A Pesar De La Heridas || H.S

CAPITULO 8

Realmente creo que me veo bien, mi vestido negro con flores rojas combina con mis botas negras, el vestido llega cuatro dedos más abajo de la rodilla, y me siento jodidamente guapa, tía Kenny, me ayudo con mi cabello, me hizo una trenza que descansa en mi hombro izquierdo, y me he aplicado algo de mascara en las pestañas, un toque de rubor, y un labial de tono rosa.

–Te ves preciosa cariño –su cara de felicidad me hace saber que se siente de maravilla, llevaba mucho tiempo sin salir con alguien como algo más que amigos o algo de un solo día, sé que Harry, es mi amigo, pero también podríamos ser amigos…con derechos. Ok, no, eso sería una mierda, Jasón probablemente me odiaría, siempre hablaba de su amigo, que trabajaba con su padre, su amigo al que quiere como a un hermano, lo he dicho muchas veces, pero eso también me mortifica todos los días.

Pero dejare que las cosas fluyan, tampoco es como si me fuera a casar con Harry.

–Estoy muy nerviosa –trato de relajar todos los músculos de mi cuerpo haciendo movimientos suaves.

–Es normal cariño, solo se tú misma, porque al parecer eso fue lo que a él le atrajo de ti, esa lengua incontenible –y yo que creía que era porque soy jodidamente guapa, bien.

–Eres todo un amor Kenny.

–Lexa –esa miradita en otros tiempos me hacía llorar, lo bueno es que ya estoy grande y sé que eso solo significa una cosa.

–Solo bromeo, anda, dame una linda sonrisa –sonríe ante mis palabras, la verdad nunca le ha gustado que le diga su nombre, cuando era más pequeña, lloraba porque la llamaba así, nunca pude decirle mamá, siempre sentí que era una ofensa, pero ahora anhelo más que nada llamarla así porque eso es lo que ella es para mí.

Mi madre murió al darme a luz, mi padre nunca se hizo cargo de mí y yo estoy feliz con eso.

–Mejor date prisa, no querrás llegar tarde a tu primera cita –tomo mi teléfono y lo guardo en mi chaqueta.

–Te amo tía Kenny, deséame suerte –ojalá no me cague una paloma, trato de no llamar las malas energías, pero ellas parecen estar enamoradas de mí, crucemos los dedos.

–Buena suerte cariño, pásala bien.       

* * * * *

 

Estoy a una cuadra del parque donde me veré con Harry, estoy tan nerviosa que las manos me sudan, qué asco, a medida que avanzo trato de afianzar mi confianza, tía Kenny, tiene razón, si él quiere salir conmigo es porque le gusto tal y como soy, bien, bien.

Puedo visualizar su ancha espalda, joder ¿Por qué tiene que verse siempre tan guapo? Podría usar ropa de vagabundo y aun así verse como un jodido bombón listo para ser devorado.

Cálmate, si lo ves como si fueras a devorarlo podrías asustarlo, pero es que, carajo, ese pantalón negro se le ajusta tan bien, y esa camisa azul con su saco negro, tienen a mis piernas al borde de mandarme al suelo de golpe.

–Hola limón –creo que empezamos mal, debo dejar de decirle de esa forma.

–Hola Mauschen, te ves muy bien –me da una rápida mirada y eso hace que quiera hacer un pequeño bailecito tipo: «and you are, Unforgettable».

–¿O sea que las otras veces no me veía bien? –siempre pregunto esto a todos los tipos y nunca saben que responder, pero en definitiva este chico sí que sabe dar una rápida respuesta.

–Te veías mejor –realmente sabe que decir –¿Estas preparada para tener la mejor cita de toda la historia?

–Sorpréndeme –él podría llevarme hasta debajo de un puente a comer pan y aun así me sentiría afortunada de disfrutar de su compañía.

–Se dónde venden la mejor pizza del mundo, así que, prepara ese paladar.

El restaurante solo está a media cuadra del parque, no demoramos mucho en entrar, el lugar es realmente cómodo, el olor es sublime y no puedo evitar suspirar.

–Tranquila nena, sé que soy irresistible, pero apenas estamos en la primera cita.

No puedo evitar soltar una pequeña sonrisa, realmente su actitud la primera vez que lo vi, ha sido eclipsada por esta forma maravillosa de hacer que las cosas siempre sean relajadas a su alrededor.

–Es mejor que no te ilusiones, nunca se sabe si habrá una segunda – y yo espero que haya unas mil más.   

–Por supuesto que habrá una segunda –presiona la parte baja de mi espalda y nos guía a una mesa al lado de la ventana.

una vez que tomamos asiento, se acerca una hermosa camarera, ella podría fácilmente ser una modelo, su cabellera rubia, sus ojos azules y largas piernas la hacen el centro de atención de este lugar, no me pasa desapercibido la forma en como mira a Harry, juega con la cola de su cabello y revolotea los ojos, me dan ganas de decirle si fue que se le metió algo.

–Podrías regalarnos la pizza de la casa, por favor, ¿Qué te gustaría tomar nena? –la forma en la que ella me observa me hace sentir invencible, muy bien muñequita, me encantan los juegos.

–Quisiera una limonada, gracias –no sé cómo me sale lo de ser coqueta, pero por la sonrisita que me lanza, Harry, quiere decir que no me va tan mal.

–¿Y tú que vas a tomar guapo?

No puedo aguantar una risa baja, ella realmente es descarada, no pondré a Harry en un dilema, el me da una mirada de apenado, se ve muy incómodo, yo solo lo observo y le regalo un guiño, puedo ver como empieza a relajarse.

–Lo mismo que mi cita, gracias.

La chica se aleja de mala gana no sin antes lanzarme una mirada de desprecio, al parecer no está acostumbrada a que los chicos no se derritan por su atención, lo siento guapa, decido empezar una conversación como si nada hubiera pasado.

–¿Cómo va todo en el taller?

Él lanza un suspiro, al parecer estaba angustiado por la pequeña interacción con la camarera.

–Bien, realmente toda va muy bien, Jasón, anda algo desesperado, pronto habrá una competencia y le prometió a Laila, que no volvería a esos tiempos.

Eso es algo que no me gusta de Laila, siempre ha tratado de controlar a Jasón, sé que se aman demasiado, pero no es justo que él tenga que dejar lo que más le gusta solo por complacerla, nada justifica su actitud, tendré una charla interesante con ella.




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