CAPITULO 17

Me costó muchísimo convencer a mamá de salir con nosotras y sabía que iba a ganar porque nunca ha podido decirme que no y aunque lo hubiera hecho habría cambiado su respuesta en un segundo: la ayudo a escoger la ropa que se va a poner, tiene ropa fantástica y nunca la he visto con ella, pues hoy es el día indicado.

Decido darle un vestido de color vino tinto que le llega cuatro dedos más arriba de las rodillas que se ajusta perfectamente a su cuerpo. No es que vaya a permitir que ningún imbécil se le acerque para ligar con ella, solo que voy a hacer que su perspectiva cambie, sigue siendo una mujer hermosa y ella al parecer no es consciente de que aun atrae a los hombres y más porque ella se cree vieja.

Ta´ loca la jeñora.

Pero bueno, menos mal existo yo.

Le envió un audio a Laila, explicándole más o menos la situación, no podemos nombrar al entrenador en esta noche, así que, se convertirá en el que no debe ser nombrado y si mamá lo hace, le sacamos el cuerpo por la tangente.

No llevamos auto porque esta noche se trata de ser libre y pues bueno, el alcohol a veces te hace tan libre que uno olvida cosas y pierde ciertos sentidos, esperamos el auto que pedimos, nos toma alrededor de quince minutos llegar al bar y noto la incomodidad de mamá, por un momento flaqueo respecto a esta idea, pero la alejo.

Ella debe relajarse.

Mi querida mejor amiga esta vestida con un pantalón negro y una blusa de tiras color azul, yo estoy casi igual exceptuando la blusa, la mía es de color morado.

Saludamos a Laila, y emprendemos nuestro camino al interior del lugar, son las nueve de la noche y la verdad no esperaba que estuviera tan lleno, nos acercamos a la barra para empezar esta mágica noche, no si, la Hogwarts.

–Tres frías por favor –mamá le lanza una mirada a Laila, de confusión.

–¿Tres frías? ¿Qué significa eso? –no puedo evitar soltar una risa ligera, al parecer mamá nunca ha salido a divertirse, tiene amigas mucho mayores que ella y se comporta como una abuela, solo van a cenar y a cotillear de las mujeres que se aparecen en el restaurante, dice que le incomoda, pero que son las únicas amigas que tiene, bien, esta noche va a ser muy diferente, que se forme el desmadre.

–Se refiere a las cervezas –ella da un pequeño asentimiento y al mismo tiempo una sonrisa de vergüenza –. Relájate ¿Sí? Esta noche va a ser estupenda, olvida todos los problemas por un momento y solo gózalo.

Una vez que nos entregan las cervezas Laila, propone un brindis.

–Bridemos por lo espectacular que nos vemos esta noche y también por Kenny, para que despeje su mente y disfrute de los pequeños placeres de la vida, así que, fondoooo.

–¡Salud!

–Salud.

Decido tomar una foto para ponerla en mi estado de WhatsApp y solo espero que el entrenador la mire, él no es el único que puede divertirse, antes de apagar el celular le envió un mensaje a Harry, de que por el resto de esta noche no voy a poder hablar con él, sin más guardo el móvil y tomo a Kenny y a Laila, para bailar en la pista.

Quedamos en que esta noche seriamos primas. Con Laila, estamos más que familiarizadas con la música que ponen, caso contrario de Kenny, no es capaz de dar un movimiento, se nota su incomodidad en cómo la gente se agrupa y baila entre sí.

Mi amiga nos toma de la mano y nos lleva nuevamente a la barra, sé que va a pedir y no puedo estar más de acuerdo con ella.

–Regálame media porfa.

A simple vista el trago parece agua, no prevenimos a Kenny, en nada y pues ella tampoco pregunta que es, así que apenas Laila, le sirve la pequeña copa, se la toma de golpe, por un momento pienso que va a vomitar, su cara es de completo asco, nos mira como si estuviéramos locas, pues apenas ella se recupera de su asco, nosotras nos bebemos la copa de una, no ponemos caras de ningún tipo, que puedo decir, no somos principiantes en esto, lo que dice Kenny, solo puede provocar que mi amiga y yo soltemos una tremenda carcajada.

–No puedo creer que mi bebé y mi sobrina salgan a beber esta porquería –por un momento tuve ganas de decir «aaww ternurita». Pero sé que para ella esto no es un chiste, así que le restó importancia con la mano y la llevamos nuevamente a la pista, Laila, le recuerda que esta noche solo somos primas, ella solo puede hacer un gesto de resignación; nuestros cuerpos se mueven al ritmo de la música y Kenny, empieza a imitar nuestros movimientos le salen muy bien, a decir verdad.

Hemos disfrutado la noche como nada, para sorpresa mía, Kenny, ha bailado con unos cuantos chicos y no esperaba que en el bar haya gente que ronde la misma edad que ella, hay un hombre que no ha dejado de observarla y lanzarle sonrisas coquetas, no quiero que se le acerque así que no me le he despegado en ningún momento y cuando tuve ganas de hacer pis, la lleve conmigo.

Pues sí, soy posesiva y nadie podría culparme. Laila, me hace un gesto para que me acerque a ella, ya estoy presintiendo algo, llámame bruja si quieres, pero siempre que sospecho, es por algo y hasta el día de hoy eso no me ha fallado, noto la incomodidad en su rostro por lo que tiene que decir.

–Harry, está escribiéndome desde el celular de Jasón, y quiere que te diga que Gellert, está buscando a Kenny, pero que ni tu ni ella responden el celular, esta algo cabreado y le está preguntando a Harry, en donde demonios se encuentran –¿Ya les comente que por error apague el celular de mamá? ¿no? Bueno, pues ya lo dije.

Simplemente perfecto, Yisussss, dame paciencia, al parecer ahora si somos importante ya que no estamos tan desesperadas por su atención, no puedo creer que tenga el descaro de estar preguntando por nosotras, pues esta noche no va a ser posible, se va a quedar con las ganas de saber dónde estamos,

Le digo a Laila, que le escriba que no tienen ni idea de donde podamos estar, tampoco estamos mintiendo, planee perfectamente esta noche y ni siquiera Jasón, sabe en qué lugar nos encontramos, que puedo decir, el que menos corre… Vuela.