Capítulo Dos

Jiyong

Vi con asombro como Seunghyun regresó por las puertas de la sala de emergencia.

—Tenemos un hombre herido en el auto —anunció.

—¿Qué está mal con él?

El reconocimiento y el alivio cruzaron su rostro mientras me acercaba. —No lo sé. Vi que su amigo lo arrastraba.

Agarré una manta, una camilla y fui a buscar a esta persona misteriosa. No tenía necesidad de ir personalmente, no era mi trabajo, pero siempre he sido una persona curiosa, un rasgo que me había traído más que un poco de dolor en mi vida.

El joven que salvaron tenía el aspecto de alguien que había experimentado una brutal paliza.

—Es posible que desees comprobar si hay costillas rotas— Seunghyun aconsejó.

—Caminaba como si le doliera.

—Gracias.

Me contuve de pronunciar mordaces palabras, sobre consultas innecesarias, pero sólo era porque quería entrar en sus pantalones. Generalmente no me gustaban esas observaciones, pero mi maltratado héroe había tenido un día duro y sabía que sólo estaba tratando de ayudar. Asentí a Baekhyun. —¿Por qué no lo llevaste a casa?

—No va a ir. —Baekhyun rodó los ojos. —Está en modo héroe.

Seunghyun gruñó. Mi pene se animó al oír el ruido. Genial, justo lo que necesitaba, una erección durante el trabajo.

—No estoy en modo héroe, y lo que jodidos sea eso. Tengo que hablar con este chico cuando se despierte. Quiero averiguar quién es el idiota que le hizo esto y presentar un informe. Puede sufrir graves lesiones.

A pesar de mi admiración por los principios de Seunghyun, la piel pálida y su tambaleante caminar, me preocupaban. —¿Qué tal si vas a casa y le pides a uno de tus amigos policías que venga a hablar con él? No creo que debas estar de pie. Estás muy cansado. Es posible que olvides cosas. —Tenía la esperanza de que un posible mal rendimiento en su trabajo, sería el incentivo que necesitaba.

Contuve la respiración, mientras Seunghyun pensó mi declaración. Después de un momento, asintió. —Está bien, es posible que tengas un punto. Voy a enviar a mi compañera Wheein, ella probablemente va a hacer un mejor trabajo para que él hable, de todos modos. Tiene un tacto más suave.

Resistí el impulso de preguntarle donde demonios estaba su pareja cuando recibió el disparo. Ella debería haber sido quien sostenía su mano mientras era suturado. Contuve mi aversión irracional a una mujer que nunca había conocido y me concentré en mi paciente.

—Te veré más tarde Jiyong —dijo Baekhyun.

Asentí. Miré hacia arriba brevemente para encontrarme con los ojos de Seunghyun. Asintió para mí, antes de permitir que Baekhyun le arrastrara fuera. Usé toda mi fuerza de voluntad para no ver su culo mientras se alejaba. Era mejor que él me llamara o tendría que pedir su número a Baekhyun. No iba a dejar que el magnífico detective me evitara, simplemente porque no le gustaban los médicos.

Mi paciente se movió incómodo en la camilla. A partir de su constitución y la parte lesionada de su cara, considere que debía tener unos veinte años.

—¿Qué te paso?

—No creo que él te responda, doc —el paramédico, Zelo, me dedicó una sonrisa burlona—. Nunca se sabe. ¿Por qué no vas y le tomas rayos X? Quiero saber si hay algo roto para fijarlo de forma inmediata.

—De ninguna manera, no quiero que se desangre debido a lesiones internas mientras esperábamos a que se despierte.

Sobre todo, no quería decirle a Seunghyun que su buena acción había terminado en la muerte del joven. Entregándolo al técnico de rayos X, volví a trabajar.

Una hora más tarde, una pequeña rubia con ojos de poli, me interceptó en la habitación de un paciente. La sala de emergencias estaba saturada el día de hoy y apenas había tenido tiempo para comer una barra energética, mucho menos una comida completa.

—Soy la detective Wheein Choi, creo que mi compañero le dijo que iba a presentarme.

—Me dijo que iba a llamarle. No sé si el chico ha despertado todavía.

—Estaba a punto de pasar por allí. —Le indiqué que fuera hacia adelante. Me siguió a la pequeña habitación, donde John Doe (3) había sido trasladado. No tenía una cartera o alguna identificación. Le pusimos una vía intravenosa para tratar con su deshidratación. Sorprendentemente, a pesar de las numerosas contusiones, los rayos X no revelaron nada roto. Quien fuera la persona que lo había golpeado, sabía lo que estaba haciendo, o tuvo suerte.

—Hmm. Tenía la esperanza de que estuviera despierto. ¿Ha encontrado alguna identificación?

—No. —Le hice una señal a la pila de ropa en la silla. —No había nada en los bolsillos y no llevaba ninguna.

Justo cuando estaba a punto de ofrecer que alguien la llamaría, John despertó, las pestañas del hombre parpadearon. Su frente se arrugó, ya sea por dolor de cabeza o de las luces de la habitación, no lo sabía. Estiré la mano y la atenué ligeramente.

Abrió los ojos y me miró con confusión. Parpadeaba mirando de un lugar a otro, sin decidirse hasta que encontró a Wheein. Entrecerró los ojos, mientras veía su traje y la brillante insignia colgando como un collar, alrededor de su cuello.