Epílogo

Jiyong

Nunca había vivido con nadie antes, pero no podía esperar a que Seunghyun llegara a mi casa. Un grupo de hombres musculosos, con camisetas ajustadas y vaqueros desteñidos, llevaban todas sus cosas a mi condominio. Era como un desfile de caramelos.

—¿Estás echando un vistazo a mis amigos? —la divertida voz de Seunghyun llamó mi atención, del culo particularmente fino, de un hombre.

Me encogí de hombros. —Es difícil no hacerlo —Seunghyun se rió.

—Cierto.

Me volví para mirarlo completamente. Después de varias semanas y una terapia física intensa, Seunghyun estaba casi como nuevo. Todavía gruñía que Jongin merecía morir por darle otra cicatriz. Le informé que no se le permitía arrojarse de nuevo en el camino de cuchillos o balas. La mirada que recibí a cambio no me tranquilizó, no creí que fuera a conseguir mi deseo.

—Me alegra que te mudes conmigo. Sé que sólo han pasado cuatro meses, pero hemos pasado por muchas cosas juntos.

Por no mencionar que tuve problemas para dormir si Seunghyun, no estaba allí. Las sombras de mi encuentro con Jongin me siguieron en mis sueños. Si él me sostenía, ahuyentaba la oscuridad.

—También me alegro —un suave beso se hizo más profundo. Ignoré los comentarios y los silbidos de los amigos de Seunghyun. Tenía a mi policía y aunque probablemente tendríamos peleas y problemas, no podría ser más feliz.