Aprendiendo a vivir jugando.

Es el cumpleaños de Carlitos o Tito como lo llaman todos !! Son 12 años de vida, poco para algunos y no tan poco para otros. Por ejemplo para "Tito" que cada año que pasa apaga las velitas con el mismo deseo, que su padre vuelva un día y poder compartir entre otras cosas su cumpleaños y ahí 12 años pueden ser muchos para alguien. Ya desde sus primeros años de vida a Tito le falta el cariño de un padre, que un día con un bolso marchó y ni la mamá de Tito lo volvió a ver. 

Pero ya saben cada casa es un mundo y el de Carlitos aunque carezca de agua tiene mucha tierra esa tierra que es su madre, quien lo amamantó y luego educó estos 12 años para que el mundo de Tito se asemejara a cualquier casa. Y en ese trabajo de madre y padre por primera vez para ella en ambos labores, no solo ha sabido cumplir y disimular algunas carencias, también se hizo de tiempo para la insentibación del deporte que ha "Tito" le llena el cuerpo de alegría e inconscientemente lo hace creer en ilógicas. Porque así es el fútbol! ese deporte para él es el motor que movía ya de chiquito sus piernas ligeramente sin frenos. Cada mañana desde chico corría y corría tras cualquier pelota que hubiese en el barrio, y en ese campito habían muchos niños que compartían el mismo sentimiento de correr, saltar, tocar, patear. Sobre todo gritar esas tres letras hasta la afonía cuando la pelota cruzaba una linea imaginaria entre dos piedras o a veces algún buzo. Y de ahí fue que surgió esa invitación de parte de Dieguito. Aquella mañana con siete años Tito entró a su casa más ansioso que nunca con los ojos bien abiertos y gritando.. mamá mamá voy a jugar en el Estrella Dorada !!! Esta madre se sentó un momento con una sonrisa que tras un guiño abrazó esos siete añitos de entonces y sintió la misma alegría de Carlitos !!!

Apenas unos minutos después de tragar literalmente esas moñitas con aceite y queso, ya había un compromiso de carácter urgente para con Tito. 

Ahí nomas se puso los zapatos de tapones que el abuelo le trajo de un viaje que había hecho a Buenos Aires. 

Carmen - Pero Carlitos sácate los zapatos. Dijo la madre, solo vamos hablar con alguien para ver si hay lugar para anotarte.

 Pero para Tito era imposible ni siquiera pensar que se podía poner otro calzado.

Tito - Mamá yo quiero llevar estos igual !! 

En su cabeza estaba la idea de que ya se iba a prender en un picadito.

Fue llegar a la cancha y sentir una mezcla de alegría asombro y entusiasmo que se soltó de la mano de su madre para pegarse un pique cortito, de esos que tantos tenía de campito y con sus brazos treparse de ese alambrado el cual lo separaba de tanta cosa linda que lo deslumbró. Tantos niños, tantas pelotas y conitos se escuchaban silvatos y todo le encantaba! pero lo que más lo maravilló esa tarde fueron los arcos. Sobresalía sobre el resto de las cosas, eran arcos de verdad como los que veía en la tele. 

Carmen - Vení Carlitos es por acá. 

Mucho gusto profesor mi nombre es Carmen y el es Carlos, saluda Carlitos no seas tímido. 

Ha Tito solo se le asomaba la cabeza detrás de su madre que parecía en ese momento un escudo protector para él. 

Nelson - Mucho gusto señora yo soy Nelson, entrenador de los más pequeños, hola Carlitos te gusta jugar a la pelota? 

Tímidamente le salió un si a Tito, con eso le bastó al profe para sacar de la bolsa una pelota y pedirle… 

Nelson -Te animas a llevar esta pelota para aquellos niños que están esperando.

Tito devolvió un Si y se fue con ella. 

Carmen - No lo puedo creer exclamó Carmen! Carlitos con una pelota y no está corriendo!!

 No era muy común quizás los nervios, la timidez, miedos. 

Nelson - No se preocupe Sra. Ya se van a despertar las hormiguitas. Dijo el profe. 

Tito llega al corner donde estan los niños que serán sus compañeros de equipo y antes de soltar la pelota escucha de una de esas caritas nuevas

Pablo - Llegó el golero !!!  

Y otro niño dijo

Pablo - Hola sos nuevo ?

 y otro.. 

Joselo - Al fin llegó la pelotita... acá acá pasala !! 

 Y también está Dieguito que al verlo sale al cruze.

Diego - Viniste Tito que bueno, gurises el es mi amigo! 

Tito que no había emitido un sonido todavía y ya había soltado la pelota empieza a conversar con los compañeros de manera muy natural y así se fue dando la presentación que quizo el profe de Estrella Dorada. 

De vuelta a la casa todas las palabras tenían en común la emoción que sentía.

Llegó el día de debutar ! Le dieron la camiseta azul con una estrella dorada en el pecho y el 37 en la espalda. Ese partido fue el primero de tantos. De el resultado nadie se acuerda pero si quedó algo marcado para la vida de Tito, era ese sentir que se repetiría cada sábado a la hora de llegar a la cancha.

 Y casi que sin darse cuenta Tito comenzaba así su aventura deportiva. Ese año fue muy divertido se hizo de grandes compañeros con los que compartía divertidos ejercicios que siempre variaba el Profe Nelson.

Ya con ocho años la cosa parecía ponerse más linda aún, Tito tenía una función en la cancha, de a poquito fue descubriendo su puesto, era delantero aunque a veces también jugaba de lateral. Claro a Tito le gusta mucho correr y esa virtud se destacaba notoriamente. 

Así pasó ese año con más derrotas que victorias y algún que otro empate pero la verdad núnca llevó la cuenta, por suerte a esa edad este deporte es más lúdico que competitivo, cosa que lamentablemente va cambiando con el correr de los años.

 En la categoría de 9 años se escucha hablar de una tabla de puntos y se entiende ...aah el que hace más goles gana el partido, el que gana el partido consigue más puntos, el que consigue más puntos le dan una copa, a el que le dan la copa es el mejor... Supuestamente.