Con su cuerpo recuperándose y su mente afilada como una navaja, Jax "El Relámpago" Hunter comenzó a trazar los planes para su próximo movimiento: un asalto a gran escala al Banco de Zirs, la mayor institución financiera de Metrópolis Luminosa. Este banco no solo albergaba fortunas inimaginables, sino que también era el centro neurálgico de los zirs, la moneda más codiciada en todo el mundo.
Desde su juventud, Jax había encontrado inspiración en los relatos de acción y aventura que solía leer. Uno de sus favoritos era Rápidos y Furiosos 5, una libro de ficcion sobre un grupo de intrépidos ladrones que realizaban un atraco imposible a un banco altamente vigilado donde el protagonista era vin gasilina . Ahora, Jax planeaba hacer lo mismo, pero a su manera.
Reunidos en su escondite secreto, Jax y su equipo comenzaron a delinear cada detalle del plan. La sala estaba oscura, iluminada solo por la pantalla de un holomapa que proyectaba una imagen detallada del banco y sus alrededores. La tensión en el aire era palpable, pero también lo era la emoción por lo que estaba por venir.
—Este es nuestro objetivo —dijo Jax, señalando el edificio en el holomapa—. El Banco de Zirs es impenetrable para la mayoría, pero no para nosotros. Vamos a hacerlo rápido, limpio, y con estilo.
Ryder "Sombra" Vega, el maestro del sigilo y la infiltración, asintió mientras estudiaba el mapa.
—Las entradas están fuertemente vigiladas, y las cámaras de seguridad son de última generación. Necesitaremos desactivar el sistema desde dentro.
EVA-9, el androide con habilidades de hackeo inigualables, se acercó a la consola, sus ojos brillando con un destello azulado.
—Puedo hackear las cámaras y el sistema de seguridad, pero solo podré mantenerlas desactivadas durante un tiempo limitado. Tenemos que ser rápidos y precisos.
Zane "Metálico" Cortez, con su fuerza sobrehumana y partes mecánicas, sonrió con confianza.
—Déjenme la parte pesada a mí. Puedo abrir cualquier bóveda que nos pongan enfrente.
Jax asintió, satisfecho con la disposición de su equipo. Pero sabía que necesitarían algo más que fuerza bruta y tecnología para salir de esto con vida.
—No basta con entrar y robar —dijo Jax, mirando a cada uno de sus compañeros—. Necesitamos una ruta de escape que nos saque de allí antes de que las fuerzas de N-ice o cualquier otro nos alcance. Y para eso, vamos a hacer algo especial.
Jax activó una nueva proyección en el holomapa, mostrando una serie de túneles subterráneos que conectaban el banco con varias salidas estratégicas de la ciudad.
—Estos túneles fueron construidos hace décadas, y se han mantenido en secreto desde entonces. Vamos a utilizarlos para escapar con los zirs, al más puro estilo de los libros que solía leer.
La emoción en el equipo era palpable. Todos sabían que este golpe no era solo una misión para obtener riquezas; era un desafío contra el sistema, una forma de demostrar que podían vencer a los más poderosos.
—Cada uno conoce su parte —continuó Jax—. Y todos sabemos lo que está en juego. N-ice no va a detenerse hasta que caigamos, así que debemos ser más rápidos, más astutos, y más implacables. Esta es nuestra oportunidad de tomar el control.
El equipo asintió al unísono, con determinación en sus rostros.
—¿Y después qué? —preguntó Zane, con una sonrisa torcida.
Jax sonrió de vuelta, con una chispa de desafío en sus ojos.
—Después, nos tomamos un buen trago y vemos cómo se derrumba el imperio de N-ice.
Con el plan en marcha y el equipo preparado, Jax sabía que el golpe al Banco de Zirs sería legendario. Y mientras el día del atraco se acercaba, todos se preparaban mental y físicamente para el mayor desafío de sus vidas.
Editado: 12.10.2024