09

A la mañana siguiente, Junmyeon consideró fingir un dolor de cabeza o alguna otra dolencia y quedarse en su habitación. Pero sabía que era inútil. No podía evitar a Yixing para siempre. (Parte de él no quería evitar a Yixing en absoluto).

No tenía idea de cómo se suponía que debía actuar a su alrededor ahora. No tenía idea de cómo actuaría Yixing. Joder, fue un desastre. Un lío de proporciones desastrosas. O simplemente un desastre, punto.

Como era un cobarde, Junmyeon fue a buscar a Baek de camino al comedor, para que no tuviera que entrar solo.

Baek estaba siendo su yo alegre y enamorado, hablando de Chanyeol esto y Chanyeol aquello. Junmyeon apenas podía oírlo, su corazón latía en algún lugar de su garganta. Apenas podía mirar a Baek a los ojos, irracionalmente temeroso de que estuviera escrito en todo su rostro que había tenido la polla de Yixing en él anoche.

Había tenido la polla de Yixing en él anoche.

Llegaron al comedor demasiado pronto.

Junmyeon siguió a Baek al interior de la habitación, con las piernas inestables y el pulso acelerado.

—Buenos días —dijo, mirando a Minseok, que estaba sentado a la izquierda de Yixing. No miró a Yixing, pero en su visión periférica pudo ver que su mano sobre la mesa se quedaba quieta.

—Buenos días —murmuró Minseok en su café.

—Buenos días —dijo la voz más profunda de Yixing.

Las entrañas de Junmyeon se estremecieron, y por un momento no estuvo seguro de no vomitar.

Respiró hondo y se obligó a mirar a Yixing; parecería extraño si no lo hiciera.

Los ojos azules se encontraron con los suyos, absolutamente ilegibles.

Junmyeon deseaba poder estar tan sereno. Sintió que sus mejillas se calentaban.

Humedeciendo sus labios secos con su lengua, asintió levemente y tomó el asiento a la derecha de Yixing porque Baek había tomado el que estaba al lado de Minseok.

Baek dijo algo. Minseok dijo algo. Baek respondió algo. Ellos bromearon.

Junmyeon no pudo escuchar nada de eso. Se quedó mirando su plato vacío, todos sus sentidos dolorosamente en sintonía con el hombre a su lado.

—Deberías comer —.murmuró Yixing, usando su tenedor para poner salchichas en el plato de Junmyeon.

Junmyeon hizo lo que le dijo, odiándose a sí mismo por su incapacidad para juntar dos palabras. Una parte de él no podía creer que realmente fuera él. Nunca se le había trabado tanto la lengua con los alfas. Nunca.

Pero el olor de Yixing pareció destruir la poca compostura que le quedaba. Junmyeon trató de no inhalarlo, pero no funcionó: se encontró tomando bocanadas profundas. Alfa, decían sus instintos. Alfa, dijo su cuerpo, cada vez más caliente y ansioso.

No importaba lo que dijera su lado racional, que era su hermano, a sus instintos ya no les importaba un comino. No vieron a este hombre como su hermano. Todo lo que vieron fue un alfa. Un alfa que había estado dentro de su cuerpo. Quién lo había jodido tan bien, Junmyeon todavía podía sentirlo débilmente, el estiramiento fantasma hacía que su agujero doliera y se moviera alrededor de la nada, hambriento de más. Era jodidamente insoportable.

Fue una suerte que el olor de la comida enmascarara en gran medida otros aromas, o Baek indudablemente habría olido su excitación. Minseok podía ser inocente e inconsciente, pero Baek no lo era.

Evitando mirar a todos a los ojos, Junmyeon apuñaló una salchicha con su tenedor y se la llevó a la boca. Mordió la punta con cuidado.

Yixing hizo un pequeño ruido. Cuando Junmyeon lo miró, Yixing no lo estaba mirando, haciendo un agujero en su comida con los ojos. Llevándose la bebida a los labios, el alfa la bebió en unos largos tragos, su garganta bronceada trabajando.

Junmyeon apartó la mirada y se clavó las uñas en los muslos. El dolor fue bienvenido, despejando la niebla en su cabeza. Por un momento.

El desayuno pareció durar una eternidad.

Para cuando terminó, Junmyeon había logrado terminar su salchicha, pero todavía se sentía hambriento. Solo que era un tipo diferente de hambre. Un hambre que no tenía por qué sentir. Prácticamente salió corriendo de la habitación, incapaz de mirar a sus hermanos a los ojos. Podía sentir la mirada de Baek sobre él, pero Junmyeon ni siquiera quería pensar si Baek había sentido su excitación. Ya era bastante malo que Baek supiera de su repugnante atracción por Yixing; si Baek realmente podía olerlo, era... joder, era más que mortificante.

—¡Jun! —La voz de Baek detrás de él casi hizo gemir a Junmyeon. No quería hablar de eso. No estaba en condiciones de hablar de ello. Todo lo que quería era entrar en su habitación y meterse los dedos dentro de sí mismo, al diablo con su vergüenza y culpa.

—No quiero hablar de eso —dijo Junmyeon, caminando más rápido.

—No hay nada de qué avergonzarse, tonto —dijo Baek, agarrándolo del brazo. —Estás en celo.

Junmyeon se detuvo, parpadeando confundido. Le tomó un momento recordar que realmente era una luna llena de Vos esta noche. Sus celos eran normalmente tan suaves que Junmyeon ni siquiera seguía el ciclo de su luna. Los celos de los omegas Vos no eran tan abrumadores como los de los omegas Dainiri: eran simplemente períodos de gran excitación cada dos semanas en luna llena. Los episodios anteriores de Junmyeon habían sido débiles incluso para los estándares omega Vos; eran poco más que pequeños picos de libido. Nunca lo habían excitado lo suficiente como para ser un inconveniente.

Hasta ahora.

Fue un alivio saber que podía culpar del... lapso de juicio de la noche anterior a su celo que se acercaba, incluso si no era muy característico para él.