miércoles
Era ya de noche, le dije a Elizabeth lo que haría esta noche, por lo que me recomendó un lugar del palacio por donde no pasaba prácticamente nadie.
Entonces me dirigí hacia ese lugar, pase con todo el cuidado del mundo, el cuarto estaba oscuro como mi cabello, pero logré salir sin tropezarme con nada, llegué al estacionamiento donde tenía mi moto y la encendí, saliendo rápida y cuidadosamente del palacio.
Me fui hacia donde Theo me había dicho, y vaya, nos ponemos de acuerdo cada vez más seguido, íbamos vestidos a juego, ambos con camiseta blanca y pantalones negros, cuando me vio se acercó a mí:
-Pensé que no vendrías.
-obvio que vendría.
El rubio se quedó viendo, claramente por nuestros atuendos
-pareces mi gemelo.- pronunció con calma.
-si no me lo dices, no me entero, Theo.-
Me puse mi pasamontañas antes del casco, lo hacía por seguridad, pues aunque me gusta salir, no me gustaría meterme en problemas porque las personas ven mi rostro.
Encendió su moto y nos fuimos, siempre tardamos cuando salimos, solemos llegar al amanecer, la paso bien las pocas veces que escapo con él, aunque mis planes siempre son más pacíficos que los de él, pues él se va a hacer carreras ilegales junto conmigo, otra cosa que jamás puede ser revelada.
Llegamos a donde eran las carreras, era en un gran aeródromo abandonado, justo ahí había al menos 20 personas en sus motos, probablemente italianos, la mayoría. Y estaba una chica, tenía el casco puesto, por lo que no la pude distinguir.
-¿Otra vez tú, Beaumont?-comentó aquella mujer mientras estaba recostada ligeramente en su moto. -¿traes a otro perdedor?- Su voz se me hacía familiar, pero no lograba recordar de donde.
-No creo que sea un perdedor, Arteaga.- Pronunció Theo y sentí como se me hacía un nudo en la garganta al escuchar ese apellido.- Esa palabra no existe para él.- Concluye el rubio mientras ella alza el cristal de su casco, dejando ver sus ojos miel, los cuales me inspeccionaban de pies a cabeza, un escalofrío recorrió todo mi cuerpo al igual que sus ojos.
-¿No hablas chico?- Indaga ella mientras se acerca a mí- ¿No tienes nombre o algo por el estilo?- Dijo ella y soltó una ligera risa, la cual hizo que me sobresaltara ligeramente y respondiera.
-Puedes llamarme Andre, ¿y usted es?...-
-¿Andre?, como Andreus, el príncipe.- Dijo esto y creo que me puse pálido, aunque no se notaba porque yo también traía el casco, Theodore solo se quedó viéndonos- Me puedes decir Arteaga, Andre.- Se quedó viéndome por un momento y luego a Theo- ¿Van a unirse a la carrera?-
-Claro, ¿cuál es el premio esta vez?- Miré a Theo, quien estaba hablando, no puede ser, esta es la primera carrera en la que voy a participar, y además de eso, es ilegal...
-Un millón para el ganador, 500 para el segundo.- Me quedé atónito, ¿un millón?, es una cifra que jamás pensé tener tan cerca.
-Anota ese millón a nuestro nombre.- Dijo Theo muy seguro, yo estaba comenzando a arrepentirme hasta de haber nacido.
-En 10 minutos comenzamos, Beaumont, tu amiguito y tú saben las normas.-
De hecho, no sé siquiera qué hago aquí...
-Será fácil, sabes, como siempre andamos en nuestras motos Andreus.- Dijo Theodore cuando ella se alejó.
-Theodore Beaumont, no tengo ni puta idea de que voy a hacer , ¡Maudit Theodore ! (¡Maldito Theodore!)-
-Ey, no te alteres, sé que nos irá bien, en esta carrera no se permiten los disparos, así que no hay de qué preocuparse- Sentí náuseas al escuchar eso.
-¿Disparos?, ¿en algunas carreras se permiten los disparos?- MI voz salgo algo entrecortada. Comencé a dudar si esto era buena idea.
-Andreus, il ne t'arrivera rien, tu n'as pas à avoir peur... (Andreus, no te pasará nada, no tienes que tener miedo...)- comenzó Theodore a hablarme en francés, algo que pocas veces hacemos, es solo cuando hay muchas personas que no entienden lo que hablamos. Probablemente, lo hacía por todos los italianos que estaban aquí.
Me quedé en silencio pensando por unos instantes, viéndolo, en verdad quería que hiciéramos esta carrera juntos, solté un gran suspiro y me acerqué a mi moto.
-J'espère que je ne le regrette pas. (Espero no arrepentirme)- Dije mientras me subía en mi moto- Allez, nous avons une course à gagner. (Vamos, tenemos una carrera que ganar.)
-Tu es le meilleur Andreus. (Eres el mejor Andreus.)- Dijo el rubio entusiasmado y fue corriendo hacia su moto.
Nos dirigimos hacia donde estaban los demás, en verdad que se veían intimidantes, pero no parecían de este lugar, no parecían franceses.
-Bene, visto che siete tutti qui, conoscete tutte le regole? (Bueno, ya que estáis todos aquí, ¿conocéis todas las reglas?)- Pronunció la chica, reconozco ese idioma, los hombres que están en este lugar son Italianos, miré a Theodore y él ya estaba viéndome.
-Ce sera la pire idée que nous ayons jamais eue, Théodore. (Esta será la peor idea que hayamos tenido jamás, Theodore.)- Dije mientras la chica comenzaba a hacer la cuenta regresiva.
-Bonne chance, Andreus. (Buena suerte, Andreus.)- Dijo él mientras la adrenalina se me subía hasta el último pelo.
Entonces, un disparo indicó que había iniciado la carrera, muchos arrancaron en conjunto a toda la velocidad que pudieron, pero yo andaba a paso lento, no por nada llevaba la moto más rápida de ese grupo.
Andreus, tienes que ganar… Y moto, no me juegues una mala pasada.
Ese pensamiento me llenó el cuerpo de una euforia total, miré la pantalla de mi moto y recé para que mi idea resultara.
Aceleré mi moto de a poco a poco, avanzando cada vez más, pero cuando me despisté un minuto, mi moto estaba a 310 kilómetros por hora, me espanté, pero eso no me hizo detenerme, cada vez superaba a más oponentes, y sentía que cada vez iba más rápido mi moto, aunque era imposible; la brisa levantaba mi camisa, y podría jurar que ese frío fue lo más placentero en ese momento, veía cada vez más cerca la meta, no sabía donde estaba Theodore, pero sabía que estaba cerca, tomé un último impulso y llegué a la línea de meta, quedando en el primer lugar
<<Lo conseguí, mierda, lo hice>>