Aa 02 - Protegiendo a Xiumin [chenmin]

Capítulo Cinco

Xiumin

Después del desayuno llame al detective, para ver si estaba bien volver a mi apartamento. No quería dormir allí, pero necesitaba un poco de ropa de trabajo, para el lunes. El detective Choi dijo que habían reunido toda la información que pudieron, y ya que no era una investigación de asesinato, estaba autorizado a regresar. También me dio el nombre, de una buena empresa de limpieza.

—Sabes, podrías ir a comprar trajes nuevos —, las manos de Jongdae apretaron el volante, hasta que sus nudillos se volvieron blancos.

—Podría, pero no me gustaría perder el dinero. —Tenía un saludable fondo fiduciario y se mantenía de esa manera, porque estaba relativamente congelado. Compraba cosas buenas, pero comprar artículos duraderos, es una de las razones por las que todavía tenía dinero, mientras que algunos de mis amigos con fondos fiduciarios, estaban viviendo con sus padres, con la esperanza de tener más.

Mis padres me habían enseñado el valor de un dólar y había tomado a pecho esas lecciones. El polvo de huellas dactilares, cubría todo el lugar, con grandes impresiones a través del azulejo. Pude ver un toque de rojo en el suelo, mostrándome en detalle sangriento donde mi primo había caído, la noche anterior.

Casi no resistí las ganas de vomitar.

—Ven, sacaremos tus cosas y nos iremos —, la mano de Jongdae en mi espalda, era la única cosa que evitó que me desplomara.

Asentí en acuerdo y me dirigió a mi habitación. Di un grito ahogado. Las puertas del armario estaban abiertas y mis trajes en tiras, en el suelo. Parecía que habían sido cortados con un par de tijeras. Agitando las manos, marqué a Choi.

—Detective Choi.

—Podría haberme dicho, que había destrozado mis trajes.

—¿De qué estás hablando?

—Mi ropa, está en pedazos.

—Voy en camino. No toque nada. De hecho, espere en el pasillo. El detective colgó.

—No sabía —, le dije a Jongdae, que se quedó en silencio a mi lado. —Él no sabía, que mi ropa estaba arruinada.

—Vamos a esperar afuera.

Asentí. Pisando con cuidado, sobre el desorden en la entrada, abrí la puerta. Jadeé. Ryeowook estaba de pie, en el pasillo.

—Mierda, Ryeowook, me has asustado.

Antes de que pudiera decir nada más, Jongdae agarró la parte posterior de mi camisa y me llevó detrás de él. —¿Supongo que no tienes un arma?

—Um, no. ¿Por qué debería llevar un arma? Discutía casos en los tribunales, no en pleno mediodía (8).

—¡Se suponía que serias mío! —El gruñido bajo, sin una pizca de un tartamudeo de Ryeowook, heló mis huesos. Me asomé por encima del hombro de Jongdae, para echar un vistazo a mi vecino. Los ojos de Ryeowook eran salvajes y desenfocados, como si su mente estuviera en otra parte.

Jongdae se deslizó hacia atrás, lentamente, manteniendo su cuerpo más grande entre Ryeowook y yo. Abrió la puerta, sólo para que fuera bloqueada por un brazo, la empujó hacia atrás con fuerza. Me deslicé sobre la alfombra y caí de espaldas, con fuerza.

Observé con consternación, como Ryeowook sacaba un cuchillo, del interior de su gabardina. Tenía el mal presentimiento, de que era el mismo cuchillo que había utilizado para apuñalar a mi primo. Jongdae hizo un movimiento elaborado y le dio una patada en la cabeza. Hubiera sido más impresionante, si hubiera tenido efecto.

Ryeowook negó con la cabeza, antes de cargar como un rinoceronte furioso.

Si Jongdae lo hubiera eludido, podría haber evitado ser atacado, pero todavía luchaba para protegerme. Teniendo cuidado con los pies, marqué el 911. Cuando conteste las preguntas del operador, vi la acción de Jongdae evitando el cuchillo, dando alguna patada de vez en cuando, y a Ryeowook balanceándose, con la intención de atravesarlo.

Con la atención de los dos hombres en el uno del otro, corrí a mi mesa de entrada y cogí un pesado candelabro. Después de configurar el teléfono sobre la mesa, con el operador todavía en línea, me escabullí detrás de Ryeowook y lo golpee en el cráneo, con todas mis fuerzas.

Ryeowook cayó como una roca, cuando el detective Choi apareció en la puerta, con un hombre de cabello oscuro que se apoyó en el marco jadeando, con su arma en la mano. —Creo que no me necesitas, después de todo —, dijo secamente.

—Bueno, porque ese chico, es enorme —, dijo el otro policía.

—Detective Jung, este es Xiumin Kim y Jongdae Kim. El chico en el suelo, es Ryeowook.

—¿Del que me hablaron?

—Sí

Los dos hombres, miraron al gigante caído.

Daehyun me miró, con sus penetrantes ojos azules. —Eres bastante fuerte, para ser pequeño.

—Es lo que me han dicho.

Después de otra visita, a la comisaría para presentar cargos contra Ryeowook, nos dirigimos de nuevo al hospital.

—¿Es tu vida, siempre tan emocionante? —preguntó Jongdae.

—Sí. Cada día es psicótico.



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En el texto hay: detectives, amigosconderechos

Editado: 15.05.2023

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