Capítulo Dos

Xiumin

Vi las expresiones de Chanyeol y Baekhyun, cuando recibieron a Jongdae. Chanyeol, rápidamente, escondió su cara de sorpresa. Baekhyun dio a Jongdae una sonrisa de placer, luego cogió el pequeño cuaderno de dibujo, que tenía en la mesa junto a él. Sabía que para la hora en que la cena hubiera terminado, habría creado un boceto increíble. Hice una promesa en silencio a mí mismo, para obtenerlo más tarde.

Cuanto más tiempo pasaba con Jongdae, más atractivo me parecía. A primera vista, era un hombre de aspecto promedio con ojos grises y cabello rubio oscuro, pero un vistazo más cercano, mostraba que sus ojos cambiaban a un gris tormenta con sus estados de ánimo y que se comportaba con la gracia de un hombre excepcional, en las mejores condiciones.

Viendo a Jongdae hablar con Chanyeol, me llamó la atención el hecho de que el hombre realmente escuchaba. Tal vez era su habilidad como investigador privado, pero había una quietud en él que me pareció muy atractiva. Mis citas eran generalmente vibrantes y burbujeantes, tratando de mostrar que eran atractivos y agradables... lo que hizo que escapara de ellas. Jongdae no trató de hacer eso.

Sospeché que todo su enfoque era simplemente estar allí, si lo necesitaba o si quería un compañero. Hay días en que sospechaba que toda mi relación con él, fue diseñada expresamente para meterse tan profundamente en mi vida, que haría que tardara mucho más para eliminarlo y terminaría aceptando lo inevitable.

Jongdae se volvió hacia mí, de forma inesperada. No sé qué expresión había mantenido en mi cara, pero el aspecto satisfecho en la suya, me dijo que probablemente había revelado más de lo que quería.

—¿Has decidido qué ordenar?

Podía sentir el rubor tiñendo mis mejillas. Sorprendido, escondí mi rostro en el menú. No podía recordar la última vez que me sonrojé por alguna cosa. Gruesos dedos se envolvieron alrededor de la parte superior de mi menú y tiraron hacia abajo, obligándome a mirar a los ojos grises de Jongdae.

—¿Qué? —dije con irritación

—¿Qué estabas pensando?

—Que necesito una bebida.

—Uh huh.

Resistí el impulso de tirarle mi vaso de agua. Pensé que podría minar mi credibilidad, como adulto responsable.

—Pediré el filete —dije, sin mirar el menú.

Sonrió como si supiera que había estado pensando en él, en lugar de la comida. Arrugué la nariz, haciéndolo reír. Después de hacer nuestros pedidos al camarero, compartí mis noticias.

—¿Chanyeol, supongo que te llamó?

Este se inclinó hacia delante, la cabeza en la mano, dispuesto a seguir el juego. —¿Quién? —Tía Juniel.

Una amplia sonrisa, se dibujó en los labios de mi amigo. —Dulce tía Juniel, la reina de caramelo.

Me reí. Chanyeol había llamado a mi tía la reina de caramelo, la primera vez que nos envió caramelos hechos en casa para la Navidad. Los dulces de mi tía eran famosos. Había ganaba la cinta azul, por tener los mejores dulces todos los años en la feria estatal, para vergüenza de mis parientes snob (3).

—Sí, me pidió que deje a Hoseok, quedarse conmigo, por un tiempo.

—¡Por supuesto que no! —Chanyeol se enderezó. —No le habrás dicho que sí, ¿verdad?

—¡Es la tía Juniel! ¡Negarle algo, es como patear a un perrito! Chanyeol cerró los ojos y tomó un trago de agua.

—¿Qué pasa con Hoseok? —preguntó Jongdae, sus ojos grises brillaban.

—¿Además del hecho de que es un idiota total y completo? —preguntó Chanyeol.

Jongdae rió. El camarero apareció con una botella de vino tinto, que no había oído a Jongdae pedir, mientras que había estado soñando. Antes de que pudiera oponerme o estar de acuerdo, mi copa de vino estaba medio llena y él me estaba instando a tomar un sorbo.

—¿Qué pasa si no tomo? —bromeé.

—Sé que bebes. Probablemente sé más de ti, que tú mismo.

—No sé si eso es bueno... o sí debería llamar a la policía.

—Toma un sorbo. Te prometo que te gustará.

Manteniendo mis ojos, en su divertida expresión, tomé una copa.

Un rico sabor a roble, se deslizó por mis papilas gustativas.

—Mmmm.

Es bueno.

Dejé mi copa y se lo entregué a Jongdae, con una sonrisa de agradecimiento.

—Me pregunto cómo sabes que me gusta el tinto, pero entonces estaría otra vez de regreso, en ese lugar de miedo.

Jongdae rió.

—Nos estabas hablando de Hoseok. —Chanyeol, me recordó.

—Correcto, tía Juniel me pregunto si podía quedarse en mi sofá, durante el próximo mes.

—¡De ninguna manera! —gritó Chanyeol.

—Shhh —, dije, frunciendo el ceño a mí amigo. —Le dije que sí. Ella jura que tiene un trabajo y está buscando un lugar para vivir.

—¿De verdad?