5 maneras de descubrirlos

Capítulo 04

El frío y la neblina me vuelven débil, tropiezo varias veces por las rocas del suelo y el barro que hace resbalar mis zapatos. Detrás de mi vienen dos locos de los Johnson persiguiendome, buscando mi muerte como psicópatas endemoniados. 

Todo parece ocurrir en cámara lenta, mi cabello golpea mi cara, la luna no ayuda a ver el camino y acabo cayendo sobre un montón de ranas. Me apresuro a levantarme para llegar a salvo a mi casa, a lo lejos se ve la luz del porche.

Y mientras vuelvo a correr, parece que todo fuera un bucle y no avanzara, cada paso que doy hace ver más lejos la casa y más cerca a los dos locos detrás de mi.

Trato de seguir a como de lugar, pasan los segundos y siento más cerca el cuchillo en mi garganta, están muy cerca. Maldita sea, ¿Qué está pasando?. No puedo contener las lágrimas, el hermano faltante aparece frente a mi, cosa que provoca que quede estática. No tengo escapatoria, tiemblo, el calor abandona completamente mi cuerpo, veo mi vida pasar frente a mis ojos y me doy cuenta de que este es el fin, de que no pude completar el reto.

Uno agarra mi cuerpo por detrás y acerca el cuchillo a mi garganta, el otro empieza a pasarlo por mi pecho, mi corazón deja de latir por un segundo cuando lo posiciona justo allí. El faltante se queda frente a mí, sonríe y chasquea los dedos, mi respiración se agita por décima vez en la noche y lo último que siento es como cortan mi piel.

 

La respiración vuelve a mi cuando caigo al suelo de mi habitación junto con cajas de zapatos a mi alrededor y algunas prendas de ropa, si, dormí en el closet.

Fue una pesadilla, una horrible, tétrica y escalofriante pesadilla. Estoy sudando como pollo a la brasa, mi respiración está agitada, me cortaron la maldita garganta. Solo pasó una semana y estoy básicamente traumada, el miedo es parte de mi ya.

Me levanto, saco otras cajas y me acomodo nuevamente en el suelo áspero del closet. Le pongo una posición a mi almohada y acomodo mi cobija, llamo al sueño de nuevo, aun se repite ese horrible momento en mi cabeza una y otra vez como si estuviera destinado a enloquecerme como punto final de este estúpido reto.

Mis ojos se vuelven pesados con el pasar de los minutos y cuando menos lo espero ya estoy dormida, esperando soñar con algo que no me de ganas de cortarme las venas.

(...)

No hay comida, no hay nada, ¿Cuando fué la última vez que visité el mercado? Antes de que todo esto empezara, dos semanas.

Debo ir, aunque estaría bien morir de hambre. Pero tampoco soportaría tanto.

Me doy un baño, me visto adecuadamente para el clima de esta ciudad. Juneau es el pueblo en el que vivo, casi nunca sale el sol, los días son lluviosos, hace frío a más no poder y parece sacado de una película de terror. Y siempre fue mi sueño venir y vivir aquí, mis padres siempre me advirtieron que el pueblo era raro.

Hoy lo confirmo. Pero no dejaré que unos endemoniados acaben con mis sueños. Y los descubriré como sea.

Al terminar, salgo con las manos dentro de mi abrigo y camino con los audífonos puestos repasando varias veces las cosas que debo comprar.

Llego a la parte central del pueblo muy rápido, está a unos pocos minutos de mi casa. Paso la vista por todos los locales hasta encontrar el que siempre tiene todo lo que necesito. Comienzo a acercarme pero aparece alguien frente a mi que hace que me detenga.

Había estado reprimiendo el recuerdo de anoche desde que desperté, que me olvidé por completo que hoy un hermano me buscaría. Y hoy está frente a mi, un par de ojos entre tonalidad azul y verde me miran fijamente. 

No me hizo daño en la madrugada en pleno asesinato, no me hará nada en pleno centro. 

Trato de esquivarlo pasándole por un lado, tengo hambre y quiero comer, tampoco quiero estar cerca de él ni de ningún Johnson. Pero me toca el hombro y me lleva a rastras hasta un callejón solitario en donde solo se escucha el agua goteando. 

Carajo, ¿Ahora que? 

Me toma de los hombros igual que hace horas. Está a centímetros de mi cara y hago lo posible por mantenerle la mirada, pero la intensidad que el tiene me quema y termino viendo a otro lugar. 

—¿No acataste las reglas? —Pregunta al fin. 

Trago grueso —No van a obligarme a nada, Joahn. Voy bajo mi propio riesgo cuando yo quiera. 

—No seas altanera. 

—¿Y tu quien mierda te crees que eres para decirme que hacer y que no? —Hablo fuerte.

Interiormente me estoy comiendo las uñas de los pies porque posiblemente las de las manos ya no las tengo. 

Me suelta y me empuja a la pared —Solo te doy una oportunidad de que sigas viviendo y cumplas el reto. Cosas que nunca se han hecho antes. 

—¿Qué dices? 

Me agarra fuerte la cara con una mano y vuelve a hablar —Jahn te advirtió que no caminaras sola por el bosque. Que grandes ganas de vivir tienes, idiota. 

—Prefiero morir antes que volverme mierda la vida por ustedes tres, que son unos malditos locos. 

Se ríe, aún con su mano en mi cara —Este loco te salvó ayer, querida lobita. 

—Ni creas que te lo agradezco —Refunfuño. 

—No quiero que lo hagas. Solo estoy aquí para advertirte una sola cosa. No creas que podrás con todo porque no es así, te superamos en mayoría, sabemos mucho de ti, así que, hasta que no termines el reto, no vayas al bosque, porque te juro que yo mismo te asesino con mis propias manos. 

Me suelta y se queda de pie a poco espacio de mi. Esta allí unos segundos y luego se va por donde vino. Dejando caer una pequeña hoja con algo escrito. 

La tomo y la guardo hasta lo más recóndito de mi bolso. En cualquier momento la usaré a mi favor, debe tener su letra allí. 

Tercera amenaza.

Me frotó la cien en busca de paciencia y de valor, esa familia es una desquiciada de mierda. 

Salgo del callejón, compro todo lo que necesito y regreso a mi casa. Paso todo el día viendo un maraton de harry Potter, las puertas están cerradas con doble seguro y de vez en cuando veo por las ventanas para asegurarme de que no están vigilándome.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.