A escondidas

C A P Í T U L O C I N C O.

Después de ese mensaje el ruso me volvió a llamar, en toda la semana no le he cogido la llamada se que debe de estar enojado o comprendiéndome.
 

Algo debe de estar.
 

Pero no le haré mucho caso; a estado muy atento de mí y es muy amoroso pero no me siento de ánimos de hablar con nadie.

Cuando estoy en la puerta de la habitación de Agnes entro sin tocar y veo que está hablando por videollamada, me acerco y observo que es con Andrei.

Ojalá y no le diga al ruso que me vió.

Ella no coge con lo de la última vez por qué no le pone ni pestillo a la puerta.

Si hubiera sido Asher o Azriel no estuviera tan tranquila como lo está ahora.

—Agnes—ella me mira interrogante a lo que se sienta dándole la espalda a la cámara —dile a Andrei que no le diga al ruso que me acaba de ver.

No quiero estar dando excusas de por qué no le atendía las llamadas ni los mensajes.

Ella solo me regala una sonrisa inocente a lo que me enseña la pantalla.

Se despega de ahí para que yo pueda ver y justamente se encuentra el ruso y Andrei en la misma cámara hablando con ella.

—¿Por que no me dijiste que el también estaba ahí?—maldigo bajo.

Mis ánimos están por los suelos y no quiero tener una discusión, me conozco y lo conozco va a buscar el por que lo ignoro y yo lo mandaré a comer tierra como siempre.

—Quiere hablar contigo Addie y dice que si no le atiendes el teléfono va a venir hasta acá para hablar.

 

La miro asustada.


 

Ella sabe que ellos tienen la entrada prohibida aquí por parte de Asher pero pueden con sus padres y que guerra se armará si lo encuentran hablando conmigo.
 

—Dile que espere que yo lo llamaré, por favor.

 

Le digo y salgo de ahí de inmediato.

Debí de ser más precavida cuando entre a su habitación no todo el tiempo tengo que estar tan despistada.

Entro a mi habitación y me arreglo mientras enciendo mi laptop para entrar en la video llamada que están teniendo aquellos tres.

Pero en eso me entra una llamada del ruso.

"Por favor no comience a buscar pleitos."

—Hola—le digo para iniciar la conversación y alivianar el ambiente—¿Como estas?

—Addison enserio—me dice frunciendo el ceño—¿Solo me vas a decir un hola después de tanto que no hablamos?

"Está furioso."

—¿Que quieres que te diga?—le digo con enojo—sabes que no estoy en momentos para andar en preguntas como esas y mucho menos para que me anden reclamando, Aleksei tú y yo no somos nada para que todo el tiempo tengas que saber donde estoy o con quien hablo.

~Tienes que entenderlo.

Y sin más le cuelgo la llamada.

Se que me pase con hablarle así pero ya no estoy pequeña para esas cosas y no soy la misma que se dejaba controlar por el.

Antes hacia todo lo que el me ordenara.

Ya no.

Ya no más, se acabo esas cosas.

Y sin más me acuesto a dormir pensando en cómo va a estar la próxima vez que nos veamos.

—Addison, no te escondas pequeña.

Lo dice con una voz burlona sabiendo donde estoy pero solo quiere jugar antes de agarrarme.

"El lobo y Caperucita."

Tengo mucho miedo y mis lagrimas no dejan que vea bien donde estoy.

"No quiero que me encuentre."

...

Despierto exaltada y miro la hora y son las ocho y media de la noche.

"Eso es un sueño o más bien como lo digo recuerdo."

Tenía mucho en que no me pasaba esas cosas, es un sueño extraño que no sé si me atrapa o no me atrapa siempre termina en esa risa escandalosa.

Siempre que duermo parezco un muerto por más ruido que hagan no me despierto.

Todavía siento ese vacío en mi como si me faltara algo en mi vida.

Toda mi vida he vivido a base de mentiras y yo sola las he creado, me he hecho creer que todo lo que hago sale bien y que todo lo que elijo se tiene que basar en hechos.

Me voy a levantar pero veo una sombra sentada en mi sillón en la esquina de la cama.

Un escalofrío recorre todo mi cuerpo a lo que observo de nuevo a ese punto de la sombra.

Me levanto de un salto y prendo la luz de mi habitación.

—A-Aleksei —digo mirando como me mira fijamente—¿Que haces aquí?—le pregunto caminado hacia allá.

Es una pregunta estupida contando los hechos de hace unas horas.

—Sabes muy bien lo que hago aquí, princesa.

De la forma en que pronuncia como me llama me causa escalofríos.

—Pues déjame decirte que no tengo idea—me paro al frente de él.

Y me siento en sus piernas un moviento que lo sorprende.

—Estas muy a la relajada sabiendo que estoy furioso.—pasa sus manos por mis piernas a lo que me comienza a subir el vestido.

—¡Ey! Cuidadito con lo qué haces.

Le digo, el solo me sonríe y pasa una de sus manos por mi espalda.

—Me hablaste muy feo esta tarde—me tensé al escuchar cómo se desabrocha su cinturón—Creo que debo castigarte.

Disfruto de su ronca voz que causa estruendos en mi interior cada vez que habla.

Siempre me han gustado sus castigos pero hoy estoy muy agotada.

—Mi príncipe—le digo meneando mi trasero contra su entrepierna—Hoy estoy muy cansada castígame otro día.

Lo beso y lo agarro de su cabello.

No me puedo resistir a morder sus labios carnosos y deliciosos que son lo postre favorito.

—¿Ahora dime cómo entraste a mi habitación?

Digo parándome y caminando hacia mi cama.

—Sabes que tengo trabajadores hasta en tu casa.

—Oye— llamó su atención dudando en contarle y sentándome en mi cama.

—Dime princesa—dice mirándome interrogante—¿Que te sucede?

—Es que está tarde me llego un mensaje diciéndome que sabe quien mato a Jessica.

Digo con mis manos temblorosas.




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