7 pasos para obtener tu amor

Capitulo 7

Al final los chicos se apiadaron de mi, no se si fue por mi rostro de muerto viviente o por el hambre que me ataco de repente y me hizo repetir el menú del almuerzo de hoy. No se si estaban mas sorprendidas las cocineras, mis amigos o yo.

El punto es que luego de mi corta explicación, el tema fue cambiado bruscamente por Roger para que nos enfocáramos en el plan inicial que había organizado, aun con o sin la ayuda de Alexandre, seguirían siendo los mismos pasos ya que no podemos descartar el hecho de que mi pobre amigo quemo varias neuronas en el proceso de creación y nosotros no estamos lo suficiente motivados como para reescribir todo desde cero.

Así que recurriremos a la fe suprema en espera de excelentes resultados.

—¿Esperas a alguien? —una voz suave suena a mi espalda.

—¿Disculpa? —pregunto, girando todo mi cuerpo hacia la persona.

—Tienes un buen rato con la mirada perdida en el campo de juego —dice.

Frente a mi encuentro a un chico de, lo que podría ser, mi misma estatura. Claro que el hecho de que este un escalón mas arriba de mi me hace dudar de esa cuestión. Tiene una sonrisa pretenciosa y unos ojos verdes que me están recorriendo de arriba hacia abajo y viceversa como si se tratara de un escáner.

Su expresión facial me hace sentir muy juzgado.

—¿Es una moda nueva venir en pijama a la universidad?

—Es la primera vez que utilizo un pantalón deportivo —respondo entre-dientes

—¿Y la camiseta dos tallas mas grande?

—Mía —mascullo, alzando la parte delantera de la misma; justo donde esta el diseño de los espíritus del bosque de studio ghibli.

Estoy enamorado de ella y de hecho es la primera vez que la traigo a la universidad. Así que no permitiré insultos, aunque tampoco cuento con la energía para comenzar una pelea con este personaje tan ridículo.

—¿A donde vas?

Ignoro sus palabras y continuo mi camino hacia el campo de juego. Debo aprovechar que la mayoría parecen estar hidratándose y que el capitán esta en un punto clave: alejado de todos.

Ademas si continuo en las gradas voy a terminar durmiendo de nuevo y no creo que tenga la suerte de que alguien llegue a despertarme a tiempo.

—Oye, te estoy hablando. ¿Sabes que es de mala educación ignorar a alguien cuando esta tratando de comunicarse contigo? —la insoportable voz me persigue.

—Si, fue el mismo día en el que aprendí que enfrentar a alguien por la ropa que esta usando es solo demostrar la necesidad de atención que se tiene —replico mientras termino de entrar al campo.

Las mirada de los jugadores se posan sobre nosotros y eso solo me impulsa a caminar mas rápido para llegar hasta donde se encuentra Alexander, quien casualmente acaba de girarse hacia mi dirección y no puede ocultar la sorpresa en su rostro al verme allí.

Aunque también podría deberse al personaje que me acecha.

—Alexandre.

Alguien parece tener mucho mas animo de ver al capitán porque se posiciona por delante de mi con rapidez y en un suave pestañear ya esta frente a él. Me coloca nervioso el hecho de que el capitán siga con la mirada puesta sobre mi, como si me tratara de una ilusión o un fantasma.

—Hola —saludo apenas llego al montículo.

—Hola, es una sorpresa verte por aquí. ¿Es por lo que sucedió el día de ayer? ¿O es sobre tu amigo? —pregunta.

Su voz ronca hace hormiguear mis oidos.

—En parte —respondo sin especificar, mirando hacia el tercero en discordia.

—¿Que sucedió ayer? —pregunta con una sonrisa en dirección al capitán.

—¿Que necesitas? —le corta el susodicho, mirándole por primera vez desde que estamos aquí.

—¿No puedo ver la practica del equipo de béisbol de mi universidad? —dice sarcástico.

—Si, puedes verlo desde las gradas —apunta hacia la zona del frente, justo de donde venimos.

—Solo baje porque este chico; muy grosero, por cierto —añade, dándome otra mirada despectiva—, entro como perro por su casa.

Ignoro el gran énfasis que coloco en la palabra “perro” y fijo mi atención de nuevo en el capitán.

—¿Por qué luces tan agotado? —pregunta preocupado, arrugando el entrecejo.

—Yo utilizaría otra palabra para describirlo, pero tu eres muy amable Alex —suelta una sonora carcajada.

—Yo también tengo muchas palabras que utilizaría para describirte —digo con molestia.

Finge asustarse y coloca al capitán como escudo.

—¿Puedes darme un momento? —le pregunta, girando el rostro hacia el.

—¿Por que yo? También necesito hablar contigo a solas —su voz melosa me repugna.

Realmente toda la situación me ha agotado al menos el triple de lo que estaba hace un rato y eso que había considerado que el almuerzo y el aire libre lograrían recargarme de energía.

Pero ya veo que no fue asi.

—Hablamos en otro momento —murmuro, dando vuelta rápido y trotando hacia la salida del campo.

—¡Mario! —le escucho gritar detrás de mi pero no me detengo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.