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Kibum lo miraba enojado y él sólo levantó los hombros como si nada.

—¿Para qué viniste si no vas a bailar?—lo cuestionó.

—Bueno, para empezar, fuiste tú quien me arrastró hasta aquí—el rubio rodó los ojos—Hasta diría que me secuestraste.

—No exageres. Necesitas relajarte—Minho asintió, comprendiendo—Yo también, tantos exámenes nos ahogan.

Minho rio—Lo dices como si estudiaras para ellos, sólo te copias de mí.

—¡Ve a bailar, ranoso!—lo empujó hacia la pista de baile—Y no vuelvas hasta que te hayas follado a alguien.

Lo miró confundido antes de perderse entre la multitud. 
La marea de gente era inmensa, la música estaba demasiado alta, y las luces violetas y verdes iban y venían, no enfocando casi nada.

Intentó dejarse llevar y moverse al ritmo de la música, pero se le hacía imposible ignorar los roces indecentes que ocurrían en su pecho y espalda. Varios chicos y chicas se frotaban contra él.

Se alejó de allí y se colocó contra una pared. A su lado, varias parejas se manoseaban. Y en frente suyo, un joven pelinegro llamó su atención.

Vestido completamente de negro, desde su camisa hasta su jean, incluso sus ojos tenían sombra oscura a su alrededor.

A Minho le gustó lo que vio.

Minho caminó hacia él y se sentó a su lado. El azabache no tardó en notar su presencia.

—Hola, soy Minho.

Probablemente el chico ni siquiera le respondería, pero se dispuso a intentarlo.

—Taemin—se presentó, con las palabras justas y necesarias. Ambos pasaron sus miradas por el cuerpo del contrario.

—¿Estás solo?—preguntó.

Taemin pareció pensar su respuesta—Depende quién pregunte—sonrió coquetamente y se acercó un poco más a él. 
Minho sonrió ante su gesto.

A lo lejos, pudo ver a su amigo Kibum enseñándole ambos pulgares mientras le sonreía. Minho desvió la mirada hacia la mano que se encontraba moviéndose cerca de su entrepierna.

—Dime, Minho... —su mirada se posó en los labios del castaño y se mordió los propios antes de seguir hablando—¿Te gustaría salir de aquí?

 

***

 

Cerró la puerta de su departamento y en cuanto lo hizo, el cuerpo del pelinegro se pegó a él, uniendo sus labios y tomándolo desde el cuello.

Minho fijó sus palmas en su cintura y unos segundos después bajó hacia el trasero del chico, apretándolo.

Taemin jadeó en medio del ardiente beso y capturó el labio de Minho. 
Minho se dirigió hacia su habitación, aún con el chico pegado a él. Taemin cambió de posición y lo empujó sobre la cama.

Se bajó sensualmente el jean y expuso sus tentativas piernas, desesperando a Minho y a su dura erección. Aún con la camisa negra puesta, se subió sobre él y buscó sus irresistibles labios, pidiendo otro beso.

Minho masajeó sus nalgas y el chico meneó su cadera encima de él, frotándose contra el bulto del contrario.

Se alejó por un momento y le bajó el cierre a Minho, con los dientes, lentamente. Le ayudó a quitarse el pantalón y la ropa interior, dejándolo completamente desnudo.

Admiró el tamaño de su miembro antes de introducirlo a su boca. Su cabello fue tomado por la mano del castaño, acercándolo más.

Comenzó a degustarlo con su lengua y Minho soltó un insulto al aire. 
Lo quitó de su boca y volvió a ingresarlo, ensalivándolo aún más.

—Te sienta tan bien mi polla en tu boca. Combina con tus ojos.

Taemin le sonrió depravadamente y aumentó el ritmo de la mamada, acercando a Minho hacia el orgasmo. Lo tuvo en su boca y Taemin tragó la mayoría del líquido, eso sin despegar su mirada de la de Minho.

—Móntame.

Decir eso sonó más caliente de lo que pareció.

Admiró cómo trepó sobre él y posicionó su miembro en su abertura, antes de deslizarse lentamente. Mordió su labio reteniendo unas cuantas palabrotas y Minho lo tomó desde la cintura.

Comenzó a brincar sobre él dejando salir varios sonidos de su boca, además de los ruidos obscenos que producían ambos cuerpos al chocarse.

Taemin apoyó sus manos sobre el pecho de Minho, sosteniéndose de allí. 
Minho lo ayudó a subir y a bajar tomándolo desde la cadera.

El interior del chico estaba en llamas, apresaba su falo y lo obligaba a enterrarse un poco más profundo en él.

—Diablos—Taemin soltó y agachó su cabeza hacia el rostro ajeno. Minho devoró sus labios antes de pasar su rostro sobre su cuello, para hacerle un chupón.

El azabache se dejó hacer, pero luego le devolvió el favor, marcando justo arriba de una de sus clavículas.

Aumentó el compás de las auto penetraciones y dejó su cabeza caer hacia atrás. Inconscientemente apretó sus dedos contra el pecho de Minho.

Sus dientes castigaban a sus propios labios, mordiéndolos hasta casi hacerlos sangrar.

—Vente ya—gruñó Taemin y pasó a ser llenado por el semen del castaño.

Intentó recuperar el aliento durante casi dos minutos.

Cuando lo hizo, se quitó de encima y se recostó a un lado suyo, listo para dormirse y no moverse en toda la noche.

Minho tapó ambos cuerpos y cerró los ojos luego de unos minutos.

 

***

 

En cuanto movió su brazo sobre la cama, notó que el lado contrario estaba vacío. Abrió los ojos para confirmarlo y tenía razón, el chico se había ido.

Se giró para evitar los rayos del sol que lograban colarse entre las cortinas.

Buscó su celular con una mano y frunció el ceño en cuanto notó un papel en su mesita de luz. Volvió a abrir los ojos y enfocó su vista en lo que estaba escrito.

“Lamento irme sin avisar, pero déjame decirte que tu polla me dejó sin palabras.

+82 250508666

Nos vemos”.

Minho sonrió al terminar de leer la nota.

Sería un placer volver a contactarlo.



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En el texto hay: shinee, 2min, jongkey

Editado: 25.07.2020

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