A través del lente

Capítulo 4

Matthew

¿A quién engaño? Lo de llamar a pedir disculpas era solo una excusa para volver a escuchar su voz, no lo niego. Aunque en verdad tenía que disculparme por la escena que se dio en mi oficina.

—Matthew, ya préstame atención —dice mi novia, con la voz más chillona de lo normal.

—Mejor ponte a pensar en lo que hiciste hoy —La miro serio —. No tenías por qué decirle eso a la señorita Miller.  

Me mira con cara ofendida.

—¿Perdón? —pregunta, levantándose de la silla —. Yo solo dije la verdad, lo más seguro es que sea una de esas que se quiere acostar con su jefe para obtener algo a cambio. Tú tampoco te alejabas así que eso quiere decir que te gustó.

Mi cabeza está doliendo mucho como para aguantar sus ataques de celos insoportables, mucha toxicidad en una sola persona.

—Hablamos después, Madison —digo, yéndome de mi oficina.

Mejor que se calme sola, no estoy de buen genio para aguantarla.

Entro a mi auto y manejo lo más rápido que puedo para llegar a mi departamento lo antes posible.

—Hola, compañero —le hablo a mi perro, viene hacia mí y se me tira encima para que juegue con él—. Te extrañé mucho, amigo.

Él solo me lame la cara mientras mueve su cola.

—Enzo, creo que tanto trabajo me volvió loco —él me miraba atento —. ¿Puedes creer que me pareció hermosa mi nueva fotógrafa temporal? Es linda, tiene pecas y unos ojos azules muy bonitos… pero debo ser profesional.

¿Se lo dices a él o a ti mismo?

Enzo solo me veía con cara de no entender nada de lo que le estaba contando.

—Espero que cuando te encuentres a una novia tengas más suerte que yo —él solo ladra, haciéndome reír.

Le doy su comida y me dirijo al baño para darme una ducha. El agua caliente cae por mi cuerpo relajándome, cierro los ojos y al hacerlo lo único que viene a mi mente es esa mirada retadora que no puedo olvidar.

—No, tienes novia y debes mantenerte en el puesto correcto de jefe. —me digo a mí mismo para convencerme de ello.

Salgo y me cambio para después comer algo, Enzo viene hacia mí cuando me acuesto en mi cama.

—A dormir compañero —se pone a mi lado para echarse sobre sus patas delanteras — Hasta mañana.

°°°

—¿Cuándo regresarás? —hablo por teléfono,

—No lo sé, quizás en un par de día o más, ¿ya me extrañas? —la voz burlona me hace reír.

—Ya quisieras, solo sé que debes llegar lo más pronto posible o me volveré loco con tanto trabajo —respondo, ahora es su risa la que se escucha a través de la línea—. No te rías, hablo en serio cuando digo que eres la mejor persona para trabajar conmigo… aparte de cierta aspirante.

—Uy, uy… —murmura, ya burlándose nuevamente.

—Hablamos después, ten cuidado.

—Claro, jefe —la risa socarrona es lo último que escucho.

Una llamada que alegra mi día, claro que sí.

—Señor —me llama mi secretaria.

—¿Sí?

—Dentro de unos quince minutos será la sesión fotográfica para el cumpleaños de la hija del cliente —me informa.

—Gracias, Lili.

Trabajar con niños es algo refrescante, a la vez que estresante si no salen las fotos como quieren sus padres.

Este trabajo será un buen inicio para Brooke, una buena bienvenida.

 



#28769 en Novela romántica

En el texto hay: drama, amor, fotografia

Editado: 23.12.2022

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