Capítulo 2- 4:52 a. m.

Capítulo 2 — 4:52 a.m.

Nora estaba de pie.

Su silueta recortada por la luz roja del reloj.

Su rostro… quieto, inexpresivo.

Pero sus ojos parecían moverse con un leve temblor, como si miraran a través de él.

—Nora… —susurró Alex.

Ella no respondió.

Solo ladeó la cabeza, igual que en un gesto que él recordaba… o creía recordar.

El aire olía distinto.

Metálico.

La habitación ya no era la misma:

la ventana que antes daba a la calle ahora mostraba un muro.

Un muro gris.

Sin fin.

Alex retrocedió.

—¿Qué hiciste, Alex? —repitió ella, con una voz que no era su voz.

Era más profunda, casi doble, como si otra persona hablara desde dentro.

—¿Qué…? Yo no… —intentó decir, pero las palabras le temblaron en la garganta.

Ella dio un paso hacia adelante.

El suelo crujió.

Y al hacerlo, el cuerpo de Nora parpadeó, se fragmentó como una imagen vieja.

Por un segundo, ya no era ella.

Era otra cosa.

Un rostro pálido, vacío, con los ojos hundidos y una sonrisa torcida.

El reloj sobre la mesita vibró.

4:52 a.m.

No avanzaba.

—Esto no es real… —susurró Alex.

Giró hacia el pasillo.

La fotografía de su boda ya no estaba en el suelo.

En su lugar, había una mancha oscura que se extendía lentamente,

como si sangrara desde el papel invisible.

Al fondo, el televisor volvió a encenderse por sí solo.

Su voz retumbó por toda la casa:

—Tienes ocho minutos.

Alex apretó los dientes.

—¡Basta! —gritó—. ¡Deja de decir eso!

Pero el televisor respondió, mostrándolo a él, ahora con las manos cubiertas de sangre.

Y Nora… muerta.

Otra vez.

El sonido se cortó.

Solo el zumbido del reloj permaneció.

4:53 a.m.

Miró hacia atrás.

Nora había desaparecido.

La cama estaba vacía.

Y en el espejo del pasillo, su reflejo no lo imitaba.

El reflejo sonrió.

Solo el reflejo.

—Quedan seis

minutos —dijo, moviendo los labios en perfecto silencio.

4:54 a.m.