A Través De Un Sueño

Capitulo XXVII

Aker

Me tambaleo en mi lugar, aun que no sé si soy yo el que se mueve o es el piso. Este tipo de "terapias" para ser fuerte emocional y mentalmente, me causan cierto malestar y enojo por días. Presiento que esta vez se instalarán en mi los malestares por más tiempo que antes, gracias a la idiota de Kohem.

La pelinegra se acerca a mi luego de haberse soltado del agarre de varios hombres.

—Te lo dije, no somos ni seremos iguales. —susurra con desprecio a mi persona.

Se aleja ignorando a medio mundo y sale por la puerta con aire desinteresado. Me quitan las ataduras de los pies y brazos, me sostienen de ambos brazos al ver que se me dificulta mantenerme en pie. Me acaricio las muñecas que queman por los movimientos bruscos que hice contra el plástico que me ataba. Siento un poco de sudor por mi nariz, ¿eso es sangre? Me limpio con un dedo y efectivamente es sangre, no puedo creer lo que ven mis ojos, ¿como... porqué estoy sangrando?

—Sangras por las fuerza que ejerció Kohem en tu mente. —responde a mis preguntas, Hendrick.—Eso fue solo una pequeña muestra de lo que puede sucederte si vuelves a quebrarte así.

¿Qué tiene de malo tener sentimientos?》me cuestiono, sin responderle a él nada más que no sea con un asentimiento de cabeza.

No quiero otro castigo, es doloroso y cansado sentir esa presión en mi cabeza.

Aun no comprendo como hacen eso con la mente de otros.

Me suelto del agarre de los tipos, trozo mi camiseta y me limpio la nariz con ella. Siento debilidad en mis brazos con solo moverlos, pero Hendrick quiere fortaleza, no debilidad, y eso obtendrá.

—Hay algo más que debo decirte. —agrega.

—Dilo.

Su potente mirada cae en mi al igual que la de James. Pero, ¿porqué parece estar decaído?

—Tienes que alejarte de Heyden. —frunso mi ceño, ¿he escuchado bien?—Ella a causado estragos en tu mente desde que apareció.

—¿Estragos? No entiendo. —me acerco más a él.

—Ella es mala para ti Aker, la fortaleza que antes era tu mente, ahora es una simple mente de cualquier otro mortal. Ella te esta volviendo débil, y tu no quieres serlo. ¿Cierto?

—No...

—Entonces no te relaciones más con ella. Corta ese lazo de debilidad que ella emana. Para ser como nosotros tienes que cortar cualquier lazo de humanidad que tengas, ¿entiendes?

Afirmo. Él tiene razón, desde que conocí a Heyden me he vuelto débil, he bajado mi guardia y me he dejado llevar por los sentimientos que creo tener hacia ella. Para ser como ellos tengo que cortar ese lazo de debilidad, ¿cierto?

No sé si lo que vaya a hacer sea algo razonable, pero todo lo hago por mi futuro puesto de científico condecorado.

《¿Y donde dejas el amor, Aker?》me habla mi estúpido lado sensible. Odio ser así de sensible, la sensibilidad te impide muchas cosas. 

Me alejo de todos, salgo por la puerta de metal que da un pasillo totalmente blanco, giro a la derecha para luego girar a la izquiersa en busca de la puerta de salida. Atravieso la puerta de metal que da al largo pasillo hecho de cristal con una cúpula evitando que el aire entre o salga. Lo atravieso observando lo verde del bosque, las nubes grisáceas y el cielo de un tono azul pálido.

Al final del gran pasillo esta la asiática que casi me fríe el cerebro con su poder mental. Observa la otra puertal de metal, la conexión al edificio central o el principal. No camina, no hace nada, solo esta allí parada viendo la puerta.

—¿Te moverás o no? —se aparta tras escucharme, me acerco a la puerta mostrando mi anillo al reconocedor, mi tarjeta y poniendo mi ojo en el reconocedor de retina.

Solo el personal que trabaja en los dos edificios puede tener acceso a esta puerta y otras que están adentro del segundo edificio. Los que no tienen acceso son los experimentos de rango menor, Kohem por ser de rango mayor tiene acceso. Solo tiene que pinchar su dedo y dejar una muestra de su ADN en un mini reconocedor de este.

La puerta de metal se abre automáticamente sin emitir sonido alguno que no sea el de confirmación. Salgo y apresuro mi paso al elevador del ultimo piso. Kohem me sigue pero no entra al elevador, solo se detiene frente a este y me observa con inexpresividad. Un escalofrío recorre mi espina dorsal, pero mantengo mi mirada desinteresada para que no lo note.

El elevador se cierra y vuelve a abrirse en el piso que deseo.

Avanzo hacia la habitación de Heyden, en una esquina antes de llegar al lugar deseado, observo a Lilieth muy amablita con Derek, creí que ese asunto ya estaba resuelto. Le doy una mirada de advertencia al pelinaranja, Lilieth solo frunce el ceño sin entender nada.

Sigo mi paso hacia la habitación de Heyden.

Toco tres veces su puerta, a los segundos escucho como remueven los seguros de la puerta. ¿Porqué tanta seguridad? Ni que la fueran a raptar.

—Aker, ¿sucede algo? —cuestiona en cuanto me ve, tiene un leve sonrojo y puedo ver que es por la calor.

—Si, vengo a ponerle fin a esto.

Frunce el ceño levemente sin entender.  —¿Esto? Pero si no somos nada. —ríe sonrojandose más.

¿Porqué me siento mal?

¿En serio lo preguntas?》me recrimina mi mente. Disuelvo esos pensamientos y sentimientos de dolor, me armo de valor y digo lo que tengo que decir.

—Exacto, no somos ni seremos, solo quería dejartelo claro, Heyden.

Luce confundida. —Bien, ¿solo eso?

¡¿Porqué no te duele!? Su rechazo solo incrementa mis ganas de dejárselo bien en claro.

—Quiero dejarte bien claro que nuestra amistad nunca fue, ni será algo especial para mi. Lo poco que entablamos fue por que tu padre me obligó, solo lo hice para poder estudiarte más de cerca como lo que eres.

—¿Lo que soy? —¿solo eso acaba de escuchar?

—Eres un puto experimento, un simple conejillo de indias. ¿Entiendes?

—No tengo tiempo para hablar contigo, Bruce. —espeta molesta y cierra la puerta en mi cara.




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