4. Saga Contigo (especial)

7. Tira del demonio

Tres meses después de la boda de Kyle y Addy.

13 de noviembre del 2022.

ARIADNA :

¡Lo mato, juro que lo mato!

Como lo que dice esta cosa sea verdad, mato a Zion Bolt sin importarme que me quede viuda. Bueno, tampoco tanto, pero lo castro como lo hacía el abuelo paterno de Addy a sus puerquitos.

Bajo las escaleras corriendo, con la desgraciada tirilla en la mano sintiendo como me quema. ¡Lo mato, lo mato, lo mato!

—¡Ariadna, cálmate! —grita Addyson tras de mí pero no le hago caso. Que se calme su suegra.

Aprovechando que no puede bajar las escaleras al mismo ritmo que yo, tomo ventaja, entro a la cocina y corro hacia la alberca, justo donde sé que está mi esposo, sus dos mejores amigos, Sabrina, Aby y mi nena hermosa.

Desde que nos mudamos por separado, todos los domingos nos reunimos en una de las tres casas para pasarlo juntos y esta vez tocó en la mía. Mal día para eso porque hoy va a correr sangre.

Al llegar a la piscina, una Emma de casi tres años, está pegada al cuerpazo de Maikol dentro de la piscina, mientras Kyle está sentado en el borde y Zion en una tumbona con una cerveza en la mano. Aby los vigila desde otra tumbona mientras simula leer un buen libro, tal y como se lo pedí y Sabrina flota tranquilamente dentro del agua.

—¡Zion Bolt! —El mencionado levanta la cabeza y luce sorprendido ante mi grito—. Esta cosa del demonio dice que estoy embarazada y como el médico diga que es verdad, te mato, ¿entendido?

La lata de cerveza que bebía mi esposo cae al suelo derramándose. El rubio ha perdido toda la sangre de su rostro y parece que se quiere desmayar; tanto mi hermano como Kyle lucen sorprendidos y la pequeña Emma se desorbita al ver el charco que la cerveza ha dejado en el piso. Le encanta salpicar en ellos.

—Muy bien, Ari… eres la viva imagen de la sutileza para dar noticias importantes —me reprende Addy una vez llega mí. Luce sofocada por el esfuerzo físico, pero desde que el aun no nacido Aaron, crece en su interior, esta chica no puede mover un dedo sin fatigarse.

—Ya, claro, porque la tirilla del demonio fue muy sutil, ¿no? —pregunto haciendo referencia a la prueba de embarazo—. Ella fue muy dulce cuando me dijo: Ariadna, tú sabes que entre las parejas activamente sexuales es totalmente natural que a la mujer le crezca la panza. ¿Vez esas dos rayitas rosas? Significan que estás embarazada, pero no te preocupes, que es algo muy bonito. —Termino imitando una voz rara—. No jodas, Addyson.

Mi amiga intenta contener la risa y cuando observo al resto de los presentes, me doy cuenta de que sucede lo mismo, menos Zion, que todavía no termina de procesar la noticia.

—Felicidades, hermosa.

—¡No juegues con eso, Maikol! —le reprendo mientras me acerco a ellos.

Kyle golpea la espalda del rubio y este lo mira como si quisiera matarlo.

—Despierta, macho, que estamos hablando cosas importantes. ¿No me habías dicho que iban a esperar a que Emma fuera un poco más grande para tener un hijo?

—Eso dije —responde en un susurro.

—¿Y no se estaban cuidando? —pregunta mi hermano. Mis amigas aunque en silencio, disfrutan la situación. Hasta Sabrina parece que en cualquier momento romperá en una carcajada.

—Sí.

—Yo tomaba mis pastillas, pero tuve que dejarlas por un tiempo. ¡Estábamos usando condón!

—¿Entonces? —pregunta Kyle.

—¡Por eso es que lo voy a matar! —chillo para sorpresa de todos—. O me embarazó a propósito o tiene una malformación en su polla que pincha todos los puñeteros condenes hasta romperlos, porque hay que tener muy mala suerte para tropezar dos veces con la misma piedra. Primero Emma y ahora hay un frijol creciendo en mi panza.

Todos, incluyendo a don musculitos, menos yo, ríen a carcajadas. Mis ojos se llenan de lágrimas. ¡Qué no estoy jugando, joder!

—¡No se rían! —Hago un berrinche y Zion, con la segunda sonrisa de su catálogo, la sexy, camina hacia mí.

—Cariño…

—¡Cariño, ni leches! ¡No te acerques!

Detiene su marcha pero el muy sinvergüenza, a pesar de que lo intenta, no puede dejar de reír.

—Ari —me llama Abigail—. Cielo, relájate. No lo estaban esperando, pero ese bebé los va a hacer muy feliz, se los prometo.

—¿Y quién dijo que lo voy a tener?

—¿Qué? —gritan todos alarmados.

—¿Pero no han visto cómo se le ha hinchado el cuerpo de Addyson? ¡Parece irreconocible!

—Oye, hermosa, que estoy aquí y puedo oírte a la perfección.

—Era la idea, guapa. Así dejas de creerte que luces bien cada vez que Kyle te lo dice.

—Sí se ve bien. Es muy sexy. —Sale de la piscina, le da un beso en los labios a su chica y luego uno a su barriga.

—Tú estás ciego.

—Y tú te salvas de que estás embarazada —me reprende la rubia con cara de enojada, pero termina sonriendo.



#1223 en Novela romántica

En el texto hay: familia, futuro, amor

Editado: 27.10.2024

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