A Pesar De La Heridas || H.S

CAPITULO 20

Pues bien, voy a aprovechar esta oportunidad de que tengo la casa sola, para hacer una propuesta que, para mí, es totalmente nueva, pero la vida está hecha para los valientes y aquí esta una fiel guerrera. Así que voy a prepararme mentalmente de todas las formas posibles, le envió un mensaje a Harry, citándolo en mi casa a las seis de la tarde.

Tengo exactamente tres horas y veinte minutos para hacer lo que tengo planeado, espero no verme como una idiota. Aunque, son muy pocas las veces que siento que paso vergüenza.

Que puedo decir, cuando has tenido una vida de subidas y bajadas, el desastre hace parte de tu día a día.

El atuendo que tengo me parece el indicado, tengo un conjunto de tono morado claro junto con unos tenis blancos, me siento confiada y solo puedo tener pensamientos positivos. Yo soy un desastre para preparar una comida súper sabrosa, la ventaja es que los postres me salen deliciosos, así que decidí hacer un pastel de vainilla, ojalá el no venga con él estómago vacío, no creo que un simple pastel le quite el hambre.

Mientras espero a Harry, me acuesto en la sala tratando de despejar mi mente para aclarar mis ideas, ya más o menos tengo claro lo que quiero decir, aunque lo que más se planea es lo que menos sale.

Pero ya que cuentos, trato de ser positiva y siempre meto cosas negativas, doy un brinco cuando escucho el timbre.

ALV.

Me pongo de pie, me acomodo la falda y mi cabello para abrir la puerta.

¡¡¡Jesús!!!

Que monumento de hombre, tiene una camisa manga larga de color azul claro y un pantalón negro, mentiría si no dijera que no me lo estoy imaginando sin esa camisa como en la foto que puso Jasón, tiene una sonrisa cálida que hace que se marquen unos lindos hoyuelos, pero sin mostrar su dentadura.

–Buenas noches madame –hace una leve inclinación y yo solo puedo soltar una risita por lo bajo.

–Caballero –hago un movimiento con mi mano y lo invito a seguir.

Pasamos a la sala y lo invito a que se siente, tenía un montón de cosas en la mente para decir, pero justo ahora no se cruza ni una sola idea, soy una cotorra todo el tiempo, pero cuando realmente debo decir algo, me bloqueo, 🤦‍♀️, yisus dame sabiduría y dale a este buen hombre, paciencia.

Me siento a su lado y juego con mis manos, cuando levanto mi cara para observar su rostro, no puedo creer lo que veo, el muy bastardo tiene una sonrisa de oreja a oreja mostrando cada detalle de sus magníficos dientes.

–No puedo creer que Alexandra Rogers, este nerviosa – jaaaa ¿Yo? No mi vida, tal vez solo un poquito, pero no quiero que lo sepa.

–Sigue en tu mundo de autos de leche, no estoy para nada nerviosa, solo te estoy dando tu espacio para que entres en confianza –bien, bien, no es la mejor respuesta, pero me da algo más de tiempo para empezar con nuestra charla.

Por el rabillo del ojo puedo ver como arremanga su camisa hasta los codos, noto como su brazo izquierdo tiene tatuajes, pero tienen un relieve raro por la contextura que tiene su piel, se da cuenta que veo fijamente ese punto y vuelve a cubrir su brazo.

Es que chismosa e imprudente se nace.

Noto que el ambiente se puso incomodo después de esto y no sé qué hacer.

¡Solo di algo maldita sea!

–¿Quieres pan? –sí que deberían nominarme a un premio a la mejor mente, al menos él está sonriendo, voy sumando un punto –. Bueno, no es pan realmente, o sea, si es pan, pero pan de dulce, quiero decir –que me ahorquen ¡Jesús! –. Es un pastel, eso quiero decir, un pastel de vainilla, yo misma lo prepare.

–Me encantaría – ¡Paren todo! Su sonrisa es mi delirio, fin del comunicado.

Sin más tomo su mano y lo llevo hasta la cocina, le indico que tome asiento y abro la nevera para sacar mi creación, la pongo sobre la mesa (wow) y corto una rebanada, espero y si le guste, toma el tenedor y se lleva un trozo a la boca (god) empieza a asentir con sus ojos cerrados, contrólate, contrólate.

–Esto está delicioso nena, realmente delicioso –tengo una grande sonrisa plasmada en el rostro, nunca había preparado algo para alguien que no fueran mamá, el entrenador o Laila, sigue degustando mi creación y yo estoy hipnotizada por todo él, los miles de pensamientos que cruzan por mi mente me obligan a sacar todo lo que quiero decir, y es algo sencillo.

–¿Quieres ser mi novio? –yo me levanto de golpe, él ha empezado a toser atorado, mal momento de soltar eso, pero que le vamos a hacer, ya está hecho, su rostro se ha puesto rojo y sus ojos se han lloroceado, realmente es súper inapropiado, pero no puedo evitarlo.

Suelto una carcajada que hace vibrar mi pecho, se recupera de su pequeño ataque y yo no puedo detener mi risa, juro que me hare pis encima, cruzo mis piernas y me doblo para reírme con más ganas.

–Deja de reírte, casi muero y tu solo puedes estar cruzada de piernas –me voy calmando y el rostro serio de Harry, es el que pone fin a mi burla –. Repite lo que dijiste.

–¿Acaso eres sordo? Sé que escuchaste perfectamente lo que dije, así que, estoy esperando una respuesta –pongo mi cara más seria y me cruzo de brazos moviendo mi pie rápidamente, su boca se abre una y otra vez, pero no dice nada en absoluto, sí que lo deje sin palabras, pero como ya he dicho.

Quien no arriesga, no gana.

Además, como es la primera vez que voy a tener un novio de verdad, con mi aprobación y con mi confianza sobre mi misma, quise proponerlo yo, hace un sonido con su garganta y se acomoda el cuello de su camisa.

–No estaba listo para esto nena –claro que no estabas listo bebote, soy todo un enigma souuuu.

–¿Y entonces que vas a decir?

–Se supone que eso deben proponerlo los hombres –se apoya en su pierna izquierda con sus manos en la cintura.

–Pues yo soy medio hombre así que responde –suelta una risa ligera y pasa las manos por su rostro, yo sigo en la misma posición con mi pie moviéndose sin cesar.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.