Acordes de Salvación

Capítulo 7

 

Narra Kevin

"Los errores no pueden borrarse, te perseguirán toda la vida"

Quería quedarme con Nicole, me siento bien ahora que hemos hecho las paces.

Pero Asher me llamó por una urgencia con mi abogado.

Si, si bien las terapias me ayudaron a superar un poco lo que sucedió con Bárbara, su familia no deja de culparme por ello y cada cierto tiempo debo presentarme en el juzgado a verificar que soy un buen ciudadano y un asesino suelto.

- ¿Por qué tardaste tanto? - pregunta Asher con su seriedad tan característica.

- Estaba en un asunto importante – sonrío de lado – pero esto supongo que merecía el mérito de ser puntual ¿no? - acomodo mis brazos en el respaldar del banco en la plaza en la que me citó.

- El abogado dijo que faltaste a terapia esta semana – enarca una ceja y me da un café que seguro compró en el camino – Sabes que es una de las condiciones que te impusieron. Debes ir.

- Ya cumple con las terapias los años que me pidieron, ya puedo dejar de ir – aprieto mi mandíbula y bebo un sorbo de mi café.

- Lo sé, pero tu salud mental, emocional y física nos preocupa. Dejaste de ir y estás como decaido, ya no comes, vives serio y ya casi no hablas ni compones – se levanta y se posiciona frente a mi – estoy preocupado por ti, eso es todo.

- Asher estoy bien – digo bebiendo mi café y acomodandome en el banco.

- Bien – dice dándome las llaves de mi departamento.-La chica que limpia renunció por problemas familiares asi que tenemos que buscar otra ama de llaves.

- Está bien, la verdad mas solo esté en mi casa mejor – me encojo de hombros mientras camino a su lado hacia el automóvil y lo detengo antes de subir mirándolo - ¿Nunca sentiste que todo lo que viviste fue como para llevarte a un punto específico y asi cumplieras como "tu propósito de vida"?

Asher me mira como si estuviera loco.

- No entiendo a qué te refieres – dice abriéndome la puerta y yo subo.

- Olvídalo – sonrío – vamos a casa.

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Narra Nicole 

No dormí en toda la noche. Sus ojos marrones me visitan cada noche y no logro dormir.

Barbara tenia toda la vida por delante. Aún recuerdo ese día y cada detalle de lo sucedido y se repiten en mi mente dándome pesadillas.

Y la voz de mi madre regañandome por no haber hecho mas que quedarme en shock mirando la escena en vez de llamar a los adultos.

Adam , Kevin y yo mirando como ella luchaba por su vida en el agua y nos quedamos ahi... Congelados... Como si fuera una pesadilla.

Y ninguno de los tres pudimos reaccionar hasta que fue tarde y Adam salió a buscar a los adultos.

La escena de ella ahogandose se repite una y otra vez en mi mente y lágrimas corren por mi rostro.

¿Pude haber hecho algo? Tan solo tenia 8 años. Pero la culpa me carcomen hace 12 años.

Sigo en mis pensamientos cuando escucho que golpean fuerte la puerta de entrada.

Me levanto y voy a abrir asi con mi pijama, totalmente despeinada y unas ojeras inmensas.

Nada mas abrir veo al corpulento rubio de mi primo que me asfixia en un abrazo y pasa hacia mi casa arrastrándome con él.

-¿Que haces que no estás lista nick? - pregunta en un tono regañon.

- Dejame, no pude dormir. - digo caminando a poner la cafetera.

- Me lo imaginé por eso vine una hora antes – dice arrebatandome la cafetera.- Ve a ducharte y vestirte, te haré el desayuno – dice besando mi frente.

- Alex no tengo hambre – digo en un suspiro.

- Me vale madres – dice dandome la espalda e inspeccionando la heladera – No te lo estaba preguntando. Asi que ya vete.

No tenia las fuerzas ni las ganas suficientes para discutir con él asi que simplemente le hice caso.

Después de todo una ducha caliente no sonaba mal.

La lluvia de la fregadera caia directamente en mi sien como pequeñas agujass calientes y me causaba escalosfrios relajantes.

Las imagenes de Kevin y Adam abrazándome tambien se hacian presentes.

¿Ellos también seguirian traumados por lo que pasó? ¿O solo a mi me lastimaba recordar?  

Luego de haberme duchado y vestido decentemente, recogí mi cabello dorado en una coleta y me puse base para disimular las ojeras aunque se notaban aún.

Tomé mi bolso que habia preparado cuando Alex me llamó y salgo de la habitación.

El aroma de arepas recién hechas golpea mis sentidos y lleno mis pulmones de ese dulce y delicioso olor.

- ¿Que tal? - pregunta mi primo hinchando su pecho lleno de orgullo.

Las pruebo y las saboreo.

- Humm Deliciosas primo, gracias - digo sonriendo con la boca llena y el ríe tomando su café.

- ¿Llevarás a alguien? - pregunta mirandome mientras llevo mas arepa a mi boca.

- Pues no tengo a nadie, eso no ha cambiado - digo mirando mi plato. 

- ¿Y que hay del chico que vino hace rato a preguntar por ti? - pregunta sonriendo divertido.

La comida de pronto no pasa y comienzo a toser mientras Alex larga una sonora carcajada. 

- Imbécil - digo tomando agua y vuelvo a respirar - ¿Quién vino? 

- Un castaño, altura promedio con cara de idiota - dice sonriendo de lado.

Frunzo el ceño. 

- No me ayudas mucho con esa descripción.

- Pues es perfecta, segun mi criterio - y se encoge de hombros.

- ¿Ojos claros u ojos marrones? - ruedo los ojos. Y él me sostiene la mirada.

- Asi que hay más de un castaño en tu vida, que interesante tu vida amorosa primita... Cuéntame más.

- Pudrete - digo sorbiendo mi café.

Un golpe suave en la puerta interrumpe nuestra charla y él levanta las cejas.

- Parece que tienes visita.

- No me digas Sherlock - digo levantándome y abro la puerta. 

Me encuentro con Adam y Kevin ambos de pie mirándome con el ceño fruncido y yo me giro a mi primo.

Está conteniendo una risa, el muy pendejo.

Vuelvo la vista al frente y ambos esperan que yo sea la primera en saludar pero solo enarco una ceja.




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