A Través De Un Sueño

Capitulo V

 

—¿Qué es lo que ves? —escucho la voz de Aker como un eco, lejano.

—Nada, por ahora.

—Deja que tu mente viaje, que tu subconsciente te lleve a donde quiera. —aconseja el ayudante.

Todo a mi alrededor se ve oscuro, nada de luz, ni una sola lucecita que me deje ver donde estoy.

¿Será que he muerto? Aunque sería imposible comunicarme con ellos si estoy muerta.

"¿Pero hablar con ellos mientras estas inconsciente, si es normal?" —me dice mi voz interior.

—Aun no hay... no espera, veo algo. —no sé si lo que yo digo, ellos lo escuchan, pero no tengo manera de como saber.

En la oscuridad, de la nada aparece una puerta blanca hecha de roble, parece la puerta que te llevaba al cielo. Aunque una vez leí por allí, que entre más bonita sea la puerta, más grande es el peligro que alberga. ¿Es cierto? No lo sé.

Mi cuerpo comienza a moverse en dirección a la puerta, como si de un robot programado se tratase, yo no tengo control sobre mi cuerpo.

Al estar cerca de la puerta mi mano toco la manilla, la giro y la puerta se abre fácilmente.

Me adentro, al entrar por esta, una luz me ciega por unos segundos, dejo mis ojos cerrados hasta que estos se acostumbran a la luz. Al abrirlos puedo darme cuenta que estoy en una oficina. Es igual a la de mi padre, pero el color es diferente, los muebles estan en otro orden, y la silla donde él se sienta esta viendo hacía una pequeña ventana que deja ver la luz de lo que parece ser el día.

—¿Qué ves Heyden?

—Vi una puerta y entré en ella. Bueno, creo que mi cuerpo se movió solo. Ahora estoy en... una oficina. —digo observando con detenimiento el lugar.

Todo es tan vivido, tan real. Pero sé que es solo un sueño.

—¿Puedes decirme de quien es la oficina?

—No lo sé, se parece a la de mi padre en ciertas cosas, pero los colores y el orden son otros.

—¿Hay alguien contigo?

-No.

Oh eso pensé hasta que la silla se dio la vuelta lentamente. Un hombre de unos cuarenta a cincuenta años de edad, esta sentado en ella, no puedo verle el rostro, porque trae puesta una mascara como las de "La casa de papel"; esta bien vestido y parece que estaba esperándome.

—Si hay alguien.

—¿Quien? —cuestiona el ayudante.

—No sé. Tengo miedo, quiero irme, tiene una mascara. —comienzo a sentir miedo, siento como mis piernas empiezan a temblar, intento retroceder, pero otra vez no puedo.

¿Que sucede con mi cuerpo?
¿Porqué no controlo mi propia mente?

"Respira, respira." Me digo,,pero no funciona. Mi corazón va a mil, y siento como si el aire no me pasar.

—No tengas miedo linda. —habla la persona en la silla. —no tienes porque temerme... aun.

Su voz es grave, pero se distorsiona por el eco que causa el vacío.

—¿Q-quien e-res? ¿Co-como es que?

—Basta de preguntas. —levanta su mano para que me calle y prosigue: —veo que has crecido mucho, y que tu padre a hecho un buen trabajo cuidandoté y tratando de entender la fuerza de tu poder pero, no lo suficientue

¿La fuerza de mi poder?
¿Él que sabe de mi poder?

—¿Como sabes de mi padre y de mi? ¿Estas haciendo lo mismo que yo, dormir?

—No te contaré todo aun, linda. Pero si lo necesario.

—Pues habla ya. —trato de sonar fuerte pero un leve temblor inunda mi voz.

—Primero, pongámonos cómodos.

Chasquea sus dedos y de un momento a otro el lugar cambia de escenario, ahora estamos en una playa. Se pueden ver y escuchar las olas chocando contra la tierra, y las gaviotas graznan dando señal de que esta por comenzar el atardecer.

El hombre misterioso esta sentado a mi lado en una silla blanca, al lado derecho de él hay otra igual. Hace un ademán para que me siente a su lado, no hago caso pero mi cuerpo lo hace acatando su orden.

¿Como es posible esto?

Al haberme sentado forzadamente, lo bonbardeo de preguntas: —¿Porque no puedo controlar mis acciones?

—Aun no sabes, ¿cierto? —niego, y él rie por mi ignorancia. —Yo puedo controlar tu mente y todo lo que esta a nuestro alrededor, por que verás linda, este es mi... ¿como le llaman ustedes? Ah, si, "sueño". —hace comillas. —pero yo le llamo plano, aunque no importa. Yo controlo todo esto porque yo lo estoy creando y tú solo eres una turista, así que Bienvenida a mi mente.

—Pero no puedes controlarme, yo soy duela de mi cuerpo y mente. —los nervios no se hacen esperar.

Otra vez siento como me falta el aire, mi corazón golpea con fuerza mi pecho. El sonido de las olas empeora mi miedo, siento que me estoy ahogando. Yo debo de tener voluntad propia con mi cuerpo, no él.

—Claro, pero solo cuando estás en la mente de alguien más débil que tú. Pero yo... —exclama con orgullo.—yo soy alguien más fuerte que tú, mi mente es insuperable a tu lado y como estás en mi plano, yo hago lo que quiero contigo y nuestro alrededor.

Señala todo lo que tenemos al frente.

—No vine por casualidad aquí, ¿cierto? —él niega.—Tengo que irme de aquí. —expreso, tratando de levantarme pero su poder mental es muy fuerte. Justo como dijo.

—Antes de que te vayas quiero decirte algo, linda.

—No, no quiero escucharte. —logré levantarme, no sé si fue él el que lo hizo o yo, pero no me importaa en este momento. —Aker, quiero irme, sacame de aquí. —no hay respuesta. ¿Habrá escuchado?

—Te lo dije, tu poder mental es muy débil aun. No entiendo porqué tu padre no lo ha explotado al máximo.

—Ya deja de hablar de él. —llevo mis manos a la cabeza para no oírlo, tratl de despertar e irme, pero no sé como.

¿Porqué no puedo? Esto es fácil para mi. Ya he hecho esto miles de veces.




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