5. Entiende la diferencia entre deuda buena y deuda mala.

Endeudarse no está mal. Y quienes dominan sus finanzas lo saben.

Endeudarse es una buena forma de alcanzar los objetivos. Puede incluso ser inteligente pagar intereses en lugar de perder liquidez.

O, por ejemplo, sacar un préstamo hipotecario y dejar de alquilar. Soy un convencido que es mejor pagar intereses de un préstamo hipotecario que pagar un alquiler.

¿Que son caros los préstamos? Si. Pero más caro es pagar un alquiler toda la vida.

¿Cansado de perder tiempo en el transporte público? ¿Quieres comprarte una moto o auto? No está mal si vas a ganar en calidad de vida y, sobre todo, si vas a poder pagarlo. Y esto lo vinculo con lo que hablamos en el capítulo 1 del presupuesto.

¿Quieres abrir un negocio y no dispones del dinero suficiente? Tampoco está mal. Solo asegúrate de tener un buen plan de negocios y de poder devolver el dinero solicitado.

Está mal endeudarse si no lo vamos a poder pagar.

Está mal endeudarse para comprar artículos que no necesito, pensando que con ellos voy a alcanzar la felicidad.

Tenlo bien claro: la deuda buena es la que me ayuda a alcanzar mis objetivos y sobre todo la que puedo pagar en tiempo y forma.

Un consejo: mejor siempre más plazo y una cuota más baja

Durante mis años en el banco Itaú, siempre les decía lo mismo a mis clientes. Hay muchas personas a las que no les gusta tener préstamos. Quieren pagarlo cuanto antes. Si necesitan un crédito lo quieren en el menor plazo posible.

Pero eso no siempre es lo mejor.

Mi consejo era: “Mejor toma el crédito en un plazo más largo y que la cuota sea más baja. Siempre va a ser mejor que vengas y tomemos un café para que canceles tu préstamo antes que tener que llamarte porque te atrasaste en tus cuotas”.

Siempre es mejor una cuota más baja, que te asegures de poder pagar.

Aunque una cuota más baja seguramente implique que al tener un plazo más largo pagues un poco más de interés, siempre será mejor que no poder pagar las cuotas.