A Pesar De La Heridas || H.S

CAPITULO 6

Me encuentro estirando mis brazos, llegue veinte minutos antes, necesito relajarme porque me siento afectada por el idiota de lindos ojos, me lanzo a la piscina y empiezo mi calentamiento, debo empezar suave e ir subiendo el ritmo, ya he dado cinco recorridos y la sensación es maravillosa… Realmente maravillosa.

–Esto sí que es impresionante –pero que mierda, Harry, está a un lado de la piscina y su gesto es muy claro, está realmente impresionado, debo admitir que ese gesto suyo me encanta.

–Eres jodidamente buena Mauschen –los aplausos que me da, hace que mi rostro se sonroje un poco.

–Gracias, ahora por favor, ¿Puedes retirarte? Debo calentar –doy por zanjado el tema, pero el tipo ni se inmuta.

–¿Calentar? –me observa como si estuviera loca –. Podrías descongelar el maldito ártico con esa velocidad, eres como jodida lava –no sé porque me encuentro sonrojada, sus palabras son de los más normal y yo estoy actuando como tonta.

–En serio Harry, hoy solo entrenare tres horas y debo concentrarme, además, si el entrenador G, te encuentra distrayéndome se cabreará muchísimo –es como si no hubiera dicho nada, el solo está ahí de pie quitándose su enorme chaqueta, sus zapatos y calcetines, solo se queda con su saco y su pantalón, cuando menos lo espero se ha lanzado al agua y está justo en frente mío.

–¿Acaso me has olvidado Mauschen? –como podría olvidar esos lindos labios o esos espectaculares ojos que aparecen cada que cierro los míos, o esa voz tan ronca que me hace tener escalofríos.

–Eres el amigo de Jasón –me alejo un poco porque su cercanía me abruma –¿Cómo podría olvidarte? –el agua le escurre por los mechones de cabello, foto mental, saved, o sea, guardada.

–¿O sea que solo me recuerdas por ser el amigo de Jasón? –se acerca otro poco.

–¿Porque más debería recordarte? –yo me alejo.

–¿Quieres que te refresque la memoria? –Okay, eso no me lo esperaba, no es como si me lo hubiera vacilado en el bar, solo fue un piquito, claro que yo estaría encantada de devorarle la boca, pero, joder, el maldito de Jasón, no sale de mi cabeza, no quiero cagar su amistad.

–Sal conmigo –y mucho menos me esperaba esto, pero mi corazón está locamente acelerado.

–¿Se te olvida que ni siquiera me buscaste en dos semanas? –realmente soy una pendeja, tanto que me dije frente al espejo que no le iba a reprochar que no me haya buscado y aquí estoy haciendo todo lo contrario.

–¿Cómo querías que te buscara después de la forma en la que te fuiste? Hoy tuve el valor de hacerlo porque sé que me estabas observando mucho –mis ojos se encuentran como dos focos, no puedo creer que se allá dado cuenta.

–¿Quién dice que te estaba observando? –tuuuuu tranquila, sigue firme en la negación.

–Simplemente lo supe y lo acabo de confirmar, estas sonrojada y la verdad es que la cara de víctima no te funciona –su sonrisa de lado sobrevalorada me encantaaaaaa.

–Pues tu tampoco dejabas de observarme, y no tengo que confirmar nada –Boom.

–Tampoco te lo voy a negar, observe cada detalle de ese lindo rostro, por cierto, esos lunares junto a tu boca, han sido mi perdición –el acaricia mi labio superior y también justo donde sé que están mis lunares –. Sal conmigo.

Él ni siquiera lo pregunta, de alguna u otra forma sabe que aceptaré, y la verdad es que no quiero declinar su invitación, sé que es amigo de Jasón, pero él tiene algo que me tiene siempre pesando en todo lo que él es, es guapo, sí, pero este gusto que siento va más allá de lo físico, su mirada me hace sentir confiada y me hace sentir cosas que nunca nadie me había provocado, ni siquiera Franco.

–¿Y a dónde quieres ir? –pues el que no arriesga no gana, así que, veamos que sale de esto.

–Podemos vernos en el lago que vi cuando llegamos, el que queda justo al lado de la cabaña donde se quedan ustedes –se ve confiado, pero también refleja cierta timidez.

–Bien, y ¿A qué hora pasas por mí? –crucemos los dedos para que, por el momento, Jasón, no sepa nada de esto.

–No sé si te guste mucho lo que te diré, pero quiero que estés conmigo a las cuatro de la mañana – azumakina, que son esas horas cristo amado.

–¿Acaso vas a asesinarme y arrojar mi cuerpo al lago? –él no lo tomó como yo quería, pues su rostro no tiene ni un ápice de diversión, además que bobis, no cae en cuenta que el lago está congelado, sou –. Es broma, quita esa cara de limón.

–¿De limón?

–Sí, de agrio –realmente extrañé esa carcajada, puedo ver como su pecho se alza ante ese movimiento natural.

–Creo que debes irte, el entrenador va a llegar en cualquier momento, y si me ve en estas, me encerrara hasta que nos vayamos –se encoge de hombros, creí que iba a decir que no le importa, pero solo dice.

–Pues en ese caso no me puedo arriesgar a eso –me da un pequeño beso en la comisura de mis labios y sale de la piscina –. Te estaré esperando, no faltes –ni siquiera le doy una respuesta porque él guapo ni siquiera la espera.

Diez minutos después el entrenador G, está dándome instrucciones de los diferentes ejercicios que debo realizar.

 

* * * * *

La alarma de mi celular es tan odiosa que solo abro mis hermosos luceros para apagar esa mierda, no sé cómo se le ocurrió a Harry, la brillante idea de citarme a las cuatro de la mañana.

Aun así, no voy a faltar a nuestro encuentro, cepillo mis dientes y me pongo mi chaqueta que es bastante grande y me calienta al instante, faltan tres minutos para las cuatro y decido esperar a Harry, fuera de la cabaña.

A los dos minutos puedo ver su silueta, debo admitir que su estatura es bastante imponente, y debo decir que eso me calienta como el jodido infierno, desde hace mucho tiempo no había sentido esta atracción hacia alguien, es comprensible después de toda la mierda, pero realmente Harry, me hace experimentar muchas cosas que para mí son totalmente nuevas.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.