¿a Que Juegas?

2

Salí de casa con la moto rugiendo como si fuera un caballo salvaje. No voy a mentir, iba con una sonrisa medio idiota en la cara porque ya tenía cita con ella. La encontré esperando en la esquina, con ese gesto medio nervioso que siempre pone cuando me ve, como si no estuviera muy segura de lo que está haciendo.

—¿Lista? —le grité desde el casco.
Ella sonrió, subió detrás de mí y me rodeó la cintura con sus brazos.

El aire golpeándonos la cara mientras atravesábamos la ciudad fue suficiente para ponerme de buen humor. Sentía su risa en mi espalda cada vez que aceleraba un poco más de lo normal. Nos detuvimos en una heladería, porque ella, según sus palabras, no podía arrancar la tarde sin probar el helado de fresa de ese lugar.

Mientras comía su helado me soltó una bomba.
—Tengo una hija —me dijo, mirándome como si esperara que me cayera de la silla.

Yo me quedé en silencio un momento, dejando que la cucharita se quedara a medio camino.
—¿Y… la hija viene con paquete completo? O sea… ¿el papá? —pregunté medio en broma, medio en serio.

Ella se apresuró en decir que estaba soltera, que no había nadie en su vida. Pero había algo en su mirada que me decía lo contrario. No quise presionarla, solo asentí y seguí comiendo, porque para mí lo importante era que estaba ahí conmigo, sonriendo y dejándose llevar.

Más tarde fuimos al centro comercial. Caminamos entre las tiendas mientras ella se reía de cada cosa que yo comentaba. Le pregunté qué era lo que más le gustaba en la vida.
—Mi hija, el helado de fresa y las películas de terror —respondió sin dudar.
—Te falta uno más.
—¿Cuál?
—Yo.

Se rió y me empujó con el hombro, como si me estuviera sacando de la lista. Pero lo cierto es que me miraba con esa expresión que dejaba ver que le gustaba la idea.

En una de las vitrinas se detuvo. Era un simple collarcito, nada espectacular, pero sus ojos lo iluminaron como si fuera una joya de reinas.
—Es lindo… pero no necesito esas cosas —dijo, dándome la impresión de que estaba más orgullosa de decir que no lo quería, que de mirarlo en sí. O tendria otras necesidades... entiendo que trabajaba para mantenerse y ahora que recién supe lo de su hija, supongo que su hija le absorbe dinero.

Yo no insistí. Dejé que se alejara, pero mientras ella revisaba otra tienda, regresé y lo guardé en el bolsillo. No iba a perder la oportunidad de tener un detalle al final.

Después fuimos al cine. Escogió una película que juró me iba a dar miedo. Al final, fui yo el que la escuchó saltar tres veces y agarrarse de mi brazo como si un fantasma fuera a salir de la pantalla. Yo solo reía mientras ella murmuraba insultos bajos, avergonzada.

Al salir, el hambre nos ganó. Entramos a un local de hamburguesas rápidas y ahí la conversación fue más relajada. Hablamos de música, de viajes que nunca hicimos y de la tontería de pensar que un día podíamos vivir en otro país sin preocuparnos de nada. Ella se notaba feliz, con esa chispa en los ojos que no todos pueden sacar.

La noche ya nos cubría cuando tomé la carretera hacia las afueras.
—¿A dónde me llevas? —preguntó, abrazándome fuerte desde atrás.
—Ya verás.

Llegamos a un mirador donde la ciudad se desplegaba como un mar de luces. Ella bajó de la moto y se quedó unos segundos en silencio, mirando todo.
—Es hermoso… —susurró.

Me acerqué despacio, y sin pensarlo demasiado, la besé. No fue un beso de película, fue más real, más de esos que se dan con un poco de nervios y un montón de ganas contenidas. Ella no se apartó, al contrario, se dejó llevar.

Cuando el momento bajó un poco de intensidad, saqué el collarcito del bolsillo. Ella me miró sorprendida.
—¿Qué es eso?
—Para que tengas algo con qué recordarme cuando no estemos juntos.

Se llevó la mano a la boca, como si no supiera si reír, llorar o regañarme. Al final, se dejó ponerlo y lo acarició con los dedos.
—Eres un tonto… pero un tonto encantador.

Ahí supe que la cita había sido un éxito. Y mientras la ciudad brillaba frente a nosotros, entendí que ese era solo el comienzo.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.