Viernes
(punto de vista desde la mañana de ambos personajes.)
No sé qué acabo de hacer.
La verdad ayer estaba muy confuso y desesperado por tanta cantidad de dinero en mi poder.
No lo pensé dos veces y le doné casi todo mi dinero a Itzel, fue lo primero que se me vino a la mente, no puedo creer que le doné tal cantidad de dinero, pero creo que le servirá para sus libros, espero la acepte y no se dé cuenta de que yo se la envié, aunque si se da cuenta lo peor que puede pasar es que venga a agradecerme o se contacte conmigo, lo cual es grave, porque luego provocará que mi padre investigue todo eso, y si se entera de que conduzco moto, y además hice carreras con ella, me mandará a un instituto, y tal vez me haga trizas mi moto.
Bueno, creo que tengo que dejar de sobrepensar tanto, me hará mal.
Dejé de pensar en esto y continué con mis labores diarias, hoy tenía clases así que tenía que preparar todo el entorno, necesitaba quedarme ahí todo el rato, escuchando a aquella mujer que es mi instructora desde hace 8 años, aunque no me enseñan lo que enseñarían a los chicos de mi edad, son cosas más… relacionadas con la realeza.
La mujer llegó al palacio y entró a mi biblioteca, ahí comenzamos las clases, duré en esas aburridas clases toda la mañana hasta las 4 de la tarde, lo bueno es que no son todos los días.
Una vez ella se fue, Arianna llegó a la biblioteca, tocó la puerta y se quedó viéndome.
-Adelante.-
-¿Qué tal vas?- Preguntó, tomando asiento en frente de mí.
-Bien, aburrido, como siempre.- Dije mientras le dirigí una mirada seria.
-Bueno, supongo que es mejor que llevarte a un instituto.
-Tal vez…- respondí tajante.
Ella se quedó en silencio, luego, volvió a hablar- Andreus… Necesito decirte algo…- Sentí un escalofrío recorrerme toda la columna, la vi atentamente.
-Te escucho.
Ella se quedó en silencio, frotando sus dedos, después de un eterno silencio habló.
-Tu padre lo sabe.
Me congelé, muchas cosas llegaron a mi mente, pero la que más sobresaltó fue la idea de que mi padre supiera sobre mi moto.
-¿Qué es lo que sabe? -
-Él sabe lo que haces en las noches.-
Sentí náuseas en ese momento, no sé cómo se enteró, Elizabeth nunca diría algo así, y mucho menos Theodore.
-¿Cómo lo supo?- Pregunté, tratando de mantener la compostura, pero mi voz temblaba levemente.
Ella pareció pensar su respuesta, pero no fue por mucho tiempo antes de volver a hablarme.
-Un guardia te vio y se lo informó, hace ya algunos meses. Ahora que lo supo, esperó a que volvieras en esa noche y se llevó tu moto de donde sea que la tenías.- Pudo ver perfectamente mi cara de asco al escuchar esto, pues no podía tener una mejor expresión que esa, una de asco.- Imagino que te sentirás traicionado.-
-Traicionado... y asqueado. ¿Cómo puede mi propio padre hacer algo así?- Arianna evitó mi mirada.
- Sé que es difícil de entender, pero... él te quiere, Andreus. A su manera.
-¿¡A su manera!? ¡Su manera es controladora y asfixiante!
Me levanté de un salto, sintiendo la ira recorrer mis venas.- ¿Y qué más sabe? ¿Qué más tiene planeado para mí?-
Arianna me miró con tristeza. Volvió a mi mente el recuerdo de que mi padre tenía en sus planes tener un nuevo heredero con Arianna, mi mirada se oscureció ligeramente y sabía que ella lo había notado.
-Andreus, por favor, escúchame. No es lo que parece.-
-¡No me mientas más!- Grité, golpeando la mesa con el puño.- ¿Cómo puedes decir eso después de todo lo que ha hecho? ¿Después de que me haya quitado mi libertad?-
-No es así, Andreus. Él solo quiere lo mejor para ti.-
-¡Lo mejor para mí es que me deje en paz! ¡Que deje de tratarme como un maldito niño pequeño!- respondí, sintiendo una oleada de frustración recorrer cada célula de mi cuerpo.
Me acerqué a ella, mi voz baja y amenazante.
-¿Qué más sabe? ¿Qué planea casarme con alguna princesa para asegurar una alianza política? ¿Qué quiere que renuncie a mi herencia?-
Arianna se quedó en silencio y retrocedió, asustada por mi intensidad.
-No, Andreus, eso no es cierto.-
-No lo sé, Arianna. No lo sé.- respondí, en un tono ligeramente alto debido a mi frustración, también me alejé unos pasos de ella, no quiero asustarla, pero mi rabia es más elevada.
En ese momento, la puerta se abrió de golpe y mi padre entró, su rostro era inexpresivo.
-Parece que hay una reunión familiar.-Su voz era suave, pero sus ojos brillaban con una fría determinación.
- Y por lo que escucho, están hablando de mí.-
El ambiente se tensó aún más. Sabía que esto no iba a terminar bien.
-Sí, estamos hablando de ti, padre. De tus planes para mi vida. ¿Cuándo vas a dejar de controlarlo todo?- No me mostré asustado en ese momento, aunque lo estaba, y mucho.
Sonrió con desdén.
-Siempre he controlado todo, Andreus. Y siempre lo haré.-
-¡Pero yo no soy una marioneta!... ¡No soy tu marioneta! No voy a permitir que me obligues a casarme con alguna princesa que ni siquiera conozco.-respondí con un claro atisbo de frustración y rabia en mi voz. Quería llorar, me sentía impotente, pero no podría mostrarme débil, no ahora.
-El matrimonio es una alianza política, Andreus. Y tú harás lo que te digo.-
Esto es todo, a la mierda el autocontrol.
-¡No! Ya he tenido suficiente de tus órdenes. Quiero vivir mi propia vida, tener mi libertad, ser feliz sin necesidad de que tú te interpongas en esto.-
-Tu libertad termina donde empiezan mis órdenes.
Eso solo me ponía más furioso, sentía mis mejillas arder y la ira me consumía.
-Y ¿qué hay de mi moto? ¿También me la quitarás?- fue una pregunta que salió sin permiso de mis labios y de una manera más frustrada de lo que pensé que saldría, pero tenía que saberlo, al menos ahora.