Adela

CAPÍTULO XI

Logro despertarme gracias a los rayos del sol, que entran por la ventana de la habitación. Tengo ganas de quedarme durmiendo abrazada a Max todo el día.

Max aún continúa durmiendo, lo veo y no puedo creer lo que pasó anoche, desde que lo vi en la agencia, me volví loca por él. Me acerco a él y le doy varios besos en su espalda y le digo que ya es hora de levantarse, que tenemos mucho trabajo.

Max se despierta con una sonrisa en sus labios y me dice que quiere ver mi rostro todos los días de su vida al despertar y que nos pertenecemos el uno al otro.

Me emociono al escuchar esas palabras de Max y justo cuando lo voy a besar, empiezan a tocar la puerta, siento algo de nervios al pensar que nos puedan descubrir. Max me dice que me calme y que pregunte quien es y que le diga que estoy algo ocupada y que en unos minutos estoy en la recepción del hotel.

Me inquieta la facilidad que tiene Max de mentir y lo relajado que está, como si estuviera muy acostumbrado hacerlo.

Continúan tocando la puerta y cuando pregunto, es Armando, mis nervios se alteran más y opto por decirle exactamente lo que me recomendó Max y Armando me dice que está bien pero que por favor no lo haga esperar mucho. Siento un gran alivio cuando se va.

Max se levanta de la cama y se viste rápido, se despide de mí con un tierno beso y se va a su habitación.

Llego a la recepción del hotel y alcanzó a ver a Armando, y pasa lo que nunca me imaginé que podría pasar, se queda mirándome por unos segundos y me dice que hoy estoy radiante, que tengo un brillo en mi rostro diferente. Me quedo sin palabras, Armando nunca me había dicho algo así. ¿Acaso ya sabe lo que paso entre Max y yo?, y solo lo está diciendo para molestarme.

Lo mejor será que me calme y que le siga la corriente, le doy las gracias por su cumplido y saco mi Tablet para empezar a trabajar.

Pasamos toda la mañana y parte de la tarde trabajando, apenas comimos algo en el almuerzo, Armando quería terminar todo hoy y así fue, terminamos todo el trabajo de hoy, en la noche tenemos otra presentación de proyectos.

Armando me dice que ya son las 3:00 pm, y que por favor vaya y le avise a los demás que nos reuniremos en el área de la piscina, para pasar un rato de descanso y disfrutar un poco del ambiente del hotel.Me quedo atónita, esto sí que no me lo esperaba pero estoy feliz porque podré estrenar mi traje de baño y disfrutar de la piscina.

No pierdo tiempo y les envío un correo a todos, informándoles la orden de Armando. Me voy directo a mi habitación para cambiarme de ropa. Antes de salir de mi habitación con mi traje de baño puesto, me miro en el espejo una vez más, tengo que comprobar que estoy regia.

Cuando salgo de mi habitación veo a Pamela y se emociona al verme y me dice, ¡es hora de lucir nuestros trajes de baño!, le digo que por supuesto que para algo lo compramos.

Al llegar a las primeras que veo son a Martha, Cristina y Isabel, todas con unos trajes de baños de dos piezas, muy provocativos. Desde que llegamos las miradas de ellas se van directo a mí, por mis libritas de más y se ríen entre ellas. En cambio las miradas de mis compañeros se van directo a Pamela, pues mi amiga tiene un cuerpo de infarto, es sencillamente perfecto y todo lo que se ponga le queda bien, a diferencia mía.

Martha me dice que le encanta mi traje de baño, pero que no disimula para nada mis libritas de más, que al contrario hace que se me vean más. Le contesto que también me encanta su traje de baño pero que en vez de disimular su extrema delgadez hace que parezca un esqueleto andante. Martha se ríe y me dice que soy muy graciosa y se va. Pamela se ríe a carcajadas y me felicita por ponerla en su puesto.

Alcanzo a ver a Max llegar y le digo a Pamela que regreso dentro de unos minutos. Cuando me dirijo hacia Max, Martha me lanza a la piscina fingiendo haberse trompesado.Para mala suerte mía caigo en la parte onda de la piscina, empiezo a sentir como mi cuerpo se hunde y al no sentir el fondo de la piscina entro en pánico y empiezo a pedir ayuda muy desesperada.

Armando y Max se lanzan a la piscina para ayudarme, Armando logra sujetar unos de mis brazos y sacarme a la superficie, y luego Max me toma entre sus brazos y me pregunta que si estoy bien y le sigo que sí que no pasó a mayores, y con ayuda de Armando me sacaron de la piscina.

Martha se acerca a mí pidiendo disculpas, diciendo que no fue su intención y muy indignada por el hecho de yo no saber nadar. No cabe duda que es una descarada, cuando yo sé perfectamente que fue a propósito, nunca pensé que pudiera llegar a tanto. No le respondo nada a Martha.

Armando le dice a Martha que tenga más cuidado para la próxima y me pregunta que si quiero que me lleve al doctor para que me revise, le doy las gracias y le digo que estoy bien que solo fue un susto.

Pamela se acerca a mí preocupada y cuando se van los demás me dice que esto no se puede quedar así, que tenemos que hacer algo. Le digo que no se preocupe que la vida le cobrará a Martha que todo lo que me ha hecho.

Al cabo de media hora, me siento más tranquila y decido bañarme en la piscina con Pamela y los demás.Max no deja de tener atenciones conmigo, me preocupa que sea muy obvio y que los demás se enteren de lo sucede entre los dos. Pamela propone que juguemos voleibol en la piscina y todos aceptamos encantados.



#46728 en Novela romántica
#7579 en Chick lit

En el texto hay: chicklit, romance, celos y amistad

Editado: 03.08.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.