2min-shots

Apetito Sexual 2

Ni siquiera había transcurrido la mitad de la primer semana y Minho ya había estado la mayor parte del tiempo en el interior de su híbrido.

Desde el comienzo de su celo, no sólo había estado más caliente, sino también más pegajoso. Cada vez que podía, enredaba su cola alrededor de alguna de las extremidades de su humano, o incluso se sentaba sobre él y comenzaba a ronronear.

Y claro, casi todas esas situaciones, desembocaban en relaciones sexuales.

Minho estaba encantado con él.

El maldito pervertido hasta se había tomado vacaciones para estar con él y mimarlo.

Si bien estaba con tiempo libre, debía acelerar algunos documentos para no quedarse tan atrasado.

Entró a la ducha, se desvistió y dejó el agua corriendo, hizo un “pozo” de agua con sus manos y se lavó el rostro. Se estiró unos segundos y tomó el jabón. Frotó sus pectorales con él y descendió hacia su estómago.

Pasó el jabón por sus piernas y se lo frotó en una mano para limpiar las partes privadas.

Terminó la ducha y se envolvió una toalla en la cintura. Salió del baño y se dirigió a su habitación para buscar algo de ropa en el armario, cuando entró, Taemin estaba boca abajo durmiendo en su cama.

Su cola estaba aplastada por sus propias piernas y sus orejas de vez en cuando se movían.

Minho se quitó la toalla mientras observaba de reojo a su híbrido. Miró sus piernas y luego subió la mirada a su trasero. Antes de todo este asunto del celo, nunca se había atrevido a mirarlo con esos ojos de deseo con los que ahora lo miraba.

Taemin se removió y Minho no despegó la mirada de ahí.

Dejó la ropa de nuevo en el armario, desnudo como estaba se acercó al felino y su miembro no tardó en ponerse erecto.

Delicadamente se posicionó sobre él rozando su pene en sus piernas y finalmente sobre su trasero.

Taemin recién se despertó en cuanto sintió cómo una de sus orejas era mordida. Jadeó encantado y excitado a la vez, subió su cadera pegándola a Minho y rozó con su cola el miembro de su humano, haciéndolo gruñir por aquella agradable sensación.

Minho metió una mano bajo el short del felino y apretó con su palma entera su nalga.

—Minho~ —largó finalmente con una voz un poco aguda. Su dueño, aún mordisqueando sus orejas, lo posicionó en cuatro mientras sensualmente le quitaba la ropa inferior.

Estaba preparado para otra ronda, si había contado bien, esa sería la tercera o cuarta vez en el día; eran casi las ocho de la noche.

Taemin arqueó la espalda estirándose y dejando que el humano tocara todo lo que deseara. Con una mano apretó su cola y con la otra rodeó su erección y comenzó a pasarla por toda la extensión. Aumentaron los suspiros del felino junto al ritmo que marcaba Minho.

El humano soltó su cola y el híbrido separó aún más las piernas. Minho aprovechó aquello y llevó tres dedos a su agujero, el cual ya estaba húmedo.

Los metió uno a la vez e incrementó las embestidas que simulaba con su mano sobre el pene de Taemin; éste no pudo aguantar más y se vino soltando su líquido en las sábanas.

Apoyó su débil cuerpo sobre la cama, pero rápidamente fue levantado desde la cadera por su humano, mientras aún era embestido por sus dedos.

Ahora parecía ser Minho quien estaba en celo.

Aún con su pecho sobre el colchón, levantó su trasero y lo dejó a disposición de Minho, quien quitó los dedos y colocó su falo en el recto del híbrido. Taemin se reincorporó y se sujetó con ambas manos sobre la cama, aunque Minho lo sostenía a él para que no cayera.

Cuando terminó de adentrarse en él, frenó todos sus movimientos al ver que su cola y sus orejas estaban tensas.

—¿Estás bien?—preguntó preocupado, tenía miedo de haberlo lastimado.

Taemin giró la cabeza y mostró un rostro desesperado. Un hilo de saliva caía de una de las comisuras de sus labios y sus ojos estaban brillosos.

—Minho... —meneó el trasero aún con el mayor dentro—Lléname~ hazme tuyo—rogó sin vergüenza.

Minho sonrió e hizo lo que se le pidió.

Se salió, pero no completamente del híbrido y volvió a introducirse en él, de manera lenta. Las primeras embestidas fueron suaves, pero conforme a las quejas y jadeos del felino, aumentó el ritmo.

—Estás desesperado por mi leche—lo burló, y Taemin no lo negó, simplemente sus mejillas se pusieron un poco más rojizas, avergonzado.

—Soy un gato—se excusó.

Minho negó—Eres mi gato—pronunció la segunda palabra de manera lenta mientras sonreía.

Taemin gimió en respuesta y bajó la cabeza, se quedó mirando al colchón mientras el falo de Minho se empujaba dentro de él.

Dejó su cuello indefenso y su dueño no tardó en explotar aquella zona, a besos y chupones. Le hizo tres o cuatro para luego abandonar su cuello y pasar a su espalda y repetir el proceso.

Y pensar que ésta es sólo la primer semana.

Gruñó disfrutando de la sensación, su pene era casi chupado por el ano de Taemin, quien cada varios minutos comenzaba a apretarlo, lo cual dificultaba las embestidas.

—¿Quién es tu dueño?—preguntó excitado.

Taemin gimió mientras hablaba—Minho~

—¿A quién le perteneces?—lo interrogó nuevamente mientras aceleraba las embestidas.

—Por siempre... a ti—las primeras dos palabras las pronunció en voz baja para que el humano no las escuchara, por la vergüenza.

Minho terminó de empujarse en él y soltó su orgasmo dentro, dejó libres las caderas del felino y frunció el ceño en cuanto se dio cuenta que las había marcado. En recompensa, buscó sus labios y aplastó su boca sobre la de Taemin.

Le comió la boca mientras se acomodaba en la cama para quedar a un lado de él, lo tapó con las sábanas y Taemin se pegó a su pecho buscando calor.

¿Qué era estar seis semanas en el paraíso?

Sin dudas, Minho tenía la respuesta para eso.

“Taemin”.



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En el texto hay: shinee, 2min, jongkey

Editado: 25.07.2020

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