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"La Escuela Nacional de Artes se enorgullece de presentar este año la convocatoria a todos esos jóvenes artistas que aspiren a formarse de manera artística en sus instalaciones..."

--¿Así que quieres presentarte para la escuela nacional de artes?

"Deberán presentar un rollo con 36 fotografías de una cámara análoga tomado por el mismo aspirante de un tema libre..."

--No pensé que te gustaría la fotografía...

Me sobresalté. Instintivamente doble la hoja. Estaba tan concentrada en la convocatoria que no había notado el momento en el que alguien se poso en mi hombro, mirando. Aquella voz provenía de trataba de alguien que conocía, aunque no la recordaba en este momento justo. Era suave, pero no naturalmente, podría apostar que el dueño la modulaba de esa manera para que sonara así. Tal vez hasta un poco seductora, como un susurro. Me gire para descubrir a su dueño

--¡Andrés! ¡Me espantaste!

Se trataba de un compañero de clase. Andrés, o "Andy" como los demás solían llamarlo, era un chico aterrador... o al menos en apariencia. Se acercaba a los dos metros de altura y siempre llevaba ropa negra, maquillaje del mismo color y el cabello teñido de diferentes colores. Su aspecto era intimidador cuando lo veías por primera vez. De manera inconsciente pensarías que es un ladrón, y hasta podría jurar que debajo de esa chamarra de piel oscura llevaría algunos tatuajes en esa pálida piel, sin embargo... bastaba con hablarle un poco para darte cuenta que detrás de ese estereotipado chico, se podía encontrar a alguien más reservado y tranquilo.

--Lo siento...-- se disculpó. Realmente no era mi intención hacerlo. Solo quería saber que estabas leyendo. –dijo. En su tino había un arrepentimiento real. Demasiado para una situación que, si bien me desagradaba, tampoco era grave.

--Andrés... Andy—me corregí yo misma, intentando sonar más tranquila. –no me gusta que los demás miren lo que sea que este haciendo sin mi permiso. Te pido que por favor no lo hagas.

--Muy bien, ¿Entonces qué estás leyendo?

--Se trata de una convocatoria...

--Eso lo sé-- agrego con una risa engreída, interrumpiéndome. Supuse que ya había leído esa parte.

--Bien—Guarde la convocatoria que aun tenía en las manos en el mismo sobre donde Cassy me lo había dado para meterlo en la bolsa donde guardaba mi cámara. --Esta convocatoria es para entrar a una escuela de arte, en mi caso, para el área de fotografía.

--¿Y qué es eso del tema libre?

--Justo ahora no lo sé. Tendré que pensar en eso después--miré el reloj de teléfono. Tenía que irme ahora si es que quería llegar un poco antes que mi papa para recogerme de la escuela.

Me despedí de Andrés y camine hacia mi punto de reunión, donde veía siempre a mi papa. Justo a las 3:00. Algunas veces me permitían llegar con unos minutos de retraso, y eso solo cuando realmente tenía una buena justificación para llegar tarde. Creo que estos últimos 16 años nunca había tenido la necesidad de mentir, pero a usualmente me molestaba que mis padres siempre quisieran tenerme bajo una lupa cada minuto de mi vida.

Vi a lo lejos una pequeña multitud. Seguramente era uno de esos chicos que recorrían la escuela con su guitarra cargando en la espalda y de vez en cuando daba un pequeño show para sus amigos. Me acerque un poco para confirmar mi sospecha. A pesar de que tenía razón, resulto ser una sorpresa descubrir quien se encontraba detrás de aquella música.

No podía creer lo que estaba viendo, pero no podría alegrarme mas. Antes estaba segura de que lo había visto en algún otro lugar, pero jamás imagine que fuera un estudiante mas de mi propia escuela.

Su cabello negro y ondulado salía un poco de su sombrero. No había notado que siempre que lo veía llevaba camisa, la ultima vez pensé que era por la fiesta, pero sinceramente le quedada muy bien. Él parecía no notarme aun, así que deje que siguiera tocando. Por más que quise parar desapercibida, sus amigos voltearon de inmediato hacia mí. Estaba claro que no formaba parte de su grupo y eso podía notarse a kilómetros de distancia.

Después de unas cuantas canciones, unas cuantas que no conocía, Toni al fin noto mi presencia. Sonrió y continuó cantando, pero lo hizo aun más bajito de lo que ya estaba cantando antes. Así, la música de la guitarra eclipsaba su voz casi en su totalidad. Al acabar aquella canción guardo su guitarra

—Esto ha sido todo, Damas y caballeros. Tengo que retirarme, mi clase comenzará en unos minutos se quitó el sobrero e hizo una reverencia para su público. Volvió a acomodar lo en su cabeza, se colgó la guitarra al hombro y se hizo espacio entre la multitud.  y acerco a mí, con esa linda sonrisa en su rostro.

--No mencionaste que tocabas la guitarra.

--Un mago nunca revela sus secretos. —dijo y lo acompañó con un guiño, mientras se sentaba en una de las bancas que se encontraban rodeando el kiosco de la escuela. Las enormes jacarandas que crecían alrededor de la pequeña placita en el centro hacían que todo el piso se cubriera de una manta de un bello color lila y le daba un toque mucho mas encantador. Casi podría decir que era el escenario de alguna de esas comedias románticas que me gustaba ver.

--Creo que tocas muy bien. Yo nunca pude aprender a tocar guitarra. Resulto demasiado complicado para mí cuando lo intente, fue un desastre total—acompañe mi comentario con una pequeña sonrisa. Él parecía un poco sorprendido por mi comentario.

--¿Entonces tocas algún instrumento?—preguntó con un tono curioso.

--Pues... Si, un poco de piano, pero tampoco soy experta. 
creo que ya se a donde podríamos ir— por la cara que tenía, podía imaginar que estaba pensando en algo. Mi revelación sobre mi escaso talento en la música había despertado una idea en su mente y, por consiguiente, una sonrisa en su boca apareció.

—¿como dices?




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