Take my hand
Now and forever
Where I stand.
Take My Hand
5 Seconds of Summer.
Melinda.
La mañana se me había ido demasiado rápido para mi gusto, pero no podía hacer nada más que dejar que el tiempo fluyera como debería de fluir.
Para ser sincera para mí tampoco ha sido uno de esos buenos días en donde todo te sale como tú quieres que te salga, ni siquiera encontré ropa limpia dentro de mi closet para ponerme el día de hoy, Noah estaba bañándose cuando me estaba cambiando, las clases no fueron del todo buenas y para mi mala suerte tengo demasiada tarea como para ir este fin de semana a casa de mi madre a visitarla a ella y a mis hermanas. No llevo ni la mitad del último curso y ya me estoy comenzando a ahogar dentro de lo que se llama vida universitaria. Me deje caer en el sillón de la salita de la sala de emergencias en donde solemos matar el tiempo y comer, tengo mi descanso de veinte minutos antes del cambio de turno de los doctores, a Noah le toca entrar dentro de veinte minutos y a Dave le toca el turno completo hasta la mañana del día siguiente a mí en la tarde hasta la noche. El trabajo no muchas veces te deja tiempo para ti mismo.
Se escucho de fondo que la puerta se abrió de golpe y dos personas riéndose entraron, pero se quedaron calladas al instante. No me digne a abrir los ojos para saber de quien se trataba, confiaba en que fueron los dos idiotas de mis mejores amigos.
—¿Estás de turno, Parker? —el timbre de voz de Dave es tan poco confundible que no puedo evitar abrir uno de mis ojos únicamente para observarlo a los dos.
—Veinte minutos de descanso, ¿y ustedes? —pregunte volviendo a cerrar mi ojito.
—Yo acabo de llegar de la escuela —dejo caer su mochila a un lado de mí el maldito desgraciado únicamente para joderme más que en la mañana—, y tengo turno hasta la madrugada, ¿te iras a casa sola?
—¿Me queda otra opción?
—Puedes quedarte conmigo en mi casa —intervino Dave.
—Prefiero quedarme en la sala de urgencias y para ser más exacta en cubículo cuatro.
—Ahí siempre duerme Noah.
—Y es por esa razón que lo prefiero —sonreí de oreja a oreja.
Noah únicamente se comenzó a atacar de la risa. Se cambio la chaqueta por una data de doctor y salió antes de que Dave le fuera a decir otra de sus incoherencias como siempre.
—¿Deberás te iras a casa? —quito la mochila de Noah y se sentó junto a mí—. ¿Ya has hablado con él?
Negué con la cabeza.
—No tengo mucho tiempo para estar al pendiente del teléfono.
—Oh más bien, no quieres buscarlo, ¿verdad?
—Buscarlo no es la solución y lo sabes. Pero tampoco puedo negarte que muero por llamarlo.
Dave coloco su mano encima de la mía dándome apoyo.
—Los conocí cuando eran amigos, pero también fui parte de cuando él te propuso ser su novia, así que se lo que debes sentir en estos momentos, pero no creo que Tao sea capaz de engañarte.
Enmarque mi despeinada y no maquillada ceja. A él solo le causa risa, pero a mí no o bueno en realidad sí pero no puedo evitar pensar que es lindo cuando se interesa por las personas por ti.
—Yo ya no tengo idea de lo que es capaz o no, mi madre por la noche me envío una de sus entrevistas y se mira tan feliz sin responsabilidades que no puedo darme el lujo de ser la novia toxica que siempre estará detrás de él y muy aparte de todo eso la otra semana tengo mi entrevista para saber lo de mi pasantía como estudiante.
—¿Nos vas a dejar? —se hizo el dramático.
Puso los ojos en blanco antes de responderle.
—No puedo dejar el trabajo y lo sabes, Malucci, pero tal vez me tome más tiempo del que tengo en cuenta, son solo seis meses antes de mi graduación y no tengo idea de si será una tarea fácil que pueda sobrellevar con el trabajo o tendré que dejar pasar uno y graduarme el siguiente año. —La frustración de no saberlo me mata.
—Eres demasiado lista ya encontraras una solución buena yo confió en ti —su apoyo es demasiado generoso para alguien tan perdida como yo.
—Debemos de regresar al trabajo, Dave —le recordé quitando su mano de la mía para ponerme de pie—. No quieres dejar esperando a tus famosas novias que siempre te vienen a buscar, ¿verdad?
—No estoy aquí por ellas —mintió. No sabe mentir nada bien.
Me intente no reírme, pero me fue demasiado difícil. Dave es demasiado descargado como para poder mentirme a mí que también le he visto el culo más de una vez y no exactamente como dios manda, pero si por accidente.
—Haré como que te creo y después me haré la de la vista gorda —ambos salimos de la salita y cada uno tomo su camino. De mi parte yo me fui a sentar detrás del mostrados con mi compañera que claramente ahora mismo no está pero que no tardara demasiado tiempo en regresar. Siempre se la pasa comiendo y la cafetería que queda en el tercer piso por lo que ya no debe de tardar. Vi pasar a todos hasta que Carol se recargo sobre el mostrados sin dejar de mirarme directamente a los ojos—. No tengo idea en donde está el doctor Ross —dije sin bajar la mirada.
—En realidad, él es quien te está buscando, Meli —comenzó a sonreír como siempre.
—¿En dónde está? —le pregunte bajando la mirada para revisar los papeles que me han dejado mientras no estaba. No siempre tienes que responder las llamadas sino también debes de enviar y recibir cualquier expediente que los doctores pidan.
—Ahora mismo está atendiendo a un paciente, pero cuando termine dijo que vendría a verte.
—Ni siquiera me quiero imaginar lo que me dirá.
—Todos nos preocupamos por ti y lo sabes muy bien, Melinda.
Le regale una sonrisa antes de darle los papeles que tenían su nombre como enfermera y después nos despedimos antes de que Noah y Dave junto a Jing Men me vinieran a molestar de nuevo como siempre cuando no tienen demasiados pacientes o simplemente están esperando algunos estudios o revisión quirúrgica. No me quedo de otra más que escucharlos hablar sobre sus pacientes durante cuarenta minutos; después de eso no tuve mucho trabajo que hacer y pude adelantar un poco más de tarea antes de que terminara mi turno.
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Editado: 24.07.2022