintió un par de ojos extras en él y llevó su mirada a donde estaba Taemin.

Él no se movió.
Pero vio a Minho mirar una última vez a la chica antes de pasar al lado de ella dejándola con una expresión confusa.

Perra.

Taemin se veía triste, o nervioso, y Minho había tomado una decisión. No sin antes llevarse comentarios sorprendidos de sus amigos.
Jinki había llamado a Irene para que Minho hablara con ella, al menos una vez para confirmar sus sentimientos.

La distancia era cada vez menor entre ambos y Taemin se preparaba para lo peor. Que Minho le dijera que la chica le había correspondido.
O que simplemente lo ignorara y pasara de él.

Cerró los ojos cuando Minho quedó a dos metros de él.
Segundos de silencio total, cero tacto, pasaron de un momento a otro a ser todo lo contrario.
Minho lo tomó de ambas mejillas y le plantó un beso bien firme frente a todos.
Kibum estaba a un lado de Tae viendo totalmente sorprendido.



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En el texto hay: shinee, 2min, jongkey

Editado: 25.07.2020

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