A Través De Un Sueño

Capitulo II

Que preciosa te ves hoy. --elogia Dylan viéndome con ojos llenos de amor.

Gracias, tu también te ves precioso hoy. —imito, sonriendole con pena. No es la primera vez que nos vemos en sueños, ya han sido varias veces, pero nunca habíamos tenido una conversación larga, por así decirlo.

Estámos en un restaurante y bar, en alguna parte de Corea, no sé en que parte, solo sé que su mente nos ha traido aquí.

Llevámos hablando unos veinte minutos desde que llegamos, o desde que me proyecte en sus sueños, mejor dicho.

La conversación es amena, todo esta muy bien, su subconsciente si quiere que tengamos una cita realmente buena. Lastima que solo sea en nuestros sueños.

No crees que el lugar es hermoso? —pregunta.

Asiento Claro es muy elegante, casi no visito lugares así.

—¿Porque no? ¿No sales mucho? —indaga. Parece que él no se da cuenta que es un sueño, si lo siente real, como yo. Pero no se da cuenta que puedo controlar y llevar sus sueños a otro nivel, al nivel que yo quiero.

No, paso encerrada en el labo..... —no termino la frase, no quiero que sepa nada, es mejor que no supe mucho de mi.

En ..? Pregunta, incentivandome a seguir.

Olvídalo, no era eso lo que iba a decir. —me excuso.

Heyden...   Es hora...  Heyden...

Puedo escuchar la voz de uno de los ayudantes de mi padre, trata de levantarme de mi sueño, como todos los días, incluso madrugadas.

Lo siento, tengo que irme ya, nos vemos otro día, ¿te parece? —le digo, levantándome de la mesa sin que él pueda responder.

Espera, aun no hemos terminado. —se levanta también. Camino sin siquiera verlo, tengo que ser rápida y salir de este lugar para no desaparecer frente a sus ojos. No quiero confundirlo.

Me sigue, pero camino rápido entre la poca gente que hay en este lugar, doblo en una esquina y salgo por la puerta de emergencia. Cierro mis ojos y me concentro en salir del sueño, pero no pasa nada.

Puedo escuchar sus pasos, lejanos, pero siguen ahí, quiere encontrarme, tengo que darme prisa. Lo intento de nuevo, pero sigo aqí, no sé que pasa.

Heyden...   Arriba...  ¿Porque no despiertas?...

La voz del ayudante de mi padre se escucha más fuerte, provocandome un inmenso dolor de cabeza, los pasos de Dylan se escuchan a lo lejos pero también molestan, no sé que pasa, escucho sus pasos, la voz del ayudante, pero no puedo salir. ¿Qué me esta pasando?

Pasos...

La voz...

Todo a mi alrededor da vueltas, no sé en que plano me encuentro.

No se que hacer.

Ayuda....》

—¡¡Heyden!! —la voz de Aker hace que salga del sueño. —¿Estas bien? ¿Porque no despertabas?

Mi corazón late muy rápido, estoy sudada, mi mente esta dando vueltas,  el dolor de cabeza es insoportable, tengo la boca reseca.
¿Que me esta pasando?

—Agua.... necesito.... agua.... Aker, rápido. —Digo con la respiración entrecortada. Él corre rápido a la mesita de noche que tengo en una esquina, trae mi pequeño bote con agua, sin dudarlo la agarro y bebo todo lo que puedo.

El agua pasa por mi garganta aliviando la resequedad, trato de calmar mi respiracion, para no sufrir un ataque de pánico. 
Cuando logro calmarme, me levanto lento de la cama, para quedarme frente a Aker.

—¿Que fue eso? —Pregunto seriamente. —¿Porque no podía salir.? ¿Qué me esta pasando.? Es la maldita medicacion ¿cierto?

—Tranquila Heyden, no se porque te sucedió eso, no sé si son efectos de la medicación, pero alterandote no obtienes respuestas.

Él tiene razón. Debo de estar tranquila. No sirve de nada ponerme histérica.

—¿Entonces, que fue eso? ¿Y porque tenias que venir a despertarme? ¡Estaba en medio de algo!

—Lo se, pero es hora de seguir con la rutina.
Ademas, siempre podras verlo, en tus sueños.

—Eso ya lo se. Pero no me basta con eso, y de paso tu vienes y me despiertas cuando él y yo tenemos un momento.

—Lo siento, pero sabes que tengo que hacerlo. Ahora lávate y cepilla tus dientes. —Ordena. —Es hora de iniciar tu día.

"Iniciar mi día", odiaba eso. 

Termine de bañarme y cepillar mis dientes tal y como Aker ordenó. Estoy usando la ropa de rutina, que consta de una camisa azul marino y un pantalón de tela blanco y unas crocs blancas.

Salgo de mi habitación y me dirijo a la oficina de mi padre, toco dos veces hasta escuchar su "pase." Entro y lo veo con sus ojos puestos en unos papeles, seguramente contratos que tiene con los padres de personas como yo, o con otros de su tipo.

—Hola linda. —me saluda dejando de lado sus papeles. —Aker me informo sobre lo que te paso hoy. ¿Te encuentras mejor?

Qué veloz es Aker para ir con los chismes.

—Si padre. Justamente de eso quiero hablar. —Tomo una pausa y el hace un movimiento con su mano para que siga. —Tengo una duda, lo que me pasó hoy, ¿son efectos de la medicación.?

—Mi pequeña Heyden, no puedo asegurarte nada aun, pero si mal no recuerdo, hablamos sobre los posibles efectos que esa medicación iba a tener en ti.

—Si, lo se. Pero no dijiste nada de casi morir por un ataque de pánico o sea lo que haya sido eso, en medio de un plano astral. —exclamo molesta.

—Lo se, pero no puedes echarle la culpa a la medicación, pudo haber sido un simple fallo, tal vez perdiste fuerza mental, o sus sueños ya se estaban desconectando. —Explica en calma, volviendo a ver sus papeles.

—Entiendo, puede ser eso. Pero si me sigue pasando, quiero dejar en claro desde ahorita, que dejaré de tomarme esas cosas.

—No tienes porque amenazar hija. Haremos pruebas y veras que todo fue como lo dije.

—¡¡Pero se que no es cierto!! Yo se que... —No puedo terminar por que él me interrumpe.




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