Capítulo Cuatro

Jiyong

Me desperté con un cálido y sudoroso cuerpo a mi lado. Los suaves ronquidos de Seunghyun me hicieron sonreír. Los recuerdos de la noche pasada convencieron a mi pene para endurecerse y mi libido para encenderme de nuevo. Quise estar dentro de mi amante otra vez. Podía decir que Seunghyun tenía cuidado de no asumir que porque dormí con él esperaba que lo conservara.

No sé qué historia de mierda se dijo a sí mismo, pero podría imaginarme feliz despertando a su lado durante meses, tal vez años a partir de ahora. Seunghyun podría ser un duro detective, pero su lado suave aumentó la necesidad dentro de mí. Mi última relación seria sólo había durado dos meses antes de que hubiera descubierto que mi amante me consideraba un cajero automático y al final terminé con él. No podía imaginarme a Seunghyun tratándome de la misma manera. Su completa falta de interés en mi colección de arte y su lujuria sobre mi colchón, me hacía dudar de que realmente entendía de cuanto tenía a mi nombre en el banco.

—Hola hermoso.

La mirada caliente de Seunghyun hizo que mi pene medio duro, se convirtiera a completamente interesado.

—Hola.

Mi teléfono sonó, tenía un mensaje. Maldije ante el sonido.

—Espero que no sea del hospital. Se suponía que hoy tenía el día libre.

Había querido pasar el día jodiendo a mi poli.

Seunghyun rodeó mi cintura con un brazo y se acurrucó. Suspiré. Nunca lo admití a nadie, pero me encantaba acurrucarme. Besé la frente de Seunghyun y luego revisé mi mensaje de texto.

“Si sabes lo que es bueno para ti, dejarás a Seunghyun solo.”

Me quedé helado.

—¿Qué pasa? —la suave voz suave de Seunghyun tomó un duro cariz.

—Creo que alguien te quiere. —Le mostré el mensaje a Seunghyun.

—¿Qué demonios?

—¿Tienes algún ex con el corazón destrozado?

Seunghyun meneó la cabeza. La tensión sexual había sido reemplazada por malestar. No sabía qué hacer ante la amenaza.

—No. No he tenido ningún tipo de relación por un tiempo. El último hombre me dejó, así que dudo que sea él.

Su frente se arrugó con confusión, pero sabía cómo la gente le respondía. Hombres y mujeres eran atraídos por el sexy poli, y no podía culparlos. Eso no significaba que tuviera que soportar una amenaza.

—¿Quién tiene tu número?—preguntó Seunghyun. Su dura expresión me dijo que había cambiado a su modo de policía.

—Mucha gente. Este es el que doy a que mis pacientes para que tengan acceso a mí.

Seunghyun presionó para escuchar el mensaje de nuevo. —Creo que tienes que tener cuidado, doc. Tal vez debería mantener mi distancia. Si alguien me observa lo suficiente para saber que estamos saliendo, deben saber que hemos pasado la noche juntos.

Apreté mi agarre. —No voy a dejarte ir porque alguien decidió que le perteneces.

—No quiero ser la razón para que te lastimen.

—Entonces, haz tu trabajo de detective y descubre quién te persigue. —Me negaba a rendirme. Aunque acabábamos de empezar a salir, esperaba que esto pudiera llevar a alguna parte.

El duro beso de Seunghyun fue una promesa entre nosotros.

—El hospital no me ha llamado, así que todavía tengo el día libre. ¿Cómo está tu horario?

Seunghyun nos rodó, así él estaba en la parte superior.

—Hoy también estoy libre. Diría que deberíamos reportar tu mensaje, pero sin una amenaza más concreta, no estoy seguro de qué bien va a hacer. Guárdalo, y si vuelven a escribir debemos hacer un informe.

—Suena bien. —Era todo sobre ignorar el mensaje de teléfono. Tenía cosas mucho más importantes en qué concentrarme. Nuestros penes se acurrucaron juntos en una suave batalla entre nuestras erecciones. Me acerqué y los froté.

—Aquí. —Seunghyun sacó el lubricante de la mesa y me lo entregó.

—No quiero que se me queme el pene. Me reí. —No, eso sería algo malo.

Separando mi mano, volví a mis cuidados. No tardamos mucho en llegar. Después, Seunghyun rió.

—¿Qué es tan gracioso?

—Estás goteando en las sábanas.

—¡Mierda! —Me deslicé de la cama y arrastré a Seunghyun detrás de mí. Sabía que sólo podía hacerlo porque me dejó. Podría tener unos cuantos centímetros más que mi poli, pero sus duros músculos eran mucho más grandes que los míos.

Todavía riendo, Seunghyun obedientemente me siguió, permitiéndome arrastrarlo de regreso al baño. Me aseguré de que estábamos completamente limpios antes de volver a mi habitación y quitar las sábanas.

—Eres obsesionado por el orden, ¿verdad? —Seunghyun se vistió con su ropa del día anterior mientras me observaba.

—No me gusta dormir sobre semen. No estoy seguro de que eso me haga un fanático.

Seunghyun me ayudó a rehacer la cama, así que le perdoné su burla.