🌹Capítulo dedicado a Mary Romero🌹
"Tú y yo no somos hermanas".
"Solo eres una mosca muerta que vino a ocupar un lugar que no le pertenecía. Un ser miserable que vino a llenar un vacío, pero que es tan inútil que no lo consiguió".
"No eres parte de esta familia".
"Eres un estorbo".
"No eres nada".
Las palabras duras y llenas de odio de Susana se repiten en mi mente una y otra vez, haciendo que la herida se profundice más y más.
No quiero llorar, ninguno se merece ni una lágrima mía, pero no puedo evitar que me duela, no puedo hacer nada para que mis traicioneras lágrimas se deslicen por mi rostro sin control.
Me siento vacía, más rota aún de lo que estaba. Mi infancia fue una mierda, pero al menos tenía infancia, ahora sé que he vivido en una mentira todos estos años y ¿qué es una mentira sino es nada? No sé quién soy, ni de dónde vengo. Estoy sola en este mundo y eso duele...
Sorbo mi nariz para luego secarme las lágrimas con rabia. No estoy sola, al menos tengo a las chicas y a Zion y a Emma, a Kyle y a Maikol también. Exacto, no estoy sola. Vivo rodeada de personas que me quieren, que me apoyan, no necesito a los que solo me han menospreciado toda la vida, a los que nunca les he importado.
Pero si es así, ¿por qué mi corazón duele tanto? ¿Por qué no puedo dejar de llorar? ¿Por qué no puedo olvidar sus palabras, ni la rabia y el odio con el que las dijo? ¿Por qué no puedo hacer que paren de lastimarme?
¡Ah, joder, ya basta de lamentos! No se lo merecen.
¿Dónde demonios está el doctor, o la enfermera, o mi acompañante? Un fantasma me sirve igual, solo necesito alguien que me ayude a ir al baño. Me estoy haciendo pis.
Hace alrededor de diez minutos de que desperté completamente sola en esta habitación producto a la presión en mi vejiga. Al principio estaba desconcertada y asustada, odio los hospitales pues desde que Aby enfermó por primera vez, mis experiencias en ellos han sido horrorosas; sin embargo, luego fui recordando poco a poco el accidente y la pelea con mi hermana... con Susana.
Intenté levantarme para ir al baño, pero pronto me di cuenta del enorme yeso en mi pie derecho que llega casi a mi rodilla, más el horrible dolor en las costillas que casi me saca la respiración. Así que me resigné a esperar a que llegara alguien para rescatar mi vejiga mientras mis pensamientos recorrían terrenos peligrosos.
La puerta se abre y Zion entra, prácticamente corre hasta la cama y con cuidado, acuna mi rostro en sus manos y besa mis labios con delicadeza.
—Me has asustado, Ari. —murmura en voz baja y la preocupación que siento en su voz, me hace feliz—. Nunca, jamás, vuelvas a darme un susto como ese. ¿Cómo te sientes?
—Como si un bulldog se hubiese ensañado conmigo. Me duele todo. —Sus ojos se abren asustados y yo agrego rápidamente—. Pero voy a sobrevivir, no te preocupes. Por cierto, ¿podrías ayudarme a ir al baño? Ya no aguanto más.
—Todo lo que quieras. Es más, a partir de hoy me declaro tu esclavo personal hasta que te quiten el yeso. —Sonrío.
Zion me carga en sus brazos y me lleva hasta el baño. Con cuidado me deja en el suelo y me ayuda a subirme la bata y bajar mis bragas pues cuando hago el intento de hacerlo yo, el dolor me puede. Me ayuda a sentarme en el váter y gracias a Dios, recibo el alivio que mi vejiga tanto necesita.
Con el mismo cuidado, me regresa a la cama y me ayuda a acomodarme para luego darme un beso en la frente, algo que me encanta y no sé si él lo sabe pues nunca se lo he dicho, pero lo hace bastante a menudo.
—Esto de ser esclavo personal se te da bien.
—¿En serio? —Asiento con la cabeza—. Bueno, ¿recuerdas cuando Addy se fracturó la muñeca luego de golpear a Richard? —Vuelvo a asentir sonriendo mientras recuerdo la osadía de mi amiga—. Fui yo quien le dio la idea a Kyle de comportarse como su esclavo para enamorarla más.
—¿En serio? —Se ríe.
—Nah, fue Maikol.
—La mente de Maikol no es tan primitiva como para tener esa idea. Él es mucho más inteligente.
—De acuerdo, fui yo el de la idea. —Me río por el mohín en su rostro, pero cuando se sienta a mi lado en la cama, me recompongo. Luce demasiado serio—. ¿Puedo hacerte una pregunta?
Suspiro profundo. Supongo que es hora de preguntar qué me sucedió.
—¿Por qué Maikol te cae tan bien? —Ok, eso no me lo esperaba.
—Si me dices que estás celoso, te mato.
—¿Qué? ¡No, por Dios, no! Es... solo tengo curiosidad. O sea, tú y yo tenemos una relación por muy rara que haya empezado, o al menos eso pienso yo y, como es lógico, es normal que nos llevemos bien. Y aunque tú y Kyle se llevan de maravilla, siempre te has inclinado más a Maikol. Ustedes se convirtieron en amigos íntimos con gran facilidad.
—Sí, supongo. No estoy segura, la verdad. Tal vez porque somos completamente distintos, como el agua y el aceite. Él es calmado, con una paciencia desconcertante y yo soy un remolino arrasando todo a mi paso... No sé explicarlo, me siento bien a su alrededor, pero no es nada romántico, ¿ok? Él es el prometido de mi mejor amiga.