Cap. 37 El gran día

Los amargos recuerdos que habían despertado con la llamada a su padre, hicieron que Dèjan lanzase con ira un pisapapeles contra la pared justo en el momento en el que venían entrando los niños seguidos de Ioan.

• ¡Wow, wow!  -- exclamó Jesse  --  Si quieres venimos en otro momento
• No seas necio muchachito, eso no estaba dirigido a ti
• Me alegra saberlo, pero tampoco es que muera por ver como destruyes tus cosas  --  dijo él y Mihailo como de costumbre quería que se lo tragara la tierra o que Jesse fuese mudo, de preferencia lo segundo

Ioan por su parte miraba a su primo con expresión de curiosidad y preguntándose si aquella reacción se debía a que ya había visto la nota de prensa que había salido publicada en la sección de espectáculos del diario, pero en principio le parecía exagerado, y segundo, vio que el diario seguía en el lugar donde era colocado cada mañana, de manera que Dèjan ni siquiera lo había visto. Sin embargo, tendría que esperar para enterarse, porque aparte de que los niños estaban allí, estos no se irían muy pronto, ya que un empleado de la cafetería venía entrando con el desayuno que la secretaria de Dèjan solía ordenar para los chicos en cuanto él llegaba a menos que él ordenase lo contrario.

Los chicos caminaron hacia los sillones y Mihailo sujetó a Jesse por un brazo arrastrándolo hacia uno de ellos.

• Ya está bastante molesto, no lo provoques  --  le susurró

Esto se debía a que Jesse tenía la odiosa costumbre, en opinión de Dèjan, de sentarse en el piso en lugar de hacerlo donde correspondía. En una oportunidad Dèjan le había preguntado la razón y el chico le había dicho que él se quejaba tanto de su aseo que no quería ensuciar sus muebles.

Jesse tomó una de las rosquillas y se sirvió de la jarra de jugo, componente habitual de lo que les llevaban desde que Dèjan se había enterado que al chico no le gustaba la leche,  y comenzó a hablar con Ioan. Dèjan por su parte si bien había estado conversando con Mihailo, después de unos diez minutos miró en forma significativa a Jesse y él entendió rápidamente por qué al ver que apenas si había probado la rosquilla. No obstante, como Mihailo ya lo había reñido antes de subir, hizo una mueca de fastidio y terminó de comérsela, pero no había forma de que se quedase callado.

• ¿Contento?  --  le dijo mientras Dèjan le lanzaba una servilleta
• Límpiate la boca
• ¡Diablos! Realmente lo tuyo es enfermizo

Jesse tenía por costumbre hacer muchas bromas, contar chistes, despotricar en contra de algunos empleados que le caían mal y en general hablaba hasta por los codos, pero cuando terminó de comer y antes de lanzarse en uno de sus monólogos, se quedó mirando a Dèjan durante unos segundos.

• ¿Qué?  --  le preguntó
• ¿Qué de qué?  --  preguntó Dèjan a su vez
• Vamos jefe, tienes cara de culpable  --  dijo el chico  --  Suéltalo de una vez

Tanto a Dèjan como a Ioan, siempre les había sorprendido aquella especial capacidad del chico que parecía tener un radar para detectar las emociones. Sin embargo, Dèjan no le contestó, sino que caminó hacia su escritorio, abrió una gaveta de la que extrajo algo que los chicos no pudieron ver y volvió hacia donde estaban ellos.

• A pesar de que no tengo motivos para estar especialmente contento contigo, ya que todo el tiempo pareces a punto de golpearme, esto  --  dijo levantando las entradas  --  es para ustedes
• ¿Y qué se supone que sea eso?  --  preguntó Jesse que nunca en su vida había visto un boleto para nada
• Tengo entendido que tenías mucho interés en ir a cierto concierto de unos tales… Zora ¿no?

Mihailo ahogó una exclamación mientras que Jesse, por primera vez desde que lo conocían, se había quedado mudo, pero sus ojos eran dos enormes esferas azules de incredulidad. Sin embargo, el estar callado no parecía hacer parte de su naturaleza, de modo que no le duró mucho.

• ¿Estás de broma? Porque si es así es pésima ¿sabes?
• No es una broma y puedes verlo tú mismo  --  dijo extendiéndole los boletos

Jesse los tomó y se apresuró a leer. Efectivamente se trataba de un ticket impreso con el nombre del espectáculo, la hora y…

• ¿Qué es una zona V.I.P.?  -- preguntó
• Eso quiere decir que son buenos lugares  --  dijo él sin detallar mucho
• Entonces… ¿es cierto?  --  preguntó aun no muy convencido
• Tan cierto como que eres el chico más irritante que he conocido  --  le dijo él

Dèjan se había preparado para muchas cosas, pero ciertamente no para lo que sucedió a continuación, porque súbitamente Jesse había corrido hacia él y lo había abrazado. Dèjan tardó unos segundos en reaccionar y apenas estaba colocando sus brazos alrededor de Jesse cuando éste se apartó tan súbitamente como lo había abrazado y parecía apenado.

• Yo… yo solo quería… bueno… gracias ¿no?  --  dijo en forma atropellada después de haber puesto una prudente distancia entre ambos.