2min-shots

3 meses en el p̶a̶r̶a̶í̶s̶o̶ infierno

Taemin miró a todos lados con cautela. En un lugar así, no podía distraerse, y si llegaba a hacerlo, iba a ser jodido.

Literalmente.

Los demás presos lo miraban con hambre. Y eso que a penas era el primer día. Era un joven bello, se veía delicado. Aunque tenía su carácter.

Carajo, en estos momentos se arrepentía de haber aceptado el desafío del estúpido de Donghae. No debería haber robado ese puto auto, gracias a eso, ahora estaba en ese agujero lleno de tipos que podrían someterlo si quisieran. Eso le causaba repulsión.

Como castigo le dieron tres meses.

La voz de un tipo lo hizo girarse inmediatamente.

—Qué buen culo, lindura—su sonrisa depravada lo asqueó.

Taemin rodó los ojos—Aléjate, imbécil.

El tipo dejó de sonreír.

—¿Qué dijiste? Miren, la perra parece tener carácter—sus amigos lo alentaban como simios. Comenzó a avanzar hacia él—Parece que tendré que enseñarte una lección—pasó su vista sobre el cuerpo del chico y Taemin retrocedió.

Su espalda chocó contra la pared y sus piernas no reaccionaban como para salir corriendo.

Intentó tomarlo de la parte superior del mono naranja pero una patada en su estómago se lo impidió.

Taemin se quedó observando la situación inmóvil, sorprendido. 
Otro hombre se paró frente a él, dándole la espalda. 
Aquel tipo con el pelo un poco gris causaba más intimidación que todos los demás juntos. Era alto, formado, y daba miedo. Tanto como para que los demás retrocedieran.

Luego de dedicarle una mirada indiferente a Taemin, miró con furia a los demás—Él es mío—Taemin abrió los ojos como platos—Largo.

No tardaron en hacerle caso.

¿Tuyo? Soltó una risa seca, la cual él no tardó en escuchar.

Se acercó sonriendo hacia él. Su mirada lo abrumaba, era demasiado seria y profunda. Lo ponía nervioso.

—Joder, otro pervertido—el tipo elevó una ceja—Aléjate de mí.

Bastante interesante. Nadie que lo conociera se atrevería a decirle tales palabras.

Pegó casi de un manotazo su mano a la pared, justo al lado de Taemin, haciendo que éste se sobresaltara.

—¿Qué dijiste?—su mirada lo retaba a repetirlo.

Fingió tranquilidad—Lo que dije, ¿o acaso estás sordo?

Su mano tomó bruscamente su mentón y lo elevó hacia él.

—Qué atrevido—rozó con su pulgar su labio inferior—Parece que tendré que enseñarte qué lugar ocupas aquí.

Terminó de decir aquello y pegó su boca a la del morocho. Taemin intentó separarse, pero sus muñecas fueron apresadas por el contrario, además de que una pierna se puso entre las suyas.

Una lengua dominante se introdujo en su boca y buscó someter a la suya, lográndolo.

Logró morder al contrario y éste se separó furioso. Antes de que pudiera hacer algo, Taemin se soltó y escapó lo más rápido que pudo.

Minho no se dispuso a seguirlo.

Sabía que el chico no podría escapar por siempre.

 

***

 

Se dirigió a su celda recibiendo uno que otro silbido a los que respondió con el dedo medio. Eso sin duda le traería problemas más tarde, pero no le importaba siquiera un poco.

Entró a su celda y tembló cuando vio quién era su compañero.

El tipo con el pelo grisáceo lo miró durante un segundo antes de sonreírle malhumoradamente—Mira nada más.

Taemin quería morir.

La reja detrás de él se cerró y ya no había posibilidad de escapar. 
Se levantó de la litera de abajo lentamente y se acercó amenazantemente hacia el menor.

¿Por qué, de todos los reclusos que podrían haberle tocado de compañero, fue justo él?

—No te acerques—aunque fue inútil. Ya lo tenía encima.

Las manos de Taemin se agarraron de los barrotes, buscando escapar.

—No sé si eres muy valiente—sus frentes casi se tocaban—O muy estúpido.

Taemin no respondió. Estaba ofendido, pero ya no quería echar más leña al fuego.

—¿Cómo te llamas?

—Taemin.

—Soy Minho, y a partir de hoy, tu trasero me pertenece—serio. Taemin pestañeó rápidamente.

—¿Q-Qué?

Minho le hizo una mueca antes de acariciar la cara trasera de uno de sus muslos. Taemin se estremeció ante su tacto.

—Estoy ansioso de meter mi polla en ti.

Esto no podía estar pasando.

 

***

 

Taemin comió la asquerosa comida en silencio. Ahora no sólo había miradas obscenas sobre él, sino también miradas con odio.

Aunque no sabía por qué se desquitaban con él cuando fue Minho quien los avergonzó.

Los gritos de los guardias lo sobresaltaron.

Oh, no.

Era hora de ducharse.

Prácticamente fue empujado hacia las duchas, y los guardias apuraban a los reclusos para que se quitaran la ropa.

Tenía unos tipos al lado que lo intimidaban. No quería siquiera darse la vuelta, pero se vio obligado a hacerlo con el grito de uno de los guardias.

—¡Date la vuelta, y desvístete!—amenazantemente.

Pudo ver a uno de los tipos de reojo mientras se lamía un labio deseoso. No quería mirar hacia abajo, pero de seguro estaba erecto.

Desagradable.

Antes de jalar completamente su ropa, sintió un cuerpo cubrirlo desde atrás. Los hombres a su lado se alejaron temerosos.

No necesitaba voltear para saber quién era, pero estaba agradecido de que estuviera allí.

Un momento.

¿Qué estaba pensando?

—Desvístete—con una voz serena y baja.

Su rostro se coloreó—No... Ya sé cuáles son tus intenciones.

Minho lo encerró entre sus brazos, pero no para intimidarlo, sino para marcar territorio. Sus pectorales se pegaron a su espalda y hombros.

—No te haré nada.

Pareció sincero. Y a Taemin no le quedó de otra que creerle.

¿Por qué me está ayudando?

Dejó la ropa a un lado y abrió la llave del agua para que cayera sobre él. Minho continuó en la misma posición que antes, no se movió siquiera un centímetro. Y cada vez que sentía alguna mirada obscena en el chico, le dedicaba una mirada asesina. Los hombres miraban hacia otro lado asustados.



#1484 en Otros
#327 en Relatos cortos
#270 en Fanfic

En el texto hay: shinee, 2min, jongkey

Editado: 25.07.2020

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.