Aa 02 - Protegiendo a Xiumin [chenmin]

Capítulo Tres

Xiumin

Casi no reconozco a Hoseok, cuando lo vi de pie en mi puerta. Había crecido al menos dos pulgadas y aumentado treinta libras, todo músculo. A veces me preguntaba, si había habido una confusión en el hospital cuando nació y mientras mi adorable tía se llevó a Hoseok, un niño de mejillas dulces, con aspecto de querubín, quedo atrás y termine creciendo con Satanás.

—Hola Xiumin —dijo mi nombre, como si el sonido estropeara su boca y apenas podía esperar para enjuagarse el mal sabor. Empujándome, tiro la mochila que llevaba, en el suelo antes de pasearse en mi sala de estar, como si planeara comprar el lugar.

Lo seguí y me detuve en la puerta, cruzando los brazos.

—Hoseok.

Se volvió hacia mí, con una mirada insolente. —Me encanta tu madre, pero si me causas algún problema, voy a patear tu culo a la calle y asumiré las consecuencias.

Una sonrisa de suficiencia, cruzó su rostro. —No harías eso, primo. Ya sabes que decepcionarías a mamá.

Dejé que mis ojos, reflejaran la gravedad de mi postura.

—Absolutamente lo haría.

Perdió su sonrisa y levantó las manos. —Hey, no te preocupes. Ni siquiera sabrás que estoy aquí, mientras golpeas a tú novio.

Me miró de arriba abajo. —Siempre fuiste el más bonito, de la familia.

—Cierto. También soy el que tiene las medallas de boxeo, por lo que recuerdo, y no traerás ninguna de esas fastidiosas mujeres aquí.

—Ni lo soñaría. —Su rostro se puso serio. —Realmente hombre, gracias por aguantarme durante un mes. Sé que no nos llevamos bien y que soy un idiota a veces, pero voy a tratar de encontrar un lugar para vivir, tan pronto como sea posible.

Lo miré por un momento. No confiaba en esta nueva razonable, versión de mi primo y me miró, como si yo fuera una persona real, en lugar de algo que raspa su zapato.

Asentí. —¿Quieres una cerveza?

—¿Los hombres homosexuales beben cerveza? ¿No refrigeran sus vinos?

—La acera está buscando, un nuevo vagabundo.

—¡Una cerveza sería genial!

—Bien pensado.

Después de un viaje a la nevera, abrí dos cervezas y le di una. En cuanto vio la etiqueta, sonrió. —Genial.

—No me gusta la cerveza barata.

Hoseok miraba alrededor de mi lugar, observando mis antigüedades y mis caras alfombras tejidas a mano. —Podría acostumbrarme a esto.

—No te acostumbres demasiado a ello—le advertí. —Tienes sólo un mes, antes de que te patee fuera.

Asintió. —Suficientemente justo.

No confiaba en su fácil aceptación, pero trataría con ello, cuando llegara el momento. —Háblame de tu trabajo.

Eso me saco una sonrisa. Agarré el mostrador para no desmayarme cuando mi primo entró en una animada explicación sobre su nuevo trabajo, que realmente sonaba como una buena entrada en la empresa. Hoseok venia de la rama de ingresos medios de la familia y había resentido ese hecho, a lo largo de nuestra infancia. Había expresado ese resentimiento frecuentando la gente equivocada y tenía el registro de menores, para demostrarlo. Si él realmente había encontrado su enfoque en la vida, entonces sería feliz por él. Pusimos una película de acción y pedí una pizza. Mi teléfono sonó a mitad de las últimas escenas, de la última película.

Sonreí, cuando vi el nombre de Jongdae. —Hola, guapo.

—Hoseok dio un resoplido a mi lado.

—Los dos sabemos quién es el guapo, en esta relación. —La voz de Jongdae era seria y autocrítica pero me di cuenta, que estaba satisfecho.

—¿Qué pasa?

—Me preguntaba si te gustaría cenar esta noche.

—Lo siento, mi primo está aquí y pedí una pizza.

—El primo idiota.

—Sí.

—Llámame si me necesitas golpearlo. —El tono de Jongdae me dijo que no era broma, en lo más mínimo.

—Lo tendré en mente.

—Entonces, ¿estás ocupado mañana?

—Reunión de última hora. —Maldición. Me gustaría mucho más ir a una cita con Jongdae, que sentarme en una reunión aburrida, pero era con un socio principal y no se podía evitar.

Hubo una pausa en la línea. —Quieres volver a verme, ¿verdad?

—¡Sí! Sí, definitivamente quiero volver a verte. Estoy ocupado hasta el jueves. ¿Qué hay de ti?

—Tengo una investigación el jueves. ¿Qué hay de la noche del viernes?

Repasaba mi agenda. —Sí, el viernes funcionara. —No quería que pensara, que lo estaba evitando. Echándole un vistazo a Hoseok, vi que estaba escuchando la conversación.

—Pasare por ti, pero prepara una maleta. No te voy a regresar hasta el sábado y sólo si tienes suerte.

—Me parece bien. —La idea de estar en la casa de Jongdae, durante unos días, tenía un gran atractivo. No sólo sería darle a mi primo un poco de espacio, sino también a mí, no quería estar obligado a pasar el fin de semana, con su presencia.



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En el texto hay: detectives, amigosconderechos

Editado: 15.05.2023

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