Capítulo 2

Aaron

Me despierto por los rayos de sol que entran por mi ventana, cogo mi móvil de la mesita de noche y miro la hora, las 7.30, me levanto y voy al baño, hoy es el primer día de universidad, y la directora me envió  ayer un email diciendo que viniera antes de que empezara la segunda clase porque tenía que hablar conmigo,  esa vieja amargada nunca me había caído bien, ni yo a ella, desde que entré a esta universidad, siempre que ocurre algo me pregunta si yo sé algo. A saber qué habrá pasado esta vez.

Salgo del baño después de haber hecho mis necesidades y de haberme lavado la cara, voy a mi vestidor, cogo mis jeans negros rasgados en las rodillas, una mi camiseta blanca y una chaqueta vaquera negra, para los pies me puse mis zapatillas Lacoste Lerond, me visto y salgo, bajo a la cocina, ahí está mi nana, me acerco a ella lentamente, no ha notado mi presencia, llego a ella y la abrazo por atrás aspirando su olor mezclado con el olor de los panqueques, que buen olor, mis dos favoritos mezclados, estupéndo.

Se da la vuelta y me mira, le sonrío.

–Hola mi niño, ¿Qué tal has amanecido?, te he preparado tu comida favorita: !Panqueques¡– dijo al verme, siempre me ha tratado como si fuera pequeño, aunque ya le haya dicho que ya soy mayor, pero nunca me ha molestado.

–Hola nana, he amanecido muy bien, gracias y tus panqueques huelen que alimentan.–dije feliz de que haya hecho su deliciosa receta.

Me senté en la mesa y ella puso un plato con el desayuno enfrente mio, le di las gracias y empecé a comer, gemí de lo rico que estaba.

Terminé mi desayuno, me despedí de ella y fui hacia la puerta. Me subo en mi coche y arranco, voy camino hacia la universidad.

…

Llego y aparco el coche, salgo y voy directo a dirección, para ver lo que quería la vieja esa. Camino por los pasillos, me encuentro con algunos compañeros, o con gente conocida, no tengo amigos, toda la gente que me rodea lo hace porque tengo dinero o porque soy guapo.

Llego a dirección, entro sin tocar, conozco esta habitación mejor que la palma de mi mano, la vieja me mira con mala cara por hacer eso,yo solo me encojo de hombros, me señala la silla para que me siente, lo hago pero me parece extraño que no haya empezado a gritarme por cualquier tontería, las últimas veces eso hacía, yo entraba y ella empezaba a regañarme, supongo que estará contenta, igual es porque habrá recibido una buena follada desde la última vez, que seguramente fue hace mucho, aunque lo dudo.

Me dio una hoja en la que aparecía la foto de una chica bastante linda, pero no es mi tipo, y al lado de la foto está lo que creo que son sus datos y su horario. Miro a la vieja con el ceño fruncido.

–Quiero que seas su guía, es nueva así que no sabe nada y se va a perder, así que, qué mejor que tú la ayudes con eso– Me explica y yo frunzo aún más mi ceño, prefiero un parte(es como una falta, y a las tres faltas te expulsan), a enseñarle a una niña el edificio, el hecho de que esté pegada como chicle a mi para no perderse, hará que todos crean que me la estoy tirando algo parecido, y no quiero que piensen eso, yo no ando con crías.

–Estás loca si crees que haré algo así, no pienso mostrarle el edificio a esa niña– Le grité, y aunque esté acostumbrada igualmente me dio una mirada de reproche.

–Vas a hacerlo si no quieres que te expulse porque ya tienes dos partes acumulados–me amenazó, si mis padres se enteran de que me expulsan seguramente me deshereden, y ella lo sabe, y aunque haya dicho antes que lo prefería, no me quiero arriesgar. 

Escucho que tocan la puerta, a la directora se le ilumina la cara, grita que pase, y un enano de metro y medio entra, y tengo que mirar hacia la ventana para no reírme.  

–Hola, señorita Emma, pase y siéntese en la silla de al lado de su nuevo compañero Aaron Fernández–Escuche que le dijo, y sentí como se sentó en la silla de al lado – Será tu guía personal, para que no te pierdas– se me borró la sonrisa en ese momento.