2min-shots

Chantaje 3 | 3

Minho le hizo señas para que se acercara, Taemin inmediatamente se tapó la cara por la vergüenza. Sus amigos lo miraron extrañados, se disculpó y se alejó para acercarse a Minho.

Al ver su reacción, el mayor no pudo evitar sonreír como un idiota, pero inmediatamente borró aquella sonrisa y fue reemplazada por una mueca, al verlo a sólo unos metros. Hizo que lo siguiera y se encerraron en un aula vacía.

En cuanto cerró la puerta, Taemin se recostó en la pared y no se movió, esperando.

No habían hablado de lo que habían hecho ayer.

Cerró los ojos por unos segundos, al abrirlos fijó su mirada en Minho, quien estaba frente a él observándolo.

—Taemin. 
Atendió a su llamado.

—Lo siento.

Levantó una ceja confundido. Vio atentamente cómo Minho posaba su peso en un pie y luego en otro, nervioso. Cuando dejó ver su rostro, se veía raro. No era un buen sentimiento.

—¿Por qué te disculpas?—logró hablar con curiosidad.

—Por chantajearte. No debería haberlo hecho.

Él se quedó en silencio. Ya no pensaba en “eso” que hacían como un chantaje. Prácticamente le daba igual.

—¿Y por qué-

—Ya no lo haré.

Los segundos de silencio parecieron eternos. La respiración pesada de Minho, los latidos apresurados de Taemin, sus manos temblorosas, la incomodidad de Minho.

—Es tu secreto, ya no te pediré que hagas nada.

Su mente se auto cuestionaba, no entendía por qué las palabras se negaban a salir de su boca.

¿Qué?

—Nos vemos.

El modo en el que Minho se alejó de él, la puerta abriéndose y cerrándose segundos después, todo eso sucedió en cámara lenta.

Debería sentirse aliviado, ya estaba seguro y nadie se enteraría de eso.

Pero no era así. 
Y no pensaba siquiera admitirlo.

Taemin vivía en su mundo ideal nuevamente, donde nadie sabía su secreto, donde nadie tenía poder sobre él, donde nadie conocía su debilidad, y si no era él el primero en convencerse de eso, nadie sería capaz de hacerlo.

Todo volvería a la normalidad.

 

***

 

O eso pensaba hace aproximadamente un mes.

Sus amigos ya no toleraban su actitud, parecía un niño pequeño con un orgullo como el de un ogro. Cada vez que le llevaban o presentaban a una chica, no importa si ella le coqueteaba o no, él la ignoraba. Cada vez que Donghae quería salir y juntarse con él y uno que otro amigo más, Taemin ponía sus excusas.

Lo único bueno que sacó de todo eso, fue que dejó de fumar, aunque no totalmente, pero redujo considerablemente el uso de los cigarrillos a uno, una vez por semana.

Se peleaba con uno que otro compañero y hasta le contestaba a los profesores. Estaba tan ocupado pretendiendo estar bien, que no se daba cuenta lo distraído y orgulloso que estaba siendo.

Minho lo llevaba bastante bien.

En su mente.

Jonghyun estaba harto, le hablaba y parecía que hablaba con la pared. Bueno, al menos la pared lo escucharía completamente.

Varias veces le preguntó por qué se veía así de lamentable, pero Minho sólo respondía incoherencias.

—¡Hey!—le lanzó un libro y Minho cayó al suelo. El profesor regañó a Jonghyun por interrumpir la clase y causar las carcajadas de sus compañeros.

—Lo siento, tenía un mosquito.

Kibum, el nuevo novio de Jonghyun, no paraba de reír por lo que había hecho y dicho su pareja. En condiciones normales, Minho le devolvería el golpe, o hasta lo insultaría “amigablemente”, pero eso no pasó.

Sólo se acomodó nuevamente en el asiento y fingió prestar atención.

Esa actitud preocupó a su amigo.

A Kibum no, él seguía ocupado riéndose de la situación.

 

***

 

Nunca supo qué fue lo que lo obligó a alejarse de Taemin. Probablemente el terror que tenía el menor de que su secreto se descubriera, o tal vez se había dado cuenta de lo malo que había sido chantajearlo.

Por eso se disculpó y se alejó, Taemin también puso de su parte y lo ignoró cada vez que pasaba cerca suyo. Pero ninguno de los dos podía controlar las ganas de posar sus ojos en el otro.

Minho no sólo quería volver a hablarle, también quería acariciarlo, abrazarlo y besarlo, pero sabía que eso no podía pasar.

Taemin no podría decir algo así nunca, pero sí lo deseaba en su interior. Extrañaba su tacto sobre él, extrañaba las caricias y sus besos, pero en su vida lo admitiría.

Una idea lógica y realista.

Pero ninguno de los dos se alejaba de sus límites impuestos.

En esta sociedad, sé obediente.

Una nueva idea que se planteaba Taemin. Pero con la cual su corazón no estaba de acuerdo.

 

***

 

Mes y medio, y él ya no lo soportaba. 
Jonghyun a él tampoco. Necesitaba hacer algo, pero tampoco sabía cuál era la causa del comportamiento de su amigo.

Cuando le preguntó a su novio, le fue difícil hacerlo hablar, pero accedió luego de propuestas pícaras que le ofreció Jonghyun.

No tenía idea de que el chico más popular era homosexual, nunca lo hubiera sospechado, y tampoco sabía que Minho estaba encima de él. Pero inmediatamente ideó un plan para ayudarlo.

 

***

 

Cuando leyó la nota de que Minho quería verlo y hablar con él, tuvo unas sensaciones extrañas en el estómago. Él nunca las había sentido, pero otras personas las llamarían “mariposas en el estómago”.

Quería encontrarlo en el gimnasio, a esa hora estaría vacío, así que se dirigió a ese lugar. Abrió la puerta lentamente y entró mirando hacia todos lados, cuando divisó a Minho sentado en una esquina, se acercó a él de manera nerviosa. Tenía curiosidad sobre qué quería decirle.

Dio dos pasos lejos de la puerta e inmediatamente escuchó cómo ésta fue cerrada bruscamente. Minho levantó la vista sorprendido, miró a Taemin y automáticamente miró a la puerta. Se acercó a ella e intentó abrirla, pero ésta estaba cerrada.



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En el texto hay: shinee, 2min, jongkey

Editado: 25.07.2020

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