A través de ti

Un día cualquiera

Todos los días al despertar, siento el tiempo detenerse, las mismas casas, las mismas calles, caras y mentes vacías, cansadas por el exceso de trabajo, y el movimiento lento de personas que ya no saben a dónde van, ni el sentido de la vida.

Respiro el aire turbio y pesado, cuesta levantarse y estar de pie, la misma hora anuncia el momento dónde por inercia somos arrastrados hacia lugares donde es mejor no estar, la voz de la señora recriminando mi llegada tarde me devuelve a la realidad.

-Alana, estás son horas de llegar?. Miro el reloj y marca las ocho y cinco minutos, dejo que me recrimine el estúpido y absurdo minuto tarde. Hay personas tan ignorantes que solo con insultos y altanería piensan que son mejores, la educación es algo único y majestuoso y hay personas que se pierden un minuto de su vida en ser mejores, cuando no son capaces de con un simple buenos días, buenas tardes o buenas noches aplicar un poco de cortesía.

Con un pie dentro de la tienda y otro fuera me pregunto si realmente es ahí donde debo estar, avanzo o me retiro?, como dicen los viejos una retirada a tiempo vale mucho, que sería de nosotros sin los refranes de estás personas sabias de la vida, que nos da gusto sentarnos bajo las estrellas en las noches tranquilas y escuchar sus historias y experiencias de la vida, dónde desde pequeños nos enseñan el valor de las cosas y la necesidad de ser buenos y bondadosos. Hay mis viejos, se les llenan los ojos de lágrimas cuando se dan cuenta que el tiempo pasa y que con él se van las memorias y los recuerdos, quieren aferrarse del pasado, y se olvidan que el presente es duro e incierto.

-Alana, Alana..... Siento como la voz se repite una y otra vez, pero solo giro, camino en dirección contraria y no pienso mirar atrás, no, no, ahí no vuelvo más, nunca más, me lo repito una y otra vez. Ya el aire no me pesa, siento una calma y tranquilidad, me alejo cada vez más y ya no hay regreso.

Llego a la casa, a mi hogar acogedor, dónde inhalo y exhalo, mis pulmones se llenan de aire, pienso que voy a explotar, la ira, el enojo, no son buenos, trato de calmarme, y de mantener la cordura. Desde la cocina mi madre me observa:

-Mi niña, que pasó.... Sus palabras siempre me han reconfortado, y me han ayudado. Es mi refugio y mi forma más bonita de amar la vida. Junto a ella me espera un príncipe con ansias de ver a mamá. Cuando se es madre entiendes muchas cosas. Das valor a lo que tienes y te aferras a la vida de tal manera que en esos pequeños ojitos todo se vuelve bonito.

Me acerco y la abrazo y le doy un beso a mi pequeño. Nunca me ha gustado llorar delante de ella, lo menos que quiero es ver lágrimas en sus ojos, cansados y gastados por el paso de los años. Tan solo con mirarme sabe cómo me siento y con eso ya me basta.

-Decide lo que es mejor para ti Alana, eres buena persona y la vida te lo recompensará en diferentes maneras. Nunca dejes que otros te hagan daño. Sus palabras son mágicas y me reconfortan. Corre una lágrima por mis mejillas y sus manos débiles y a la vez fuertes me dicen que no llore, todo en la vida pasa por algo. La abrazo y guardo silencio. " Eres la mejor mamá del mundo, gracias por estar siempre".

Los días pasan, las semanas se vuelven meses y sé que es hora de hacer algo. El tiempo que tuve para mi, se acabó, y creo que ya es momento de rehacer mi vida y encontrar cuánto antes un trabajo. Salgo y escucho opciones, pero nada me convence, es otro días más como cualquier otro, lo mismo de siempre.

-Buenos días, Alana, como estás, y el niño?. La voz de mi vecina me detiene.

-Buenos días China, así le decimos de cariño todos. El niño bien, y usted cómo está?, le contesto y voy y la ayudo con las bolsas pesadas que trae. La China es una señora de edad, que vive sola. Es como una abuelita para todos. Ahí es donde me doy cuenta que la vida es un poco injusta con algunas personas.

-Bien, mi niña. Ya has encontrado trabajo?, me pregunta y siento que me quiere decir algo.

-No, aún no.

-Escuché que necesitan a una persona que sepa trabajar en computadoras y quien mejor que tú para ir. Te gustaría intentarlo. ?Me lo dice con esa expresión "de deberías ir". La miro, sonrió, y contesto

-Mañana sin falta voy, y después le digo que tal me fue.

Le agradezco y una vez dejadas sus bolsas en la cocina me retiro. Le deseo bonita tarde y voy en busca de mi pequeño. Cae la noche y me quedo pensando en la opción que me dió la China. Se lo comento a mi madre, a ver qué tal piensa

-Creo que deberías de intentarlo. Me dice con gran entusiasmo. -Se positiva y deja que todo fluya por si solo, no seas tan negativa desde el primer momento, date una oportunidad. Ya han pasado unos meses y de ti depende el bienestar de tu hijo, no dejes que ese incidente te detenga en la vida.

Sé que sus palabras son ciertas y ya es hora de avanzar, y no detenerme por miedo o por creer que no voy a ser capaz de hacer las cosas. Los sitios nuevos siempre han sido una dificultad para mí, cuando eres criada en un ambiente sano, no caben palabras de ofensas para quienes intentan lastimarnos en algún momento de nuestras vidas, y pensamos que el silencio es mejor.

Acurruco a mi príncipe, le doy el beso de buenas noches. Sus manitos pequeñas van creciendo, y me necesita en cada pasito de su vida. Él es mi todo y me da fuerzas para seguir adelante. Cierto los ojos y me acuesto. Mañana es otro día......




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