A Través De Un Sueño

Capitulo IX

Aker

Llevo más de diez minutos esperando a que Heyden entre en mi mente pero ella sólo está ahí, sentada frente a mí frunciendo el ceño, haciendo gestos raros con su cara: de confusión, temor, asombro, nerviosismo. Muevo mi mano delante de su cara para ver si reacciona pero no sucede nada, me estoy comenzando a irritar ya que seguramente está en la mente de Dylan cuando debería de estar en la mía, para que yo pueda decirle muchas cosas pero no, ella no está ni cerca de estar en mi mente.

Observo a Óscar que está observando a Heyden y luego apunta algo en su libreta, le hago señas para que haga c algo o para yo hacer algo, pero él sólo me detiene enseñándome su dedo índice en señal de que me calle y no haga nada.

—No entiendo por qué no....

Heyden comenzó abre los ojos lentamente, de seguro esta algo desorientada por lo que haya hecho. Óscar otra vez escribió algo en su libreta y Heyden sólo nos observa esperando a que hablemos pero como no lo hicimos ella habló:

—¿Cuanto tiempo pasó.?—Preguntó sobándose los ojos con la parte trasera de su pequeña mano.

—Diez minutos exactos, —habló Óscar antes que yo, con esa voz que ahora lo caracteriza.—pensé que iba a durar menos pero me equivoqué, no entraste en la mente de Aker, Heyden. —dijo en forma de regaño, lo cual no me gustó.

—No.... no entré en ninguna mente, me quedé en el espacio o como se llame. —mintió como si nadie lo hubiese notado, además que su nerviosismo la delató.

—No te creo, tu cerebro daba señales de movimiento, así que si interactuaste con alguien. ¿Con quien fue? —preguntó acercándose a intimidandola.

Ella respondió en su defensa diciendo que fue con un niño, pero tanto Óscar como yo no le creímos, así que decidí hablar.

—Yo creo que está mintiendo, tal vez no hizo nada y sólo estaba durmiendo. Es muy perezosa por si no sabías. —expresé de una manera algo borde y puede ver como en su rostro apareció la confusión.

—¿Porqué lo dices? ¿No crees en la prueba y en lo que ella pueda hacer?

—No es eso, no le creo a ella. —la señale y me levante de mi silla.—Pues veras...

Comencé a hablar de una manera algo altanera sobre los sueños y los hechos científicos del porque es imposible entrar en los sueños de alguien más. Obviamente lo hice para molestar a Heyden por varias cosas, pero no pensé que se iba a poner mal.

—¿Estas diciendo que no tengo un don realmente?

—Algo así. No creo que sea un don realmente sólo lo haces porque tienes cierto parecido con algunas personas. —me encogí de hombros haciendo como si no me importará.

Creo que decirle eso fue una mala idea, se notaba molesta, podía ver en sus ojos del dolor y algo de decepción por lo que le dije. Óscar le dijo Heyden que se calmara, que yo sólo estaba dolido y por eso decía esas cosas, —lo cual es cierto— no quería que ella supiera si estaba dolido o no, así que lo negué todo, ella estaba cada vez más enojada y sus ojos se  observaban algo cristalizados.

—¿Si tanto soy un problema entonces porque sigues a mi lado? —se levantó de la cama y se dirigió a la puerta con los ojos casi lagrimeando.—Yo no te detengo Aker, no te pido que me soportes, pero un amigo hace cualquier cosa por otro. —dijo esta vez con  lágrimas en los ojos y salió.

No negaré que me duele verla así, sentí como mi corazón se rompió no solo de decepción hacia mí mismo, sino porque he lastimado a mi mejor amiga.

—¡¡Ese es el problema!! —grité desde adentro de la habitación. Y salí gritando que esperará, sé que fui un tonto por decirle esas cosas, para muchos tal vez eso no significa nada pero sé que para ella si significa mucho y por eso me odio, por hacerla sufrir.

Estoy corriendo hacia su habitación, llegó pero está cerrada con llave por dentro. Tocó repetidas veces pero no abre, puedo escuchar sus sollozos desde dentro y eso hace que me duela más.

—Heyden, abre por favor. Hablemos. —le ruegó para ver si funciona.—Deja que te explique, por favor. No quiero que estemos mal.

—¡¡Vete!! Déjame sola, no te necesito, ni a ti, ni a nadie, nunca lo hice ni lo haré. No quiero escuchar tus estúpidas excusas. Acepta que lo arruinaste. —gritó desde dentro llorando.

—No digas eso, somos amigos ¿no? nos necesitamos mutuamente, lo dices porque estás dolida y lo que yo  dije lo dije por ..... ash sólo déjame entrar y lo explicaré todo. —no respondió y eso me dolió más. —Por favor. —toque la puerta casi rindiendome. Pero no iba a dejarlo así nomás, no iba a rendirme para nada, no iba a perderla, no por eso.

Me aleje de su habitación y me dirigí hacia el cuarto donde todos o mejor dicho casi todos sus ayudantes especializados se reúnen, entre y  me dirigí al escritorio, rebusqué en los cajones y encontré lo que buscaba: las llaves de las habitaciones. Salí directamente hacia la habitación de Heyden, pero pensé que era mejor llevar refuerzos. Así que busque a Lilieth quien estaba caminando en uno de los pasillos conqJean, me acerqué a ellos, le hice una señal para que se alejara y así lo hizo. Lily me observó algo molesta pero eso no era importante ahora.

—Necesito que vengas conmigo, es Heyden.

—Lo sé, Jean me dijo. ¿Por qué le dijiste eso Aker? —casi me gritó. Me dio un golpe en el brazo con "furia".

—Eso no importa ahora, ven conmigo, quiero que me ayudes. Necesito disculparme con ella.

—Aleluya, —dijo con ironía.—creo que tienes que pensar antes de actuar. Te ahorrará mucho, lo sabes ¿No.? —espeto caminando en dirección a la habitación de Heyden.

—Gracias, en serio. Te lo recompensaré.

—No hace falta Aker, con tal que ella esté bien. —llegamos a su habitación y Lilieth se  acercó a la puerta, tocó levemente y luego hablo. —Mor, abre morsita, por favor.

—No. Sé que él está contigo. —se escuchaba más calmada, pero eso no me alentaba en nada. —Si él se va, tú entras.

Lily me observó y noté que con la mirada me preguntaba "ahora que", a lo cual no sabía que responder, porque tampoco sabía qué hacer.




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