A un paso de amarte

Capítulo: 3

Grabiela:

Estaba muy preocupada por lo que estaba sucediendo en mi vida. Durante todo el día me quedé acostada pensando en lo ocurrido. Cuando mi esposo llegó a la casa al mediodía caminó hacia donde estaba almorzando y me saludó con cariño. Aunque estaba en silla de ruedas cocinaba yo misma o pedía la cena a algún restaurante a domicilio. La limpieza la hacía una anciana que venía cuando Gael trabajaba y se iba a penas terminaba, nunca coincidían.

—Cielo necesito que firmes estos papeles—dijo extendiéndome unos papeles. —debes firmar aquí en esta parte de abajo todas las hojas.

—¿De qué es esto? —cuestioné curiosa. Desde el accidente decidimos o mejor dicho mi esposo decidió hacerse cargo de la empresa que heredé de mi padre para que no me sintiera incómoda por estar en silla de ruedas. La verdad siempre había trabajado y ahora me sentía tan aburrida y sola en esta enorme casa. Pero Gael siempre decía que el mundo era muy cruel y que mis trabajadores no estaban preparados para adaptarse a mi condición, que prefería que me quedara en casa y que no tuviera que enfrentarme a los comentarios negativos de los demás y a los murmullos en los pasillos.

—Amor ...nuestro nuevo comprador necesita la autorización de la dueña, o sea tú—explicó, la verdad mi padre me había dejado a mi hermana y a mí al morir una joyería bastante reconocida y una suma millonaria en el banco a ambas, pero mi hermana me había vendido su parte de la joyería para comprar un club nocturno. Mi esposo había sido el abogado de mi padre durante dos años antes de que él muriera y cuando falleció empezó una relación de amistad conmigo pues fue muy amigo de mi padre y nos terminamos enamorando y casando a los dos meses de haber iniciado nuestra relación.Dijo que desde el momento en que me conoció supo que yo sería su esposa. Y yo estaba muy ilusionada ya que Gael fue mi primer y único novio.

—Los leeré luego con calma antes de firmarlo—pronuncié.

—¿No confías en mí? —cuestionó retirando los papeles algo eno Pero

—Si no confiara en ti no estuvieras a cargo de mi negocio—asumí y él sonrió tomando los papeles más conforme y mirándolos—pero sabes lo quisquillosa que soy con todo lo relacionado con esa joyería, es el legado de mi padre.

—Qué haces...—pregunté al ver que tomó los papeles.

—Te los daré más tarde antes revisaré unos detalles ,como tu misma dijiste esa joyería era muy importante para tu padre y no quiero que salga perjudicado nuestro negocio—agregó caminando hacia la habitación.

—Cariño ¿no vas a almorzar? —pregunté.

—No, ya almorcé... Con Marlon, el señor Marlon que era amigo de tu padre...—agregó titubeando.

—A qué hora almorzaron—cuestioné con dudas. Hacía un rato llamé a mi madre y me había dicho que Marlon y su esposa habían ido a almorzar con ella. ¿Por qué Gael me mentiría con algo así? Cada vez me resultaban más ciertas mis sospechas de que tenía una amante.

—A las 12 amor, ya es la una, teníamos hambre, te manda saludos el señor Marlos...

—Gael mi hermana quiere que contrate a una enfermera que me ayude en la casa y me haga compañía. Estoy muy sola todo el día y tengo miedo si algo malo me pasara quien me va a socorrer...

—¡No! No... —exclamó con convicción y lo miré intrigada.

—Amor no quiero una extraña en nuestro hogar. No quiero que ninguna mujer invada el espacio que es solo nuestro—dijo entonces en voz tierna besando mi frente—no quiero que nadie arruine la relación tan linda que tenemos. Si viene una mujer a trabajar aquí no faltará quien invente que te estoy engañando y yo no quiero causarte disgustos. Lo hemos hecho solo hasta ahora nosotros, podemos solos, yo te apoyaré en todo. —sonrió besándome, yo asentí en señal de conformidad y él se alejó feliz. ¿Me apoyaba? Pero mientras él continuaba con su vida normal yo me resignaba a la soledad en esa wnorme mansión.

Era de noche cuando el teléfono de Gael empezó a sonar, esa noche había hecho lo mismo con el medicamento, fingía dormir, él me observó detenidamente antes de tomar su teléfono un poco alejado de la cama, mirándome. Yo no moví un solo músculo quería saber las respuestas a esas preguntas que no paraban de dar vuelta en mi cabeza todo el tiempo.

—Yo también te extraño—lo escuché decir y mi corazón latió con rapidez. —no puedo hablar ahora, mañana desayunaremos juntos en la empresa a las ocho.... Yo más—dijo antes de colgar y se acostó a mi lado, pero me temblaba todo el cuerpo.

Gael se levantó de madrugada, se preparó y se fue al trabajo sin desayunar, me dijo que no se sentía bien del estómago. Eran las 7 cuando salió. Tomé mi teléfono al verlo cruzar la puerta y llamé a Ana Marian mi mejor amiga.

—Buenos día, corazónn—atendió cariñosamente.

—Necesito tu ayuda, necesito que vengas y me recojas en tu auto...—hablé sin parar. Desde el accidente mi amiga más cercana había sido Marian.

—Puede ser más tarde—respondió.

—¿Estás ocupada?

—No, es que quedé en desayunar con papá, hace dos días no lo veo ¿te sucede algo?—explicó, el padre y la madre de Ana se habían divorciado.

—Gael me está engañando—confesé.

—No, no puede ser, Gael te ama—dijo ella que me conocía desde que éramos niñas.

—Tiene una amante, lo escuché hablando por teléfono, hoy va a desayunar con ella en la empresa—dije y una lágrima se escapó de mi ojo derecho mientras mi corazón latía rápido y sentía que todo el cuerpo me temblaba.

—Voy a recogerte, si ese desgraciado te está engañando lo vamos a descubrir hoy mismo.

—Y tu padre...

—Eres mi amiga, mi hermana, otro día desayuno con él, llego en quince minutos.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.