5 Frebrero 2008 (seis años)
Llevo semanas pensando en que este día llegaría, hoy será mi primer día de clases. No puedo evitar sentir nervios, cuando se lo conté a mi mamá ella me dijo que no era la única, los demás niños se sentían igual que yo. Eso me hizo sentir mejor, pensar que no solo yo me sentía así me ayudaba. Quiero mucho a mi mamá, siempre esta ahí para hacerme sentir mejor.
Miro el sofá y noto que mi mochila no está, me doy cuenta de que mi papá está al lado de la puerta esperándome con mi mochila en sus manos y sonrío. Él, después de colocar la mochila en mis hombros, me da un beso en mi frente y me asegura que todo saldrá bien.
Justo después de eso un bus amarillo se detuvo frente a mi casa, era el bus escolar. Siempre me gustaba dibujarlo, me parecía muy bonito. Agité mi mano en dirección a mis padres antes de subir al bus. A pesar de que las palabras de mis padres me habían ayudado, seguía sintiendo cierto cosquilleo en mi estómago. Sin mirar quien estaba ahí, tomé asiento en la tercera fila de la izquierda. Entonces fue ahí cuando lo conocí. No lo miré si no hasta que estaba sentada a su lado. Él me saludó y se presentó, su nombre era Nate.
Cuando le devolví el saludo pronuncié mal su nombre llamándolo Nait, él me explicó, sin burlarse de mi, que en realidad se pronunciaba "Neit". No quedaba mas que reírse de aquella situación.
Cuando lo vi mas detenidamente me percaté de que era muy bonito. Su cabello negro estaba peinado a la perfección llevando sus mechones hacia un lado. Sus ojos eran de un color muy llamativo, similar al color del cielo azul.
Me presenté yo también y él respondió lo mismo que yo anteriormente- mucho gusto- justo como nuestros padres nos enseñaron.
- ¿A que grado vas?- preguntó.
- Primero.
- ¡Yo igual! Espero que nos toque juntos- se sonrojó un poco- bueno, solo digo que sería bonito- explica con timidez.
Reí y sacudí su pelo con cuidado de no arruinar su perfecto peinado. Le dije que también me gustaría que nos tocara juntos y eso pareció hacerlo feliz, me di cuenta por cierto brillo en sus ojos.
Unos cuantos minutos después se detuvo el bus. Habíamos llegado a la escuela. Miré por la ventana y limpié el sudor de mis manos en mi enagua negra. De nuevo ese cosquilleo, que no había estado mientras hablaba con mi nuevo amigo. Nos bajamos del autobús y caminamos hacia la escuela en una muy ordenada fila, como nos ordenó la profesora, y Nate estaba detrás de mi.
Una vez dentro de la escuela todos los niños rompieron la fila y buscaron un lugar en el suelo dónde sentarse. Nate y yo intentamos quedarnos juntos pero no había mucho espacio, así que no tuvimos otra opción mas que sentarnos en donde hubiera lugar. Todos formábamos un círculo alrededor de la directora, que esperaba paciente a que todos los estudiantes llegaran y tomaran un lugar en aquel círculo.
Desde mi lugar observé a todos los niños, algunos hablaban entre sí y otros se mantenían en silencio. Mi mirada cayó finalmente sobre un niño que me pareció lindo y misterioso. Su pelo era como el de mi mamá, rubio. Llevaba puesto el abrigo escolar color negro, el gorro del abrigo cubría la mitad de su pelo, lo que no me permitía admirar con mas detalle el mismo. De repente volteó a verme y eso hizo que mis mejillas se tornaran de un color rojizo.
La directora pidió que hicieran silencio y ambos desviamos la mirada hacia ella. Llamó a varios estudiantes y así se formó un grupo de niños al que se le llamó "primero A". Aún no me llamaban y a Nate tampoco, eso era bueno, significaba que aún había oportunidad de que nos tocara en la misma clase.
Entonces escuché mi nombre- Carly Watson- llamó la directora, que miraba con atención a todos los niños esperando que alguno se levantara.
- Aquí estoy- levanté mi mano y me puse de pie. Cuando estaba junto a los de mi grupo miré a Nate, que aún esperaba a ser llamado.
La directora dirigió de nuevo la mirada hacia la lista y llamó al siguiente estudiante- Nate Wiliams. La sonrisa en mi rostro no se comparaba a la de él en cuanto escuchó su nombre. Se levantó deprisa y sin dudarlo se colocó justo a mi lado. Levanté mi mano y esperé a que chocara su mano contra la mía.
- Primero B- dijo él y chocamos los cinco.
Después de eso continuó llamando a otros niños, entre esos a un tal "Scott Kosmile" por el que muchas niñas soltaron un suspiro. El mismo miró a Nate de una manera extraña, como si ya lo conociera. Pero decidí no darle importancia.
2 Marzo 2018 (dieciséis años)

Después de diez años, cuando conocí a Nate, mi mejor amigo, nada a cambiado. Seguimos siendo los mismos inseparables de siempre.
Nate: ¿Que traes de almuerzo?- preguntó en cuanto tomamos asiento.
No siempre se nos asignaba la misma clase, pero siempre nos las arreglábamos para estar juntos. La directora, cansada de ello, ordenó que fuera algo definitivo.
Scott: Ya deja de robar su almuerzo, ¿tu mami no cocina para ti?.
Con el tiempo, durante los primeros días después de la entrada a clases cuando aún éramos pequeños, Scott, quien continúa robando suspiros de las chicas, se volvió parte de nuestro mundo. Todo gracias a aquel trabajo que nos mandó la "loca solterona" como todos la llaman. Según escuché, aunque no son mas que solo susurros que viajan entre las personas, su esposo falleció debido a una comida preparada por ella.
- Está bien, mi madre preparó suficiente para ambos.- Mi madre sabía que compartía mi comida con Nate. Al principio, cuando aún no lo conocía, le molestó. Luego de que hiciéramos aquel trabajo juntos en mi casa ella quedó encantada con él. A veces pienso que le quiere tanto que Nate es quien comparte la comida conmigo.
Nate: Debo ir al baño.
Scott: Yo iré por mi almuerzo, volveré pronto.
- Está bien, los esperaré aquí- puse mi mochila sobre la mesa para sacar mi almuerzo.