4. Saga Contigo (especial)

6. Boda

Dieciséis meses después de la boda de Zion y Ariadna y once mesas antes de la de Maikol y Abigail.

1 de agosto de 2022

KYLE:

He estado nervioso muchas veces en la vida, ejemplo de ello es cada vez antes de entrar a la pista de patinaje durante una competencia o evento importante; cuando tenía que enfrentar a papá siendo un niño o en los exámenes de la escuela; pero en los últimos dos años he vivido con los nervios a flor de piel.

El día que conocí a Addyson; cuando me besó frente a su ex en el Big Bang; en aquella fiesta en la playa cuando me golpeó con la pelota y luego me lanzó la cerveza en el rostro, no por el hecho en sí, pues tengo que admitir que en ambos momentos estaba enojado, pero mis nervios eran por lo que ella provocaba en mí, por cómo, a pesar de no ser mi tipo de chica, una mirada, una sonrisa, un toque, aceleraba los latidos de mi corazón.

Cada momento con ella me ponía en alerta, sin saber lo que iba a pasar. Aún recuerdo aquella monumental erección en el pasillo de la residencia luego de la estúpida persecución en la que terminé apestando a agua sucia y con muchas, muchas ganas de follarla en cualquier rincón. O cuando supe que sería mi compañera de patinaje; cuando me enteré de que era la Chica Mariposa y por tanto mi primer amor.

O la vez que la besé luego de que me ayudara con Emma… ¡Dios! ¡Ese día sí estaba nervioso! Por primera vez sentía algo hacia una mujer que iba más allá de una simple atracción física al punto de que me pasé el día siguiente esperando a verla y en su lugar, me declaró la ley del hielo.

Cuando le pedí ser mi novia; el día que le canté nuestra canción intentando que le perdiera el miedo al patinaje; la vez que patinó por primera vez; cuando la hice mía el día de mi cumpleaños y sentí tocar el cielo con mis manos de tanta felicidad; cuando casi la pierdo por culpa de las acciones de mi padre; la noche que nos reconciliamos y cada acontecimiento que he vivido a su lado después de eso.

Pero sin duda alguna, hay cuatro momentos que podría decirse que me tenían los nervios de punta: el día que me llevó a conocer a su madre al cementerio; cuando le pedí matrimonio y felizmente aceptó; la mañana que me dijo que estaba embarazada hace un mes y cuando le ofrecí formar nuestra familia en la misma casa en la que ella nació.

Sin embargo, hoy será el día que encabezará esa lista de momentos épicamente nerviosos.

Hoy, la convertiré en mi esposa.

—¿Nervioso? —pregunta Zion con una sonrisa, mientras termina de acomodarse la pajarita de su traje frente al espejo de cuerpo entero que han dispuesto para prepararnos.

—¿Tú qué crees, idiota? —Con una sonrisa picarona se voltea hacia mí y me preparo para una de sus bromas.

—No te preocupes, tío, es Addyson, ella no se fugará de la boda como lo hizo Ariadna, así que respira tranquilo.

Maikol se ríe a nuestro lado y yo resoplo.

—¿Quién lo iba a decir? —comenta Maikol repentinamente serio.

—¿A qué te refieres?

—Ustedes dos, mis amigos playboy, esos que decían odiar el compromiso, casados antes que yo. La vida es muy injusta. —Eso último lo dice con una sonrisa. Sé que está bromeando, que si bien desearía estar casado ya con Aby, él está feliz por nosotros.

—La vida no es injusta, cuñadito, solo te está dando la oportunidad de disfrutar tu soltería. —Zion le da una palmada en la espalda y Maikol lo mira con mala cara.

—No estoy soltero, Zion. Puede que legalmente sí, pero en mi corazón, Abigail Thomson es mi esposa y eso es lo que importa.

—¡Así se habla, tío! —lo felicito.

Si hay alguien en este mundo al que admiro, es a Maikol, a Zion también, pero jode tanto que arruina el encanto; sin embargo Maik tiene una forma de ver la vida y enfrentarse a ella desde que era un mocoso, que no sé… siempre he pensado que es el mejor de nosotros.

Cada uno vuelve a concentrarse en asegurarse de que su traje esté impecable, pero el silencio es desquiciante haciendo que mi cabeza vuele a lo que está a punto de suceder y me ponga más nervioso aún.

—¿Dejaste a Emma con Ariadna? —Rompo el silencio para concentrar mi mente en otra cosa.

—No, está con su abuelo. —Sonrío.

Estefan Kanz ha hecho hasta lo imposible por forma parte de la vida de Ari y aunque ella al inicio estaba recelosa, ahora se llevan bastante bien, fundamentalmente porque Emma parece adorarlo y él a ella.

Otra que ha intentado ganarse a toda costa a Ariadna, es Camil. En serio, cuando Ari nos contó que el demonio dos le había pedido disculpas, mi quijada rodó por el piso. ¿Quién se lo iba a imaginar?

Y no solo eso, en uno de los domingos que visitó nuestra casa, una costumbre que hemos desarrollado de invitar a nuestras familias a pasarlo con nosotros, apartó a Maikol y se disculpó. Mi amigo lucía desconcertado, pero le dio el beneficio de la duda. No digo que ahora sean mejores amigos, pero por lo menos pueden estar en la misma habitación conversando como personas civilizadas sin las miradas de desprecio que la señora siempre le dedicaba.

Ahora Zion vive la vida feliz, como si nada en el mundo pudiera arruinarlo, ni siquiera su padre, que si bien no le interesa ser muy cercano, al menos se preocupa por el bienestar de su nieta y la llena de regalos cada vez que tiene oportunidad. También dejó de exigirle tanto a su hijo y mantiene conversaciones medianamente normales con él. Incluso trabajan juntos y yo me alegro por él. Por fin tiene la atención de su familia, por fin se siente como un Bolt y no un extraño.



#1144 en Novela romántica

En el texto hay: familia, futuro, amor

Editado: 27.10.2024

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