Miércoles
Iba en mi moto, pero algo no andaba bien, iba a una velocidad impensable, tan rápido que no podía distinguir en dónde estaba.
Logré ver un poco el paisaje, pero lo único que podía haber claro era el cielo debido a la velocidad en la que iba, mis manos no estaban en el volante de la moto, esto era raro.
Iba por una gran autovía, estaba andando mi moto a toda velocidad cuando...
-¡Maldito. Niño. Mimado!
Escucho la voz de aquella mujer nuevamente, doy la vuelta a ver de dónde proviene el grito, cuando volteo hacia adelante, me esperaba la muerte.
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Me desperté de un golpe rápidamente, mi respiración era jadeante y me sentía abrumado por ese sueño. ¿Por qué tenía que sonar la voz de aquella mujer?...
Me puse en pie y me preparé para bajar a desayunar, tenía las esperanzas de que Joel hubiese encontrado algo de esa escritora, pues había pedido que lo hiciera. Tenía que ir a buscarlo.
Una vez estuve listo bajé hacia el comedor y rezé para que mi padre no estuviera, porque así como Elizabeth me escuchó anoche, lo pudo hacer él.
Bajé a desayunar y por fortuna no estaba él ni tampoco Arianna, supongo que me desperté más temprano de lo habitual. O más tarde.
Tuve un desayuno bastante tranquilo, hablé con Elizabeth y aproveché que había ordenado que dejaran el comedor completamente solo y que solo estuviéramos nosotros dos para contarle lo que hacía esas noches.
Ella me escuchaba atentamente mientras tomaba un café y me recomendaba hacer otras cosas, ella siempre me apoya en todo.
Al terminar de desayunar y de hablar con ella fui hacia mi biblioteca, al entrar a la biblioteca llamé a un empleado y le pedí que buscara a Joel.
Fui a recorrer la gran biblioteca que tenía mientras lo esperaba, vi muchos libros que había leído hace tantos años que me dieron ganas de volverlos a leer.
Ya venía hacia la parte delantera de la biblioteca cuando Joel entró.
-Andreus ¿me llamaba?.-
-Ah, sí.-
-¿Para qué me llamaba?.-
-bueno, le pedí que por favor investigara sobre la escritora del último libro que me dio, ¿ha encontrado algo sobre ella? .-Dije mientras acomodaba las pulseras de mis muñecas.
-oh, eso, bueno, alguien está buscando información sobre ella, es muy poca la que anda por ahí, al parecer ese libro es reciente, ¿para cuándo necesitaría esa información?.-
-Para hoy.-
-Hmh, entonces hoy la tendrá, adiós Andreus.-cerró la puerta y escuché sus pasos alejarse.
Me quedé ahí pensando un rato, me causaba mucha intriga saber quién era ella, no sé por qué, pero tenía una corazonada.
Estaba ahí en mi biblioteca mientras practicaba con mi violín cuando abrieron la puerta de golpe, provocando una nota tan desafinada que me haría romper el violín en un minuto.
-Moguer.-Reconocí esa voz al instante, era mi padre.
-¿Qué pasa Isaac? .-dije dejando el violín en su base y yendo hacia él.
-Nada importante, Andreus.-
-Entonces para que mierda vienes a interrumpirme-
-Bueno, vengo para informarte que vendrás conmigo mañana a la apertura de un centro comercial, tú dirás las palabras de apertura. Y no hay reproche alguno.-
Rodee los ojos y me quedé viéndolo-¿No lo puedes hacer tú, Isaac?-
-no.- respondió sin más, imbécil este, le partiría la cara si pudiera.
Me quedé en silencio, viéndolo, al final solté un suspiro frustrado.
-te veo a las 5 pm, ni un minuto tarde.- se acomodó la corbata y salió de la biblioteca.
Me quedé ahí pensando y luego me devolví para tomar unas hojas con notas musicales, era una canción de violín.
-por cierto.-me sobresalté al volver a escuchar a mi padre.-Tienes que vestir de morado, tu madre y yo iremos así.-
Me quedé viéndolo, además de que tenía que ir, tenía que ir justo del color que a él le viniera en gana.
-Como digas, y ella no es mi madre.-dije en un resoplido mientras él se quedó viéndome por un momento.
-Si lo es- Dijo y se fue rápidamente
La verdad es que no tenía muchas ganas de asistir al evento. La idea de pararme frente a un montón de desconocidos, hablando sobre la apertura de un centro comercial, me parecía una completa pérdida de tiempo. Además, el morado no era precisamente mi color favorito.
Me senté de nuevo con el violín, tratando de concentrarme en la música en lugar de en el inevitable evento de mañana. Las notas comenzaron a fluir, y me dejé llevar por la melodía que había estado trabajando. Era un fragmento de la Sonata de Mozart que había descubierto recientemente. Sin darme cuenta, perdí la noción del tiempo y me sumergí en la música.
Entonces vuelven a abrir la puerta de golpe, en este momento era un cuerpo sin alma de tantos sustos que me había llevado.
-¡Carajo, Isaac!-Mascullé, cuando voltee a ver hacia la puerta y vi que era Joel.- ah, hola Joel.-
-Eh, ¿interrumpo algo Andreus?-dijo él, ligeramente aturdido por el grito que hice anteriormente.
Me froté el puente de la nariz y luego lo vi- no, no, no. No pasa nada.-me quedé viéndolo y vi que traía una carpeta-¿Qué encontraron?.-
-oh bueno los chicos hicieron un buen trabajo y acá le traigo algunas cosas sobre esa chica. Están en esta carpeta, las he organizado para que sea más práctico verla.-
Me extendió la carpeta y la tomé en mis manos, lo miré y le agradecí, luego le pedí que se fuera, una vez él salió me prepare un té y me senté en un sofá, suspiré y abrí la carpeta.
Itzel Arteaga
Veintidós años de edad
Actualmente trabaja como escritora independiente.
Bla, bla, bla...
Leí toda esa carpeta llena de información, nada interesante la verdad, hasta que vi la última página, había una foto, casi me ahogo con el sorbo de té que había tomado al ver esta foto, era la chica de la noche pasada, era ella…