CAPITULO 16

Ya han pasado unas semanas y he vuelto a mi rutina normal, las cosas con mamá y el entrenador están algo tensas, ellos están peleados y no puedo sentirme más culpable por provocar eso, no me he sentido con el valor de volverlo a llamar “tío” ahora solo uso el termino de entrenador, no sé cómo algo tan insignificante hizo que él se enojara con nosotras de esa forma, no podría soportar que ellos se separaran por mi culpa.

Pero simplemente no puedo entender porque el entrenador se enojó tanto cuando Harry, me pidió que lo acompañara a una de sus carreras, la verdad ahora si siento que hice mal en volver a vivir con ellos, al entrenador aun le cuesta dejarme hacer cualquier cosa sin que tenga que estar diciendo a cada rato en donde voy a estar, con quien voy a estar y que voy a estar haciendo, realmente lo amo, pero no puede estar controlando mi vida.

Mamá se emocionó cuando Harry, me llevo a su carrera y el simplemente estallo diciendo que era una alcahueta por permitir que yo fuera a una cosa de esas, por supuesto ella no se quedó callada y le respondió que él no era mi padre como para tener derecho sobre decir algo de mi vida. Sé que eso le dolió como a nada al entrenador, ella también se arrepintió de eso, pero tampoco es capaz de darle la cara y no para de llorar en las noches, he tratado de animarla a que hable con él, pero es muy obstinada.

–¡No Lexa, no hablare con ese cabeza dura y es mi ultima palabra!

Harry, por otro lado, hablo con el entrenador y le pidió disculpas sobre el inconveniente, pero le dejo claro que nunca sería capaz de ponerme en peligro y no sé de qué más habrán hablado porque se encerraron en el garaje a hablar por un buen rato y Harry, tampoco quiso contarme nada.

–Digamos que por un momento fuimos lo más parecido a amigos.

Con el entrenador no hemos dejado de seguir en nuestra brecha y seguimos firmes con los entrenamientos, después de que mejoré considerablemente mi marca no me exige tanto, aun así, debo mantenerme en forma, he intentado hablar con él, pero simplemente no me deja seguir por ese camino y solo me habla lo justo y necesario.

Y más con la cuestión de que no quiere ir casa, no tenemos ni idea de donde se está quedando, yo la verdad estoy dudando de que el único problema por el cual él entrenador esta así no es solo lo de Harry, hay algo más y él lo está haciendo muy bien guardando lo que sea que este ocultando, este pensamiento me pone inmediatamente en alerta.

Y solo puede despertar a la chismosa que llevo dentro, porque vivo del chisme y para el chisme, okay, tampoco es tan así, pero bueno, algo de eso habrán entendido.

Aprovechare el entrenamiento de hoy para buscar algunas respuestas, si él no quiere hablar conmigo, pues perfecto, la familia esta primero y voy a encontrar cual sea el problema que está ocasionando que mis papás se estén desmoronando, que confianzuda me he vuelto, quien me escuche realmente pensaran que tengo padres, al menos tengo mamá, eso es seguro, en fin, debo ponerme en acción.

Son las cuatro de la tarde y el entrenador solo puede decir un:

«nos vemos mañana»

Wow, pero que emotivo es este hombre, si no lo conociera mejor, hasta pensaría que no le produzco ni cariño, sale a paso apresurado, se supone que debo seguirlo, pero todavía estoy con el traje de baño, pego carrera para tomar mi vestido junto con mis tenis y decido ponérmelo en el camino.

Me hubiera puesto chanclas.

¿Si ven las cosas que tengo que hacer por buscar respuestas?

Que cool, el entrenador tiene demasiada prisa por llegar a donde sea que vaya, me siento como en una película de espías, tengo miedo porque mi suerte no es la mejor del mundo y siempre termino cagandola de alguna manera, es hora de llamar las buenas energías y rogar porque él entrenador no se dé cuenta de que lo estoy siguiendo. Hemos avanzado unas quince cuadras y la curiosidad en verdad me está carcomiendo.

Se detiene en una tienda y mi preocupación se eleva a niveles altos en la escala de Richter, aquí la cuestión no es la tienda, si no lo que venden en la maldita tienda, está comprando un ramo de flores y puedo decir que a mamá nunca le compro un ramo cuando él más que nadie sabe cuánto ella ama las flores.

Me siento ofendida por esto.

¿Qué p*tas?

No puede tener un inconveniente con mamá porque él aprovecha para irse quién sabe con quién, caminamos tres cuadras más y se detiene en una casa con una fachada un tanto abandona de color que en sus buenos tiempos debió de ser azul, toca el timbre y trata de acomodar su ropa, que bonito, pasados unos segundos una mujer muy atractiva de cabello ceniza abre la puerta y se lanza a los brazos del entrenador.

Mi boca no podría estar más abierta porque estoy segura que se me dislocaría la mandíbula, el entrenador la levanta en sus brazos y sonríe dándole vueltas en el mismo lugar, las lágrimas se acumulan en mis ojos, no se me ocurre reaccionar de ninguna forma, muy en el fondo no me esperaba ver al entrenador en una situación como esta.

Nunca nos dio un motivo para pensar algo como esto, pero tal vez si le dimos nosotras una razón a él, pues bien, tampoco lo necesitamos, si lo voy a extrañar como el p*tas, pero debo salir adelante, aunque él sea mi Scooby de Shaggy o el Robín de Batman, joder, que cosas más estúpidas se me ocurren, la vulnerabilidad es cosa seria, la mujer invita al entrenador a ingresar a su casa y el sin dudarlo entra en esta.

Mis piernas se debilitan y me siento en el piso, pego mis piernas a mi pecho y por más que las lágrimas se acumulan en los ojos, simplemente no salen, estoy segura que nunca podría desearle ningún mal al entrenador, estoy segura de que le importo y aun después de todo lo que vi, sé que también le importa mamá, pero tal vez no de la forma en la que lo hacía, por eso mismo no puedo recriminarle nada, le debo tanto, que reclamarle cualquier cosa seria como un insulto, es su vida y cualquiera que sea su decisión la debemos respetar.