A escondidas

C A P Í T U L O S E I S.

—¿Qué dirían Azriel y Asher si les cuento de este encuentro? —

Nos mira de forma burlona desde el sofá con una taza de café.

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—¿Que me tienen que decir? —nos dice parándose del sillón —Preciosas, quiero que hagan algo por mí no les gustaría que le cuente esto a Asher y mucho menos a Azriel.

Siempre a sido tan chantajista que enserio no me sorprende que vaya a pedir algo a cambio.

Una de las veces que más me a chantajeado es para que lo consiga una cita con Sasha Aleksandra; la rusa hermana de Aleksei y de Andrei. Dudo mucho que la dejen salir si no es con uno de sus guardaespaldas.

Una vez que nos íbamos de fiesta entre Agnes, Sasha Aleksandra, Jesse, Mads y yo tuvimos que rogarle al ruso y su padre para que la dejara salir sin guardaespaldas y como quiera no la dejó; mejor me pusieron guardaespaldas hasta a mí y no me dejaron ir, todavía recuerdo las palabras de su padre cuando Agnes, Sasha y yo estábamos hablando con él.

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—Señor Rovaklov por favor sólo serán un par de horas nada le pasará estará con nosotras.

Se quedo pensando un momento para después pararse de su asiento.

El señor Rovaklov era un hombre muy apuesto y era muy alto su cara siempre estaba seria, pero caía bien a casi todas las personas.

—Porque me dicen eso si saben que Alek y Andrei les pondrán seguridad a ustedes dos como quiera.

Mi corazón retumbó en mi pecho cuando dijo eso justamente en la entrada donde llego Andrei y miro a mi hermana.

Él era muy mandón.

Bastante para mi gusto, pero a mi hermana le encantaba y hacía todo lo que él decía sin refutar nada y viceversa.

Hay veces que pienso que la que manda en la relación de ellos es ella, pero después veo la actitud que adquiere ella cada vez que él le dice algo como una orden y los papeles se invierten es bastante frustrante querer comprenderlos.

Ahora dudo mucho que Agnes aceptara escaparse, conociéndola se quedará solo para pasar más tiempo con Andréi.

Tenía dos días que él no dormía aquí según su padre estaba resolviendo unos asuntos.

Ojal y no se le ocurra la idea de ponerle vigilantes a Agnes.

Nos íbamos a escapar si nos la ponían, pero todo resultó mal.

—Yo los voy a convencer para que no nos ponga seguridad.

—Pues las veo mal a ustedes porque saben que no las dejan ir a fiestas y más sin protección.

Vi como Aleksei sonreía al ver como su padre lo conocía tan bién y como Andrei después de escuchar la conversación sacó a mi hermana del brazo y ella reprochándole que la suelte.

—Aleksei—lo llame para que me mirara—¿No lo vas a poner verdad?

Siempre lo hacía cambiar de opinión, pero estaba enojado conmigo desde hace días y dudo que me siga la corriente en esto.

El solo frunció el ceño y señaló a su padre—Ya mi padre te lo dijo Addieson no sé por qué me preguntas sabiendo lo obvio. —dijo marchándose de la oficina de su padre.

No sé cómo todavía sigo en esta casa soportándolo.

A mis diecisiete años ya me estaban saliendo canas por estar intentando de que todos cambien de opinión.

—Yo te lo advertí Addison. —Dijo su padre dando por concluida la conversación.

Mi furia es evidente y es que me enoja ver que otros tienen autoridad sobre lo que yo haga.

Me dirijo hacia la habitación que me asignaron desde que llegue aquí y entro hecha una furia.

Me acuesto boca abajo pensando en cómo hacer para que nos dejen salir.

Podría intentar escaparme, pero me encontrarían de una vez tienen algo que nos rastrean a Agnes, Sasha y a mí.

Salgo de la habitación para ir a la cocina y en el camino me encuentro con
Diego.

—Hola Diego—él ha estado enamorado de Jesse desde que la conoció y me lo confesó, eso lo saben todos. —¿Como estas?

Harían muy linda pareja él tiene ese don de protector con ella, pero ella solo lo ve como un amigo.

Mi amiga nunca a tenido una relación con nadie y mucho menos seria porque para ella todos son unos hipócritas.

—Yo estoy bien y veo que también estas muy bien—Dice y nos encaminamos a la cocina y no escombramos con Aleksei que nos mira raro. —Nos vemos luego Addiesson.

Después que se fue me dispongo a buscar un vaso de limonada.

Ignoro la presencia de mi novio y sigo en lo mío haciendo de que no estamos respirando el mismo aire.

—¿No me vas hablar? —Sigo haciendo mi limonada y no le presto atención—Addison soy tu novio no ningún desconocido.

—Pues no se qué quieres que te diga, no tengo nada que decir.

—¡Sabes que no pueden salir, que la intentaron secuestrar hace unos meses y no van a venir a ponerme a estar pensando de que les pueda pasar algo, tienes que entender que no estamos en tiempo de ir a fiestas!

—¡No me grites! —mis ojos se empañan en lágrimas al ver su reacción por un par de palabras—¡Me lo tenías que decir y no gritar, no me gusta que me griten y lo sabes!

Salgo corriendo de la cocina y me encierro en mi habitación.

"¿Recuerdos o sueños?"

No lo sé, mis lagrimas por fin caen y viene a mi mente ese recuerdo o como yo lo llamo sueño.

Esa risa escandalosa el ruido de su voz tan áspera y ruidosa.

Su cercanía me causaba asco.

"Él no estuvo ahí para protegerme."

Una de mis razones para no contárselo.

Se que me siguió, pero no quiero hablar ahora, con él siempre es lo mismo.

No hay como convencerlo.

Si dice que no es no y no hay quien le reclame nada, pero si soy yo que digo que no el me lleva la contraria y tengo que hacer lo que él diga y se le antoje.

Escucho un forcejeo en la puerta; está tratándola de abrirla, pero no me interesa.

Solo me derrumbo en el suelo atormentada por mis pensamientos.

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Después de llegar a un acuerdo con Arvel me decidí por darme un baño y quitarme todo mal recuerdo.




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