A Pesar De La Heridas || H.S

CAPITULO 14

Estoy en el vestidor terminando de ponerme mi gorro, tomo mis gafas en la mano y me observo en el espejo del casillero, siento que hay tanto que puedo dar, tal vez lo que me reprimía era que no le había dado un fin a lo que tenía con Franco, enfrentarlo y decirle todo lo que sentía me ha quitado un peso inmenso de encima.

Sé que este día va a ser memorable en la mente del entrenador, él más que nadie sabe de todo lo que me ha costado estar hoy en día donde estoy, pero agradezco en lo más profundo de mi alma todo lo que él ha hecho por mí y por tía Kenny.

Me dirijo sin titubear donde se encuentran las personas más importantes para mí, amaría que Laila, también estuviera, pero viajo con Jasón y Lily, a visitar al padre del chico, aun así, sé que está orgullosa de todo lo que soy.

–No quiero que sientas presión por nada chica ruda, no debes demostrarnos nada, sabemos lo grandiosa que eres.

–Sé que puedo hacerlo entrenador.

–Muy bien, entonces empecemos el calentamiento, ya sabes cómo hacerlo.

Empiezo a estirarme fuera de la piscina, en otro momento estoy segura que me sentiría incomoda con todos observándome, pero ahora solo puedo sentirme emocionada por demostrarles la convicción que tengo.

Me sumerjo en la piscina y empiezo lentamente, a medida que el entrenador contabiliza el tiempo me dice que vaya aumentando la velocidad, cuando ya han pasado veinte minutos me salgo de la enorme piscina.

–Muy bien Alexandra, ve a tomar posición.

Bien, bien, puedo hacerlo, antes de subir a la plataforma, respiro profundo y estiro mis brazos, por un momento el miedo al fracaso se apodera de mí, pero lo elimino tan rápido como aparece, no dejare que el miedo me venza… No esta vez.

Doy un paso y subo a la plataforma, me acomodo los goggles y tomo posición.

–Vamos nena, sé que puedes lograrlo –la voz de aliento de Harry, motiva aún más mi convicción.

–Tu puedes cariño –tía Kenny, hace el típico WUW.

–A mi cuenta Alexandra, en, ¡Tres!

Siento el golpeteo de mi corazón como si quisiera salirse de mi pecho.

–¡Dos!

Lo merezco todo, nunca volveré a dudar de eso.

–¡Uno!

Mi cuerpo se lanza al frente, empiezo a dar brazadas y puedo escuchar como Harry, lanza un fuerte silbido y como mi tía lanza gritos que no logro entender, esto es por ellos, pero más que por ellos, lo hago por mí, por primera vez en mi vida, puedo decir cuan orgullosa estoy de mi misma.

Doy mi vuelta de regreso y siento la presión en mi pecho, cuando llego al final, todo está en silencio, mi respiración es agitada y no puedo hacer nada más, sino reponerme de este maravilloso momento.

Cuando siento que ha pasado un tiempo considerable en silencio, me quito los goggles y le doy una mirada a tía Kenny y a Harry, quienes tienen la vista clavada en el entrenador, él solo está de pie mirándome como si yo no fuera real, salgo de la piscina y me quedo de pie junto a esta.

–¿Y?

–Cariño, por favor habla –tía Kenny está más que ansiosa por saber la respuesta del entrenador y no es la única.

–Cincuenta y siete segundos.

–Me cago en la pu…

–¡Lexa!

–Lo hiciste chica ruda, lo hiciste.

Estoy dando brincos de la emoción, es tanta mi alegría que sin más brinco en los brazos de tío G, quien me da vueltas con unas estruendosas carcajadas, esta sensación es tan magnifica que me es imposible reprimir las lágrimas.

–Te lo mereces todo Alexandra, por favor nunca lo dudes.

El pequeño susurro que me da mi tío hace que quiera llorar más fuerte, cuando me baja, tía Kenny, me abraza y llora igual o peor que yo, puedo ver por sobre el hombro de mi tía la sonrisa inmensa que tiene Harry en su rostro, que lo único que hago en guiñarle mi ojo izquierdo, me lanza un beso con su mano, pero ese no es el beso que quiero en este momento, la cuestión es que no puedo devorarlo en frente de mis tíos.

Cuando me separo del pequeño cuerpo de mi tía, me dirijo a paso lento y abrazo a Harry, sentir el calor de su cuerpo me reconforta, no sabía que estaba temblando, para algunos podrá ser estúpido la alegría que siento, pero realmente he puesto mi alma en cada propósito que me he impuesto, que me es imposible no sentirme agradecida por cada logro.

–Ni siquiera sé que mierda decir, eres la chica más maravillosa que he podido conocer, sé que lo repito mucho, pero joder, tu simplemente me dejas sin palabras, de no ser porque están tus tíos, juro que ahora mismo estaría devorando esos lindos labios.

–Al parecer tía Kenny, quiere celebrar ¿Quieres almorzar con nosotros? –él me nubla la mente así que no pueden culparme por no darle una buena respuesta a eso.

–Nunca puedo decirle que no a la comida.

–Bien, iré a cambiarme.

 

* * * * *

Tía Kenny, y tío G, están en la cocina preparando pollo con verdura, papas y arroz con especias, es uno de mis platos preferido. Harry y yo estamos en la sala tratando de ver una película, digo tratando porque no hemos parado de jugar con nuestras manos, él intenta entrelazar sus dedos con lo míos, pero yo no se lo permito, ya noto su cara de frustración.

–Sujeta mi mano nena –dice en un susurro.

–No quiero –trato de tener una cara neutra, pero su expresión es demasiado graciosa.

–Claro que quieres, abre el puño –su entrecejo se frunce y saca la punta de su lengua en concentración.

No se cómo carajos lo hace, pero presiona mi muñeca y por obligación mi mano se abre.

–Eres un brusco, me duele.

–Nena, lo siento, lo siento, pero ¿Qué te cuesta darme la mano?

Besa mi mano con dulzura, hago un pequeño masaje en mi muñeca y la burla en su rostro logra enojarme un poquito, en venganza le lanzo un golpe en el brazo, bien merecido se lo tiene.

–Joder Alexandra, tu eres la brusca.

UPAS, ahora soy Alexandra.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.